Si le pidieran a Jongdae describir a Minseok, no podría hacerlo de una sola manera.
Minseok es hermoso.
Desde sus preciosos ojos redondos que pueden hacer que te pierdas en la infinidad de su mundo cuando le miras fijamente, o sus hermosas mejillas regordetas que te hacían querer aplastarlas de forma suave una y otra vez; tal vez esos encantadores, rosados y pequeños labios tentadores que te pedían a gritos besarlo cada vez que les prestabas atención; o toda su apariencia en general, ya que Minseok podía hacerse pasar por un dongsaeng cuando en realidad era un hyung. Sin embargo su rostro de bebé, su linda manera de hablar cuando quería algo y sus tiernas formas de gesticular te decían todo lo contrario.
Minseok es amable.
Nunca diría que no a nadie que necesite ayuda. Probablemente por eso el chico había terminado metido en casi todos (por no decir en todos) los clubes de la escuela.
Desde el club de ajedrez, fútbol, baloncesto, ecología, consejo estudiantil, natación, etc; y los nombres aumentaban cada que un nuevo período escolar comenzaba.
El que fuera tan amable era una de las razones por las cuales Minseok siempre se encontraba corriendo de un lado a otro por toda la escuela, porque "Minseok sunbae, estamos teniendo problemas con la repartición de los carteles para el festival de verano" o "Woozi se lastimó la rodilla y no podrá participar en el partido de mañana, necesitamos su ayuda, Minseok"
Por todas esas razones se había creado una extraña frase a modo de broma entre los estudiantes, una que siempre hacia reír a Minseok.
"Si Minseok permanece en un solo lugar por más de dos minutos, se dice que debes pedir un deseo."
Era ridículo pero era encantador ver a Minseok correr antes de que los dos minutos en algún lugar se cumplieran sólo para molestar a quienes decían esa frase.
Minseok era un imán de buenas acciones.
En más de una ocasión había salvado de problemas a distintas personas. Cuando los chicos hacían algo mal y corrían a lloriquearle al de mejillas regordetas por ayuda, este siempre terminaba planteándose frente a los docentes o autoridades de la escuela con su bonita sonrisa y mirada inocente, hacía uso de sus encantos y negociaba un castigo flexible para sus compañeros.
Pero sobre todas las cosas, para Jongdae, Minseok era como una estrella.
No importa la cantidad de personas que habitaran esa escuela, ni que tan hermosos se esforzaran por verse, nunca nadie tendría ese brillo especial que el de mejillas regordetas poseía. Porque Minseok brillaba por si solo, tan espectacular y destellante que podría dejarte ciego con sólo una mirada.
Minseok también era tan inalcanzable como las estrellas del firmamento. Cada vez que lo veías se sentía como si tus posibilidades de poder acercarte a él estuvieran a un millón de años luz.
Se sentía tan cercano y lejano a la vez, tanto que incluso si lo tenías frente a ti y estirabas tu mano es como si jamás pudieras tocarle.
Claro que sí, Minseok era una hermosa estrella perteneciente al cielo.
Tal vez esa era la razón por la cual siempre permanecía viendo al chico desde la distancia, observando desde su lugar como el de mejillas regordetas se dedicaba a iluminar el mundo con su presencia.
Porque por supuesto que Jongdae no se atrevía a tener la osadía de estar demasiado cerca de esa hermosa estrella, ¿cómo él, un simple mortal, podría darse semejante privilegio?