-¡Hola Aqua! ¿qué haces por aquí? - me dijo Alexa con ese tono de voz tan agradable con el que siempre me hablaba.
Si, esa soy yo, Aqua. Mi nombre proviene del signo del zodiaco Aquario. Me encanta porque realmente nací en febrero, y soy la chica aquario, o así me hago llamar en redes sociales.
-¡Hola Alexa! - nos damos un cálido abrazo, es una chica muy mimosona-. Sólo me daba un paseo y miraba algunas tiendas, hace mucho que no paso por estos lugares, ¿y tú?
-¡No te lo vas a creer! Perdí el monedero y llamé a la tienda donde había estado y resulta que estaba allí y me lo han guardado. ¡Qué buenas personas!
Quiero mucho a Alexa, pero si tuviera que destacar algo de ella te puedo asegurar que sería su gran sonrisa ante cualquier problema y lo despistada que es, menos mal que también suele tener suerte.
-¿En serio Alexa? Debes tener más cuidado cuando compras - y me sale una pequeña risa.
Alexa me conoce y se ríe conmigo, sabe que la quiero y siempre se lo digo con mis mejores intenciones.
Un grito comienza a hacer un gran eco por toda la zona. Alexa y yo nos miramos, algo grave debe haber pasasdo.
Corremos al lugar de donde muchos huían. De repente, la imagen que jamás imaginé: el cuerpo de una chica vestida de boda colgada en una iglesia y con la cabeza de un lobo.
Alexa y yo no podemos evitar mirarnos, ambos sabemos quien era el culpable de todo aquello: Edom.
A mi personalmente me afecta más que él halla aparecido que a Alexa. Porque alexa es una humana. Aunque es cierto que tiene la habilidad de ver nuestra magia y crear runas, una de las magias más fáciles, pero a la vez con la que más debes esforzarte si no has nacido con ella.
-Pensé que Edom ya había sido encerrado, ¿por qué y cómo habrá llegado hasta aquí? - no podía dejar de darle vueltas, yo ya me había desecho de todo lo relacionado con esa época, ¿que habrá pasado?
Alexa.
Era eso, debió de haberle puesto algo de lo que no nos diéramos cuenta y puede haber sido capaz de rastrearla. Así que me pongo a analizarla, no me gusta porque es mi amiga y no me parece bien tener que hacer esto.
Con mis gafas de lectura rápida me será más fácil, o eso pensaba porque no consigo encontrar nada.
-Alexa, ¿guardas algo de aquella época? ¿O lo conseguiste eliminar todo? -cada palabra que digo me suena como un pinchazo.
-Aqua... Sólo una cosa. No conseguí destruirla con ningún hechizo.
Lleva lentamente sus manos hacia una de sus orejas, y se quita uno de los pendientes que llevaba. Parecía de un cristal frágil. ¡Pues claro!
-¡Alexa lo tengo! Si no consigues deshacerte de ellos de una manera mágica, haz lo a lo humano, no sé... Pisa lo o da le con un martillo -quería creer que eso funcionaría.
-Si, hay que intentarlo al menos. -Alexa se veía preocupada, hacía tiempo que no la veía así. Y, sinceramente no me gustaría volver a hacerlo.
Así que Alexa lo tira al suelo, y se rompió. Quien diría que no siempre la solución para estas cosas es la magia, cuando tiene tanto que ver con ella.
-Debemos volver a Mclan, puede que allí encontremos nuevas pistas, o al menos una idea de que deberíamos hacerlo.
-Y ahora a dormir chicos. -Dijo la chica que ayudaba a los huérfanos en aquella casa cuando las hermanas estaban más ocupadas.
-¡Pero Nieves! ¡No nos puedes hacer esto! - dijo uno de los pequeños que se llamaba Alex, era el más grande, 9 años.
-¡Eso! ¡Eso! Quiero saber a donde van Alexa y Aqua... - esta vez habló una de las más pequeñas, Anais, 5 años.
-Tranquilos chicos, es tarde y tenéis que descansar para ayudar mañana a las hermanas ¿vale? Si no lo hacéis, no os contaré que sigue en la historia eh.
Todos corrieron a sus camas, querían hacer todo lo que Nieves le había dicho para seguir escuchando su historia, realmente para lo pequeños que eran esas historias eran las favoritas de muchos de ellos.
Por suerte sólo eran 6, de entre 5 y 9 años, cuatro niños y dos niñas. Ellos no recuerdan porque están allí, y nadie se lo quiere recordar ni decir, son demasiado pequeños...
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Cuentame un cuento.
FantasyLa historia que seguía cada noche, le guardaba más sorpresas de las que ella jamás esperaría.