Una vida sin rumbo

Alicia en el país de las pesadillas

Narra Anne-

Al despertar estábamos a tres cuadras de la pensión, observaba la ciudad, me gustaba hacerlo, era tan tranquila a la noche, tan callada...

Llegó la hora de bajarme del colectivo, mis ojos se cerraban, salude a la colectivera y salí a la calle, hacía frío y no tenía abrigos, sólo mi camisa a cuadros y unos jeans.

Camine por la acera húmeda y me quede media hora fuera hasta que Agnesia (mi compañera) atendió el portero y me abrió. Cómo nuestro ascensor está roto debo subir mil escalones.
Con la cabeza en alto antes de abrir la puerta tome aire y me prepare para lo que sea que Agnesia me iba a decir.

Tome el picaporte y entre, deje las llaves y busque a Agnesia con la mirada, estaba sentada, la salude y a continuación me dijo:

- Nena, no sé por dónde te metes hasta estas horas, sos muy chica y no podes andar por ahí haciendo quien sabe que-

Me miró con indiferencia y se fue a su cama. ¿Que debe pensar que hago?

Me quite los zapatos y prendí el televisor, lo que vi me aterro, guerras, batallas, reclamos, dictadura, terrorismo.
Tome mi máquina de escribir prendí el pequeño foco por encima de ella y comencé a dar mi opinión sobre esto, aunque nadie probablemente lo leerá, me hace sentir bien.

-Una simple pesadilla-

Deseo que esto sea un sueño, lo deseo.
Últimamente estamos en un lugar fuera de nuestra realidad, o siempre fue así? Nunca vamos a llegar a un acuerdo, pero, las cosas solucionan con violencia? Pensamos como seres primitivos y no nos damos cuenta, tantos avances tecnológicos y tanto retroceso social.
Abramos los ojos, esto no es un cuento, abramos los ojos esto no es un juego, nuevas generaciones, ABRÁN los ojos, ustedes son la única esperanza que queda en un mundo fuera de él entorno. No te dejes llevar por lo que dicen los demás, vos podes hacer mucho, si nos lo proponemos, hacemos de este mundo un lugar mejor, porque así pudimos cambiar muchas cosas.

Anne Verle.

Agnesia me grito que estaba cansada y que deje de hacer ruido. Deje mi máquina de escribir y guarde la hoja. Tome un baño para luego acostarme en mi cama, los pensamientos no me dejaban dormir, tenía temor a que todo el mal del mundo llegue y no se vaya más. Cerré mis ojos y caí en un profundo sueño, en el cual todos éramos felices, por eso fue, un simple sueño.

-NOTA DE LA AUTORA-
No sabes cuando las cosas van a cambiar de una forma violenta, si disfrutamos el presente y cada segundo sabremos como cambiar el mundo. Si nos exploramos a nosotros mismos descubrimos un mundo entero, así que, ¿Qué esperas para descubrirte y cambiar al mundo para bien?