Pasaron sobre el reino de Jack, hasta la zona más apartada, en un bosque, fue entonces que Jack finalmente bajo a tierra. Elsa no pregunto nada, aunque tenía ganas de preguntar la razón por la que estaban allí, permaneció en silencio, pues la mirada de Jack dictaba que algo se estaba maquinando en su cabeza y no era precisamente algo carente de importancia.
Jack comenzó a caminar, por un camino mal hecho de tierra y la rubia le siguió detrás, manteniéndose siempre alerta por si algún enemigo o cualquier otro peligro que pudiera salirse de entre la maleza, excesiva a cada lado del camino.
Estuvieron un par de minutos caminando, hasta que Jack comenzó a meterse por entre árboles y maleza alta, apartando las ramas con las manos, cosa que imitó Elsa quien iba detrás y cada vez tenía más curiosidad por saber a dónde Jack le estaría llevando.
El esmero en contenerse, le pincho en los labios y justo cuando estés se abrían dispuestos a preguntar, una mansión se hallaba frente a sus ojos, allí, oculta en medio de vegetación. Bien oculta... En medio del bosque.
En la entrada, pudo ver a una sirvienta que barría. Cuando vio a ambos intrusos, corrió para adentro a avisar a gritos a los amos, pero uno de sus amos la mandó callar y salió el mismo a recibir a los dos no invitados.
—Oh...
¡Aleixandre!
"Ese desgraciado" Elsa contuvo las ganas de atacarle con sus poderes.
Jack estaba en lo cierto, la desgraciada culebra se hallaba a salvo en uno de sus Palacios. Y aún encima tenía su servicio. Vamos... Que no había sufrido ninguna especie de daño. Además... Sonreía tan campante. De verdad... Ella no le era de importancia ni en lo más mínimo.
—Me alegra ver que estas bien, hermano - Hablo él desgraciado con sarcasmo pasando el brazo por los hombros de Jack.
Él no fue recibido de buena manera. Jack lo apartó con brusquedad y le dio un empujón.
—¡No somos hermanos! - declaró Jack de ceño fruncido y expresando odio en su mirada.
Aleixandre desató en un risa escandalosa y encaró después a su querido hermano con una sonrisa de pura satisfacción.
—Somos hermanos, quieras o no. Además... - Acarició la mejilla del albino - Somos tan idénticos...
—No me importa - Le respondió seriamente - Puede que nuestro físico sea casi idéntico, pero no es nuestro corazón. Tu siempre has sido un asco.
Aleixandre arrugó el entrecejo — ¿Hablá el asesino de nuestra hermana?
—¡Sabes porque lo hice! - exclamó Jack, aún sabiendo que aquella no era ninguna justificación.
Él... Era quien más se arrepentía de sus acciones. Era cierto, había sido puesto en una situación difícil de asimilar y la decisión había sido tomada sin pensar, pero... Él jamás podría perdonarse. Podía haber habido otra solución...
—Jack, tiene razón - Se entrometió Elsa entre ellos, demostrando en su mirada cuán profundo era su odio - Eres despreciable. Mientras que tus ciudadanos están sufriendo y perdiendo la vida, tu estas aquí, en tu nido de oro - Cerro los ojos por unos instantes y declaró - No sirves para cargar con el peso de un reino, con el ser príncipe y mucho menos ser rey.
Aquellas palabras surtieron un efecto negativo por parte del atacado, quien puso sus manos sobre los hombros de la princesa y la derrumbó de un fuerte empujón, haciendo que terminara en el suelo.
Elsa, sonrió victoriosa.
—Me has dado toda la razón.
—¡Ah! - Estiro sus labios en una sonrisa fina y déspota - Tu sólo eres un despojo, uno que he usado para hacer daño a mi hermano. Vamos, hermano... - Le encaró con burla - ¿Qué se siente saber que he tenido sexo con tu noviecita?—¡AH!
Jack llevado por la rabia y la indignación lanzó una fuerte ráfaga sobre su hermano, el cual se defendió con su espada, la cual arrojó a continuación hacia el albino, con la intención de dañarle, pero él también fue rápido al esquivarse.
—¡Eres una maldita sombra, Jack! - Le apunto con el dedo - Siempre has sido mi sombra. La que todo el mundo mira con despecho. No eres más, que una copia mía barata. Naciste, por pura coincidencia. Nadie... Te esperaba, imbécil.
Jack lo sabía. Sabía que desde que había venido al mundo había sido visto de forma diferente. Era albino y eso era un pecado a ojos de los demás. Por ello, había llegado a odiarse a si mismo, pero dicho odio ya no existía nunca más, porque había descubierto a una persona, a la que le encantaba como era. Más bien, le prefería mil veces antes que al idiota de su hermano. Si bien, toda la demás gente le prefería a él, le era bien igual, porque la persona que más amaba, quería estar con él.
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Elsa & Jack Frost - Apiádate de mí [Completa]
Romance*Esta novela nunca ha sido editada. "Eran nada las ganas que la incitaban a aquel lugar. Hizo de todo y más, para evitar el contacto con aquel panorama, pero Elsa, la princesa, tuvo que resignarse y aceptar su destino. Tendría que estudiar, p...