AMOR Y SEXO

C. 1

     Estamos en la cama, desnudos, la ventana abierta deja entrar una brisa, es el aire fresco de la media noche que atraviesa las cortinas y recorre toda la habitación hasta llegar a mi espalda, aliviando el ligero calor que empezaba a sentir.

     Te miro a los ojos medio abiertos que no paran de verme como si no me fueran a ver mas, me quedo inmóvil al escuchar tu voz:

- ¿Me cuidaras? preguntas.

     Sigo inmóvil sin decir nada, y pienso:

     ¿Cuidarte?... Necesito que alguien cuide de mi, pero tú ingenuo niño pides que te cuide. Precisamente en la mañana no se que ropa voy a usar para ir a trabajar; no se diferenciar la ropa limpia de la sucia, así de descuidado soy, pero ya me las arreglare, eso no me importa demasiado ahora. 

     Luego estiro la mano y acaricio tu rostro, la deslizo por tu cabello, paso por todo tu cuello y la espalda hasta llegar a la cintura, me detengo en la sabana que medio cubre tu cuerpo, la tomo, la huelo... huele a sexo mezclado con sudor y perfume (para mí ese olor es delicioso, lleno de deseo) cierro los ojos para disfrutarlo, me lo retiro casi sin querer y te cubro con ella.

     Te miro fijamente a los ojos, me acerco y rozo tus labios con los míos esa caricia parece desatar otras mas y meto entre mi boca la tuya, eso es lo que quieres pues siento tu lengua meterse juguetona sólo como tu sabes hacerlo. Me detengo y en mi mente empieza a surgir la idea de que en realidad, sin quererlo, tu estabas cuidando de mí, con solo ser tú, con tus profundos ojos, con tus juegos sexuales, con tu ingenua forma de hablar y esos traviesos momentos que pasamos juntos, en fin con sólo estar a mi lado.

     Entonces te respondo:

- Si, claro que cuidare de ti, no dejare que nada te pase.

     Me sonríes, me besas, me abrazas; nuestros cuerpos desnudos comienzan a reaccionar y siento tu erección pegarse a mi cuerpo que también ya esta erecto. Me guiñas el ojo, ya se que es lo que significa.