Tenían el poder de curarse las heridas con besos.
A veces encendían fuego al mirarse, y otras veces simplemente llenaban el mundo de paz.
Eran un rayo de sol en la tormenta, la luz de la luna en medio de tanta oscuridad, la risa después de un largo llanto.
Cada vez que reían a la par creaban una melodía que hacía hasta a los muertos bailar.
Cuando los dedos de sus manos se entrelazaban construían un mundo donde el dolor y la injusticia no existían en ninguna de sus formas.
Su amor era pura magia; pura magia que hacía rabiar de envidia a los más grandes magos.
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Prosas nocturnas.
PoetryEs por la noche que la mente del artista se despierta. Mis mejores y peores noches son mi musa.