Nuestro perfecto desastre

Un encuentro peculiar

Me despierto al día siguiente con un poco de dolor de cabeza, decido ir a bañarme para mejorar un poco el malestar. Al terminar me seco y me visto, al salir del baño siento como mi estómago ruge por la falta de alimento, a lo que bajo para prepárame algo de desayunar.

Al ir a la cocina me encuentro con mi padre el cual se estaba preparando el desayuno, mi padre un hombre de un poco menos de 45 años, era un hombre fornido con fuertes músculos, con unos grandes ojos negros y un pelo negro corto en el cual se podían ver ya algunas canas.

-Hola Samuel-. Saludo al ver que mi padre ni se percata de que estaba ahí.

-No me digas así, sabes que no me gusta-. Dice mirándome con cara mala.- ¿Quieres algo de desayunar?-. Pregunta suavizando su mirada.

-Perdona, si un café con tostadas.-Respondo entre risas.

-Marcha un café con tostadas para la mesa once-. Dice riéndose y disponiéndose a preparar lo que pedí.

-Pa, ¿Dónde está mama y Matt?

-Matt se fue temprano a la casa de la novia y tu madre se tuvo que ir antes al trabajo-.Contesta.-Parece que su clienta quería hablar sobre lo que tratara su fiesta.

-¿Cómo te fue ayer en la fiesta de trabajo?

Mi padre contesta iluminándose la cara y se embarca en una larga historia de lo ocurrido la noche anterior, siempre admire la facilidad de palabra de mi padre y la elocuencia al hablar esto se debe en parte a su profesión supongo , en cambio yo soy todo lo contario cuando llegue a casa pensé que con el tiempo aprendería a ser como el pero eso nunca paso pienso resignado.

-¿Me estas escuchando?.- Pregunta buscando mis ojos con su mirada mientras me da el desayuno.

-Por supuesto.- Me apuro a contestar.

-¿Hoy que harás?.- Pregunta mi padre con tono inquisitivo.

-Saldré con los chicos al centro comercial.

-¿Necesitas dinero?.

-Si me ofreces, no me opondré.

Luego de terminar el desayuno entre charlas y risas con mi padre. Me dirijo a mi cuarto dejando a papá solo en la cocina. Mientras subo las escaleras escucho el tintineo de una campanita, al darme vuelta encuentro a Cerbero, el es nuestro perro un siberiano blanco con una mancha negra en el lomo.

-Hola chico.- Le digo al escuchar que me ladra.-¿Cómo estás?.- Pregunto rascándole la oreja.- Ven vamos al cuarto.

Al llegar al dormitorio me dirijo al escritorio y agarro el celular veo dos mensajes de mis dos mejores amigos James o como nosotros le decimos Jem y Annabeth preguntándome si iremos al centro comercial, les contesto que si y les pongo el lugar de encuentro. Después de arreglar todo con los chicos me dirijo al armario de ropa, lo miro y pienso en que me pondré. Al final me decido por una remera larga, un pantalón de jean justo y una botas marrones, una vez terminado de vestirme me aliso el pelo, voy a la puerta del cuarto me doy vuelta y veo a Cerbero estaba acostado en mi cama, luego bajo hasta la puerta de casa donde en una mesita que se encuentra al lado veo plata y una nota que dejo mi padre que decía que disfrutara y me dejaba saludos. Después de agarrar la plata salgo de casa.

Tras media hora de colectivo me encuentro ya con mis amigos sentados en la plaza de comida del centro comercial, decidiendo que es lo que comeremos.

-¿Y si comemos hamburguesas?.- Pregunta Jem

-No, comamos pizza.- Propone Ani

Los miro a los dos como se ponen a pelear por que almorzaremos, primero miro a Jem recuerdo la primara ve que nos conocimos el tenía 11 y yo 12, el era más bajo que yo en ese entonces, yo en eso días era otra persona tenía miedo de confiar en la gente, en unos de esos días en los que necesitaba estar solo salí a dar un paseo por el barrio, en ese paseo me encuentro con un chico de pelo castaño y ojos negros el cual jugaba a la pelota. Al verme el me ofrece jugar con el yo temeroso acepto, recuerdo que me divertí mucho con ese niño, generaba una confianza en m i que nadie lo había echo, después de eso todos los días nos juntábamos. Una semana después mientras Jem y yo jugábamos se nos acerca una chica de la misma edad de Jem, ella era una chica de una hermosa cabellera rubia y unos ojos verdes con una remera de corazones y una falda multicolor, desde ese día nos volvimos mejores amigos y nunca nos volvimos a separar.