Parte 1 - Insoportable

13 2 8
                                    

Tome mi cálido chocolate en una mañana fría de diciembre. No era raro, ya que en este pueblo el mal tiempo era lo más común. No culpo a el tiempo, eso son bobadas, hay un tonto que se encarga de la meteorológia, y tiene especial desdén por este lugar. El idiota de Boris se encarga de ello, y no es que el tipo sea muy amigable, pero siempre que necesito algún consejo, se que el estará ahí, por lo que me conformo con su áspera personalidad.

Termine mi chocolate con un último y rápido sorbo, con el cual, casi me atraganté, la torpeza viene de genes, supongo. Realmente, no me acuerdo de mi familia, ni de la vida que lleve antes de... Como lo llamáis vosotros, morir. Los ángeles de Arath nos borran los recuerdos rápidamente al llegar y claramente necesitan nuestro consentimiento, parece fácil pero la verdad es que si no das tu consentimiento los muy capullos te echan de ahí. Todo un dilema.

Volví a la realidad al escuchar un chasquido, alguien delante mio llevaba tiempo hablandome. Otra habilidad de Irithalhia, ser despistada.
En fin, la persona irritante que me saco de mi sueño, no fue la esperada, sino por lo que estoy aquí aún, en la tierra. Y esa molesta atadura de llama Akai. Un nombre peculiar entre vivos.
-Oh venga ya tía, ¿Que mierda haces aquí tomando un chocolate? Joder, eso es muy hipster. En fin, como te de la gana. Veamos... - Akai jugeteaba nervioso con un sobre que tenía entre sus dedos, finalmente la abrió, dejando sus ojos como platos, casi igual que si boca formando una "O" - ¡SÍ! ¡SÍ SÍ SÍ! ¡JODER SÍ!
Suspire y solté la palabra que el esperaba, de veras yo era tan predecible? Uf, vivos, supongo.
-¿Que es tan bueno ahora Akai? - Con desinterés levante la mano para llamar a una camarera de la cafetería en la que me encontraba. Ella rápidamente vino cogió el vaso de plástico que previamente contenía una bebida y la coloco en una bandeja junto a otros recipientes vacíos, para mi sorpresa la camarera me miro y me guiño un ojo;
-Iris. Te vigilan, ten cuidado, no me gustaría que una hermana terminase igual que yo. Desterrada para siempre trabajando para... - esta dirige la mirada a Akai, al que había cortado y que ahora la miraba con cara curiosa- Uf, tu. Probablemente no entiendas nada, utilizamos ese lenguaje entre hermanas, ya sabes - le pega un golpe suave en el hombro, a forma de broma- Desterrar significa... Rechazar. Y no me gustaría que trabajase en una cafetería, el local está muy sucio. - Se va rápidamente murmurando las siguientes palabras: "Mierda, hoy mismo me despiden".
Akai se volvió hacia a mi y supe que quería preguntar, por lo que busque un apodo válido en la tierra para ella,
Tara.
-¡¿Tara?! ¡¿Y porque demonios trabaja una niña aquí?! - Me miro sin entender, como si fuese mi culpa. Tata murió a los 23 por lo que al darle un aspecto vivo, tuvieron que reducirle la edad a 16, al igual que hicieron conmigo.
-Mira Akai, hoy no haces más que preguntas estúpidas que no tengo porque contestar, me gustaría que dieses media vuelta y te fuese... Pf, tiene 16 años, trabaja para conseguir dinero... Para... Ya sabes, la universidad.
Akai debería saber quien soy, pero por miedo a que el muy orgulloso pudiese prescindir de mis servicios, me hice pasar por una compañera de trabajo, ese idiota sería capaz de chantajearme con esto.
-Lo siento, tengo que irme Aki, tengo que terminar la ficha de clientes para mañana, apenas la empecé. - Sin esperar una despedida y con una mirada de indignación de su parte, me levante de mi silla y me dirigí a el punto donde me transporto a Areth, últimamente no pasaba mucho por ahí... No me vendría mal saludar a unas cuantas personas hasta volver al trabajo, un trabajo que por suerte, terminará en unos 70 años. Hasta que Akai muera y sea mi compañero, ahí ya no tendre que cuidar de él como si fuese su niñera, absurdo, el ya tiene 23 años, tiene trabajo, vive solo... Y sabe hacer lo necesario para vivir solito, pero no, a Adak el gran jefazo, el pez gordo de aquí, no tenia nadie a quien asignarme así que pensó, ¿Porque no le asigno a ese insoportable y egocéntrico matón para que trabaje con el y con un milagro le vuelva amable? Apuesto a que ni el puede hacer eso, es imposible, Akai mandjatan es un ser muy difícil de tratar, y al fin y al cabo, no sabía nada cuando me lo asignaron, inútiles. Sinceramente, prefería quedarme en lista de espera hasta que me asignasen a alguien que realmente lo necesitase.
Extendí mis invisibles alas y ascendí, me esperaba un camino de un par de horas por lo que decidí echarme una siesta. Menos mal que el ascenso es automáticamente, antiguamente se hacía con mucho esfuerzo, siempre que llegabas quedabas agotado, o eso me contó Boris, que ya lleva más de 300 años aquí. Y sí, el es un dios.

After life / I wont see you again (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora