Todos tenemos una Caja Prohibida, un lugar, quizás físico o mental, donde escondemos nuestros más profundos, dolorosos y vergonzosos recuerdos, y aunque a veces duela, nunca está de más abrir esta caja para obtener quizá, alguna respuesta que estemos buscando, para descubrir, quizá, que en el Salón de las Peceras, nuestra pecera está vacía y sólo queda llenarla tú mismo.
Yo abrí mi Caja Prohibida una tormentosa noche de diciembre del 2014, para lidiar de alguna forma con mi insomnio, y aunque los recuerdos que se escondían ahí dentro no eran tan dolorosos como los que atormentaban al Desgraciado, se me ocurrió que talvez, podría existir alguien cuyo pasado fuera tan insoportable, capaz de lastimar su alma con tal fuerza que incluso ese dolor desbordaría a un plano físico.
Lo denominé el Desgraciado, y me dejé llevar por la trágica y fantástica historia de este peculiar personaje y los otros que van apareciendo a lo largo del relato. Y aunque estos personajes son algo planos, no pude evitar enamorarme de cada uno de ellos, el Taxista Blanco, la madre del Desgraciado, el Encargado, etc.
A ti, querido lector, te agradezco que hayas podido darle una oportunidad a este relato y espero hayas podido descubrir las reflexiones que en ella se esconden en forma de interesantes metáforas y comparaciones, eres libre de darle tu propia interpretación a las mismas.
Esperando hayas tenido un momento placentero leyendo esta historia, me despido hasta la siguiente aventura.
¡Gracias!
Axel Luna (AXLUNA)
Jueves, 6 de abril de 2017
La Paz, Bolivia.
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EL DESGRACIADO
Short StoryLa gente lo conocía como El Desgraciado, pues nunca lo vieron sonreír, enflaqueció, y su piel perdió el color que antaño le daba vida, parecía un muerto viviente. Y es que moría cada día. Moría a causa de la pena. Moría a causa de la soledad.