pudo ser un error

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lo malo de las costumbres es que uno no puede vivir sin ellas, no puede soportar perderlas, no puede sentarse y ver cómo se deshacen lentamente.

yoongi solía llevarle flores de vez en cuando, quizá cuando había sido un día especialmente bueno pero también cuando había sido una jornada específicamente dura; a jungkook no le gustaba admitir que apreciaba mucho ese detalle al principio "es para niñas, yoongi" pero la segunda vez que vio en su escritorio un ramo de margaritas, no pudo evitar pensar en que su día no había sido tan malo después de todo y que eventualmente habría mejoría.
era como tener un poco de yoongi cerca suyo, incluso cuando se marchitaban eran bellas, así como yoongi tenía días malos y también parecía que su aura segura moría; pero, de nuevo, yoongi reemplazaba las viejas flores por unas nuevas, entonces su escritorio volvía a ser feliz, así como una sonrisa siempre retornaba a su rostro.

solían ir a caminar juntos por el parque; era divertido. durante el día, los rayos del sol eran especialmente agradables, a jungkook le gustaba la atmósfera de vitalidad y alegría, era otro recordatorio de que no todos los días son grises y que, aunque lloviera, yoongi aun funcionaba como su sol personal. era maravilloso tomar su mano y sentir el toque de su tersa piel contra la suya. era hermoso, porque yoongi era hermoso, y su relación era hermosa y jungkook se sentía hermoso. y todo era hermoso, pero todo era el principio.
durante la noche, la suave brisa era acogedora y los obligaba a estar más cerca, los arrimaba el uno contra el otro, y era cómodo y era agradable y era hermoso; además de que no había niños alrededor saltando, jugando o haciendo preguntas. eran solo ellos dos, quizá con un poco de compañía de parejas jóvenes más indiscretas. y aún así era hermoso.

su familia era también muy simpática; jungkook tenía buena relación con la mayoría de ellos, especialmente su hermano mayor, namjoon; yoongi era bastante distinto a ellos en cuestiones de actitud; a pesar de ser su propia familia, solo hablaba lo necesario y nadie le hacía preguntas; jungkook era el que, por lo general, contaba las buenas nuevas y las nuevas no tan buenas; era un pacto que ninguno de los dos firmó, pero que estaba ahí; jungkook hablaba por los dos y eso estaba bien para él, sino hubiera sido mucho más complicado finalmente poder ser aprobado por todo el círculo familiar. lo amaron igualmente, pero jungkook era un poco paranoico.
jungkook hablaba por los dos, pero era yoongi el que decía lo realmente importante; por ejemplo, él anunció que iban a casarse.

solían hacer planes para el futuro; jungkook quería muchos niños y muchas niñas, quería una casa grande y varias mascotas, quería consentir a sus hijos y quería también comportarse como uno de ellos, quería ser su compinche y hacerlos felices.
yoongi quería solo un niño o una niña, le gustaba el lugar mediano donde estaban cerca del centro de seúl,estaba cerca de todo, decía y a jungkook no le agradaba la idea pero eso podían charlarlo después; quizá no tener la enorme familia de sus sueños, podía renunciar a eso, siempre y cuando estuviera con yoongi.

solían discutir por cosas bastante tontas; yoongi no soportaba que pasara tanto tiempo en el trabajo y jungkook detestaba que esté dejando su relación morir; ya no habían flores ni caminatas por el parque y, a decir verdad, las extrañaba, las extrañaba mucho, pero yoongi decía que no, que hacía mucho frío (aunque algún tiempo atrás hubiera calificado ese clima como ideal), que habían mucho niños (y que los niños no le gustaban), que era muy tarde, que quizás otro día; nunca se le acabaron las excusas, total, hubo un día que jungkook dejó de insistir, así como también hubo un día en el que tuvo que desechar el último ramo porque era estúpido conservarlas, de todas formas; y casi como una profecía, no había una sonrisa en el rostro de yoongi, tampoco habían rosas en su escritorio.

solían fingir; yoongi fingía no engañarlo y jungkook fingía no saberlo; era doloroso para jungkook aunque sí funcionó durante un tiempo; ya no le preocupaba la falta de caminatas y de flores, le preocupaba que le diera esas cosas a alguien más; ya no importaba por qué, sino quién.
yoongi ya no se quejaba del trabajo de jungkook porque casi nunca estaba en casa.
a jungkook le costaba verlo e imaginárselo con alguien más; parecían hechos el uno para el otro desde siempre y le dolía en lo más profundo de su ser pensar que ya no era suficiente, que ya no lo hacía feliz, que alguien más provocaba sus sonrisas, que alguien más era dueño de las flores que siempre le pertenecieron.

(incluso podrían quedarse en ese departamento, estaba bien si eso era lo que yoongi quería; incluso podían tener un solo hijo y yoongi podría escoger el nombre que quiera; incluso podría abandonar la idea de muchas mascotas o muchos juguetes; incluso podría perdonarlo por todo)

solían ser felices; jungkook lo miraba y las estrellas resplandecían en sus ojos; veía en sus ojos y ahí estaba él; veía en sus ojos y se encontraba (y al mismo tiempo se perdía), era mágico, compartían momentos llenos de magia e ilusión, llenos de pasión y desenfreno, llenos de amor y alegría. todos pensaban que eran el uno para el otro, que habían nacido para estar juntos, que se habían adaptado a lo malo y a lo bueno del otro, que nadie los conocía tan bien, que no había secretos entre ellos.
lo cierto es que yoongi sí tenía un secreto y ese secreto tenía nombre; era oscuro y profundo y yoongi se esforzaba en ocultarlo pero hubo un momento en el que dejó de importarle.

yoongi anunció su matrimonio; y también anunció su divorcio.

al menos así le comentó namjoon, algunos días después, porque en esa reunión familiar ya no era bienvenido, ya no era de la familia.

(se preguntó si lo llevaría a él, a ese otro alguien misterioso; se preguntó si él también hablaría por ambos, si podría hacer bromas con el primo de yoongi, taehyung, tan fácilmente, si se ganaría la confianza de namjoon)

a jungkook le gustaría pensar que la familia de yoongi va a recordarlo y va a quererlo; namjoon dijo que la señora min va a reclamarle durante un buen tiempo a yoongi, y que, tal vez, yoongi le pida volver. jungkook lo cree poco probable, igual le agradece, por la última información y por haber sido un buen cuñado. se ríen. ex-cuñado. jungkook ríe porque si no, llora y sabe que eso no solucionará nada.

solían amarse; al menos, yoongi solía hacerlo, solía darle esa sonrisa que mostraba sus rosadas encías, solía mirarlo con ojos de enamorado, solía tomar su mano en el parque y solía enviarle sus flores favoritas; solía tocar su pierna bajo la mesa en las comidas familiares y solía alentarlo a cantar la canción favorita de su madre frente suyo.

yoongi solía amarlo. pero jungkook no solía hacerlo, no, claro que no, porque aún lo ama; aún espera el día en que las rosas estén en su escritorio, sus pies en el parque y el corazón de yoongi junto al suyo.

lo malo del amor es que puede apagarse; lo peor, es que no siempre se apaga al mismo tiempo para ambos.

pudo ser ; sukookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora