Cómo fue que llegué aquí... Perdida entre las curvas de tus hoyuelos, entre el sonido de tu voz y como es que se forma esa sonrisa que tanto me gusta de ti.
Hace tiempo había encontrado mi camino, manteniendo mi vida en línea recta sin ningún inconveniente, sin preocupaciones emocionales y sin alguien en mente. Y entonces, me vuelvo a preguntar... ¿Cómo fue que llegue aquí? Llenando el ambiente con suspiros y melosas palabras de amor, inundando hojas con simples palabras tiernas, compartiendo pensamientos internamente y mirando de reojo, con el gran deseo de que a los ojos que busco les interesen los míos, implorando una sonrisa sólo para mí, que esos cuencos que se forman sólo sean para mí y pidiendo al cielo que sólo yo pueda admirarte. Porque, ¿qué haría yo si alguien más la nota? ¿Qué haría si alguien más mirara el sublime paisaje que yo miro? ¿Cómo me sentiría si alguien más te enamora con dulces palabras que seguramente tendrá el valor de entregarte? Por eso dime, ¿qué haría yo si le dedicas tus miradas a otra persona? Si al sonreír, tus ojos miraran otros que no serán los míos. Dichosa aquella la causante de tus delirios, des tus pensamientos, de tus suspiros. Dichosa ella, la que viene a tu mente con tu canción favorita, la que en tus sueños está.
Qué no haría yo por estar en su lugar...