Corea, mi celoso novio, la felicidad y el fin...(por ahora)

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Jamás creí poder hacer lo que hago ahorita. Aparte de que tomar vacaciones no era algo que hiciera seguido, no creí poder hacerlo en mi país favorito.

- ¿Podrías darme dos iguales? –le digo al vendedor callejero de fundas para móvil. A Phoebs le va encantar me digo observando la funda.

- Te regalo el tercero.-Me dice el vendedor con una gran sonrisa.

- No gracias.- dice una voz a mis espaldas. Esa que me hace ponerme toda tonta, obvia y enamorada del portador.

- ¿Por qué no? –digo sin voltear a verlo.

- Podemos pagarla.

- ¿Qué mejor que algo gratis? La llevo. –le digo al vendedor y me lanza una brillante sonrisa, me la da y me guiña el ojo. Aguantando la risa oigo el gruñido de Leo aun a mi espalda y empiezo a caminar a otros puestos.

- Vamos a tener que llevar esa ridícula ropa de pareja, para que la gente vea que tienes novio.-me dice alcanzándome y tomando mi mano.

- Olvídalo. –le digo divertida.

- Ah, ¿no quieres que la gente sepa de mí?

- Creo que toda la gente de mi vida y con la que nos topamos sabe de ti.- respondo tranquilamente mientras veo unos peluches de un reciente dorama famoso.

- ¿Vas a seguir ignorándome? –me espeta. Volteo a verlo y al parecer está molesto en serio.

- ¿Qué pasa? –pregunto mirándolo.- ¿Quieres que te quite el malhumor a besos? –Lo veo relajarse un poquito. –Leo... yo no me pongo toda energúmena cuando las mujeres se te quedan viendo, más aquí. Al parecer hasta fotos quieren contigo. Pareces estrella de cine o doramas. No me gusta, pero lo tolero.

- ¿No te gusto? –dice sorprendido.

- ¡Por Dios! ¿Qué pasa contigo hoy? Me refiero a que no me gusta que casi todas las mujeres que topamos babeen por ti. Pero no puedo irlas retando a lucha en lodo a todas ¿o sí?

- Sería digno de ver.- dice con una sonrisa... al fin.

- Mejor con katanas... -le digo pegándome a él y dándole un beso en la mejilla aunque quisiera dárselo en los labios, pero estamos en Corea y aquí esas demostraciones no son tan bien vistas como en Occidente.

- ¿No me vas a besar en los labios?-pregunta.

- ¿No vamos a escandalizar?

- ¿A quién le importa? – dice pegándome más a él, pero ya veo miradas curiosas.

- A mí, es el país de tu madre. Y ella es tradicional.

- Nat... si lo fuera, tú y yo no estaríamos en la misma habitación cada que vamos a visitar a mis padres. – Me sonrojo fuertemente y él suelta una carcajada. Hemos estado viviendo en mi país. Pero solemos visitar a sus padres cada que se puede, en el año que llevamos juntos es mi tercera vez en Corea que es donde viven ellos, no es que me queje, amo este lugar cada vez más. Leo vive suele dar seminarios y conferencias cuando estamos aquí y en mi país trabaja en un hospital. – Creo que ya debes hacer de mí un hombre decente.

- ¿Cómo? – digo con voz aguda.


- ¿En serio quieres que me declare en medio de una calle?

- Tú empezaste.-respondo.

- Phoebs está por casarse. –dice de pronto.

- Ajá.-digo nada más porque me confundo por momentos.

- Vámonos de aquí. –dice y me saca casi corriendo de la mano. Tomamos un taxi y él sigue sujetándome como si me fuera a escapar.

- No iré a ningún lado. –digo.- Puedes relajar la presión que ejerces sobre mi mano. Él asiente y relaja su mano pero sigue callado como si estuviera pensando cómo lograr la paz mundial. Con sorpresa veo que nos detenemos en una cafetería que conozco demasiado bien porque siempre que venimos la visito. - ¿Coffee Prince? – Que le vamos a hacer, una es adicta y lo admito. Es uno de mis doramas favoritos, hice que Leo quien no ve doramas por nada del mundo lo viera. A partir de allí ve conmigo uno que otro de vez en cuando. –Gracias. – le digo y lo beso en el taxi ignorando si escandalizamos al chofer. El profundiza el beso y al escuchar un carraspeo me separo. Bajo contenta y veo que el lugar está desierto, es raro pues suele ser muy visitado. Nos sentamos en la mesa que tiene vistas a la calle y suspiro feliz.

- Enseguida los atiendo. –dice la camarera y le sonrío a Leo.

- ¿Sabes? Desde hace meses quería hacer esto. –me dice.

- ¿Venir aquí?

- Bueno, no precisamente... -me extiende un sobre mediano en color rojo. –Ábrelo.- Lo hago curiosa y dentro viene una nota que dice: "Dile que sí" en español y una firma que me resulta familiar pero mi cerebro decide procesar lento toda la información.


- ¿No reconoces la firma? –me dice escaneando mi cara.

- Trato de recordar.

- Un amigo de un amigo de un amigo, resulta que es amigo del que escribió eso...

- ¿Y quién es?

- Gong Yoo...

- ¿Perdón? –grito.

- Sí... sé que te gustó mucho su papel en esa historia del café y en...

- Goblin... ¡Goblin!

- Eso. –Me dice con una mueca.

- ¡Oh por Dios! –le digo y me levanto para llenarle de besos toda la cara. Me detengo cuando registro algo... -¿Decir que sí a quien y sobre qué? –pregunto. Él me sienta en su regazo y saca su móvil. Veo que hay un grupo de amigo charlando y bromeando y de pronto el mismísimo Gong Yoo es enfocado, se aclara la garganta y dice en coreano (el cual alcanzo a entender en un 75% de acuerdo al último examen que hice, Phoebs medio me odia por eso pero es su culpa, no quiso ir a clases conmigo) - Leo te ama y quiere pasar el resto de su vida contigo. –parpadeo, no por lo guapo que es el hombre de la pantalla sino, por lo que está diciendo y a Dios gracias que le entiendo. – Quiere casarse contigo y sobre todas las cosas quiere que le digas que si... "Dile que sí" añade en español, guiña el ojo y se corta el video. Para entonces aun no puedo creerlo... - ¿Es en serio?

- Lo más en serio que he hecho en la vida. –me dice él y lo veo asombrada. – Eres la mujer de mi vida, la que amo. Tenía que hacer algo diferente, especial para ti, para una mujer que ha visto incontables historias de amor. Quería que la tuya conmigo fuera la más especial de todas. Entonces, ¿te casas conmigo?

- ¿En serio aun lo preguntas? –grito feliz y lista para besarlo, él sin embargo me detiene.

- ¿Te convencí yo o Gong Yoo?-pregunta con el ceño fruncido, empiezo a reír como loca.

- Deja los celos ¡Te amo a ti y solo a ti! Eso es un SI.

- Tendré que agradecerle a Gong Yoo en persona- dice sonriendo radiantemente.

- ¡Te acompaño!- digo de inmediato.

- Ni hablar. –me dice igual de rápido, suelto la carcajada al oír su negativa.

- Ya dije que te amo a ti y nada más, ¿no me oíste?

- Sí, pero me haces ser así, algo troglodita... entonces, serás mi esposa...

- Sí, millones de veces sí. –le dije besándolo por fin sin dejar de reír. Estaba con el amor de mi vida ¿Qué más podía pedir?

Pd... Espero te haya gustado sis, ya sabes que TE AMODORO!!!


Perruna vida (Saga "Vida Cruel" 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora