He perdido la noción del tiempo, no sé cuántos minutos llevo corriendo, pero tampoco es lo que más me importa en este momento.
Hoy iba a ser un día como cualquier otro, me despertaría, desayunaría y haría mi rutina habitual de clases, casa, deberes, cena y devuelta a la cama.¿Que pudo salir mal? Ah si, (modo sarcástico) no contábamos con que una bomba o por lo menos eso me pareció, estallaría justo a la salida del instituto.
Por la mañana en el instituto:
-Chica cualquiera: Buenos días Han.
-Yo: Buenos días Madison.
(Un par de saludos más)Me llamo Hanna Benson, 16 años, metro sesenta y cinco, pelo liso castaño con unas pocas pecas por la cara.
Si eso es, soy una persona corrientucha, que vive con sus padres y mi abuela en un dúplex de la calle Haight de San Francisco.
Mi padre es banquero y mi madre dirige una empresa de productos de belleza no muy famosa, una familia normal, una vida normal.*toca el timbre de entrada a clases*
Me recibe mi mejor amiga Andrew sentada en su pupitre mascando un chicle seguramente de sandia, son sus favoritos. Ella a diferencia de mi es alta, esbelta, tiene pequeñas ondulaciones en su pelo castaño claro con mechas rubias, siempre está rodeada de gente por el carácter alegre y avivado que posee.
-Andrew: Hey Han, llegas tarde, otra vez. No sé cómo lo haces, nunca te maquillas ni te recoges el pelo, solo coges lo primero que ves en el armario y desayunas, y aún así siempre siempre siempre llegas tarde.
-Hanna: Y tú siempre me das la misma charla todas las mañanas, tampoco lo entiendo.
-Andrew: Tsss, parece que alguien se ha levantado con el pie izquierdo esta mañana.
Terminan las clases:
Como siempre Andrew y yo a la salida del instituto vamos juntas hasta el metro y allí ya cogemos caminos diferentes.
A medio camino íbamos charlando animadamente sobre lo mucho que le gusta Scott o lo listo que le parece Mathew, y lo bien que estaría si los combinasen a los dos.
Sinceramente no me gustan mucho esos temas pero siempre acabo riéndome por la manera en Andrew los cuenta, siempre mueve los brazos con energía mientras habla, no sé cómo todavía no me ha pegado ningún manotazo.-Andrew: Hey han, ¿estás viendo eso?
-Hanna: ¿El que? ( miro en la dirección que Andrew me señala con el dedo y para mi sorpresa vi una luz cegadora acercándose más y más hacia el lugar donde nos encontrábamos)
-Hanna: Andrew eso no tiene buena pinta, ¡no te quedes mirándolo y muévete!
Le grite con todo lo que tenía a Andrew y empecé a correr para alejarme todo lo posible de aquella luz, con la esperanza de que me estuviera siguiendo por detrás.
Todo pasó tan rápido que lo único que recuerdo es un cráter enorme en el suelo y a mí corriendo sin parar con una voz que me llamaba continuamente, me decía.
"Hannaaa ¿porque corres? ¿No quieres saber los secretos que oculto? Yo te enseñaré a utilizar tu poder, no podrás hacerlo sin mi, te acabará corrompiendo como a los otros."
Una y otra vez una voz suave y relajada me repetía lo mismo.
Me sangraba y escocía la cabeza, "me la habré golpeado al caerme al suelo por el impacto de lo que fuera esa luz", pensaba, así que esperaba que esa voz solo fuera producto de los delirios que me estarían ocurriendo por la pérdida de tanta sangre.Después de tanto correr acabe parándome por el agotamiento y las preguntas empezaron a surgir en mi mente.
Pero la más importante de todas ellas era:¿En donde estaba ahora mismo?
Nada de lo que veía al rededor me sonaba a San Francisco ni alrededores, todo era más viejo, como si hubiese retrocedido décadas, hasta lo que parecía la Edad Media, puede que un poco más avanzada.