"Capítulo 48"

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Cuando llegamos a su casa, fue un gran recibimiento por parte de Rex. Él se subió a mis piernas y comenzó a darme lametazos por toda la cara.

Después, André y yo nos sentamos en el sofá.

—¿Te acuerdas que comenté que Calvin Klein me había cogido para hacer unas fotos?

Asentí.

—Quieren hacer también unas fotos contigo, es decir, tú tendrías que venir conmigo.

—¿Cuándo son las fotos?

—El lunes a las cuatro y media de la tarde.

—Vale.

Sonrió y se acercó a mí.

Besó mi cuello y solté un pequeño gemido.

—André... —murmuré.

Sentí su sonrisa y los besos subieron por mi mejilla.

Me besó y le seguí el beso.

Sentí una electricidad recorrer mi cuerpo. Le seguí el beso mientras ponía mis manos en su cuello.

Sus manos se colaron por mi camiseta y suspiré.

—¿Vamos a mi habitación? —murmuró sobre mis labios.

Asentí y me cogió en brazos. Me llevó a su habitación y me tiró en la cama.

Sus labios agresivos atacaron mi cuello sin piedad y yo no podía parar de soltar pequeño gemidos.

Me quitó la parte de arriba y me miró.

—¿Sabes que tienes buenos pechos? —susurró.

Reí y volvió besarme.

Me quitó el sujetador lentamente y succionó mis pezones.

Gemí y me bajó los pantalones.

—¿Segura?

—Segurísima.

Besó mi tatuaje y siguió bajando.

Su lengua hacía magia.

A los minutos, terminamos. Más bien, él terminó. 

—¿Te gustó?

—Me encantó —murmuré.

—Me pones si estás así, pequeña —me susurró al oído.

Sonreí y acaricié su muslo.

—¿Vas tan rápido?

Reí y me posé encima de él.

Mordí su lóbulo mientras ponía mi mano sobre su entrepierna.

—Laura —susurró gimiendo.

Dejé varios besos por su cuello y clavícula mientras colaba mis manos por debajo de su camiseta.

Se la quité para que no estorbara y admiré su abdominales.

—Por esto Calvin Klein te quiere —sonreí coqueta.

Sentí su erección crecer entre mis piernas. Gemí y me moví sobre él para estar cómoda.

Besé sus abdominales y sonreí cuando llegué a sus pantalones.

Bajé sus pantalones y vi su paquete. Me mordí los labios.

Dejé besos alrededor del elástico de su bóxer y oí como gemía.

Bajé su bóxer y cogí su pene.

¿No quieres o no puedes?   ➡ Antoine Griezmann ⬅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora