Día 0
"Te amo demasiado y no es suficiente"
-Amy Winehouse, Back to Black.Es muy probable que te pierdas en el camino cuando sabes a donde ir, pero cuando no lo sabes, cualquier dirección será la correcta. Y yo lo sabía, sabía que había momentos en los que optaba por un camino y terminaba tomando el contrario. Sabía que algunas veces nos aferrabamos tanto a la idea imposible de querer reconquistar un corazón que ya había sido conquistado, pero sabía que se sentía bien. Incluso yo lo sabía.
Las noches así me recordaban a aquellas viejas películas en blanco y negro, aquellas en las que no hay ningún movimiento cálido, de aquellas en las que todas las escenas parecen gélidas y en las que las guapas actrices cabareteras parecen temblar de frío. La noche estaba en blanco y negro, y yo temblaba ante el cruel viento que azotaba los árboles.
-Hace frío- dice el conductor del taxi, como dando una gran noticia.
-Ajá- respondo de forma demasiado tajante.
-A dónde vas exactamente?- miro a través del sucio cristal y veo la imagen de un señor bastante borracho, que camina en dirección contraria a todos los chicos que se arremolinan alrededor de un bar nuevo en la ciudad.
Y entonces se me ocurre que incluso ese señor ebrio, sabe a dónde va, incluso él, excepto yo.
-Aquí está bien- el señor que conduce frena frente al bar y acepta el billete que le ofrezco.
-Que tenga linda noche- dice antes de ponerse en marcha otra vez.
Me quedo parada ante la gran multitud que amenaza con irse encima del guardia frente a la entrada del bar.
-Vas a entrar?- alzo la vista y veo a un chico de labios plateados sonreírme.
-No, creo que no- él asiente.
-Conozco un lugar mucho más cool- esboza una sonrisa completa- traes contigo tu identificación?
-No... Quiero decir yo no... Tengo 17 años- el chico sonríe de nuevo.
-Vamos, que se hace tarde.Camino tras el por alrededor de dos cuadras, él va fumando sin parar y revisa a cada segundo el móvil. Me pregunto qué diablos hago tras este lunático, pero antes de responderme a mi misma, lo pierdo de vista y ahí en medio de la nada, veo el anuncio que acaba con mis temores.
En la entrada veo unos pequeños locales de pulseras y bolsos tejidos con hilos coloridos, y una gran pintura de Nina Simone adorna la pared.
Camino hasta el fondo, donde hay algunas mesas y sillas. El sitio es demasiado agradable, la luz es tenue y unas pequeñas luces penden del techo.
Una banda toca en el centro, en seguida reconozco la canción, Crema de estrellas. La gente ríe y charla mientras el chico de barba y cabello largo canta con toda la euforia y emoción posible.
Me acerco más, hasta donde me es posible. Veo unas pocas mesas vacías al final del pasillo, en un rincón desde el que no hay buena vista, pero están vacías así que debería sentarme un alguna de ellas.
Todas las mesas están ocupadas por chicos que parecen bastante monos, mientras ríen y cantan y beben y fuman.
Me siento tras una mesa abarrotada de unas chicas que se divierten tomándose fotos para el Snapchat, según veo.
Bajo la vista y veo sobre la mesa un libro. "RAYUELA". Vaya! Quién dejaría esto aquí, me pregunto. Así que lo abro y veo tras la portada, sobre la primer página, un hermoso cuadro. Es una pequeña pintura sobre el viejo papel, que representa lo que parece ser un ramo de rosas, y la popular frase de Frida Khalo, "pinto flores, para que no mueran".
Estoy por pasar a la página siguiente, cuando una chica robusta de cabello largo y lacio se acerca.
-Disculpa, me he dejado esto aquí- toma el libro y sin que me de tiempo de decir algo, lo quita de mis manos.
Definitivamente la situación es incomoda, así que agradezco el hecho de que nadie preste atención y de que el chico de la barba ahora deleite al público con Té para tres.
La chica retrocede a la mesa que está justamente atrás. Intento voltear pero siento la mirada de la chica sobre mi, así que saco mi caja de Tic tacs que en lugar de las pastillas de hierbabuena tiene unas pequeñas píldoras de algo que actúa como sedante.
-No, por Dios, Azael, no seamos idiotas...
-Ilse, espera sabes que he estado todo el tiempo aquí por ti- la voz de un chico me saca de mis ensoñaciones y me obliga a voltear.
La chica parece demasiado furiosa, y en sus manos descansa el libro. Frente a ella está un chico bastante alto que la mira fijamente y tiene una mirada de dolor y tristeza.
-Azael, no puedo, voy a seguir con Jorge...
-Lo amas?- vuelvo a posar la mirada en las píldoras y me concentro en escuchar la respuesta de la chica.
Cuento los segundos, porque según dicen que de acuerdo a los segundos que tardes en responder, es el porcentaje de convicción ante lo que has contestado.
Veintidós, veintitrés, veinticuatro...
-Si- su respuesta es definitiva, y con 24 segundos de retraso está un 76% segura de lo que dijo.
-Perfecto...- la voz del chico se quiebra en el último instante.
-Azael... Yo solo quiero que sepas que te quiero, pero eres mi amigo, mi mejor amigo- volteo de nuevo.
El chico tiene la mano derecha sobre su frente y la chica ha dejado el libro sobre la mesilla mientras saca algo de su bolso Guess.
Saca su móvil y responde una llamada. Su voz es inaudible y el chico sigue mirándola fijamente.
La observa de una forma bastante fuerte, como si ofreciera con sus ojos el mundo incesante sólo para ella, como la luna miraría desesperada al sol, pidiendo y exigiendo a gritos más luz, la mira como si ella brillara en este sitio y cómo si solo fueran ellos dos en un espacio en negro donde ella es blanca y brillante y él pasa del blanco al gris y de nuevo al negro.
-Tengo que irme- él asiente y se mete ambas manos en los bolsillos de los pantalones.
-Bien, entonces lo amas...
-Si- él vuelve a asentir.
-Lleva el libro contigo...
-Sabes que no puedo...
-Perfecto, entonces podrías simplemente irte sin retroceder?
Ella asiente y justo cuando una lágrima está a punto de escapar de sus ojos, da la vuelta y se va con sus tacones altos, su abrigo rosa y su bolso Guess.
Él se queda pensativo, toma el libro y lo vuelve a dejar sobre la mesa.
-Té para tres- murmura y sonríe, es una sonrisa bastante mala.
Justo en medio de su sonrisa, me observa, la sonrisa se borra de sus ojos y cómo si mi presencia le molestara, se da la vuelta y se aleja.
Se aleja con las manos en los bolsillos, la sonrisa fingida, sus botas retumbando aún entre el bullicio y su corazón hecho añicos, según veo.
No sé que sentir o qué pensar, guardo las píldoras en mi bolso de imitación de piel, me levanto y sin que nadie note mi presencia ni mi ausencia, tomo el libro, lo guardo en mi bolsillo y salgo a toda prisa de este lugar en donde en tan solo 5 minutos todo puede pasar. En este lugar en donde mientras Té para tres suena, a alguien el corazón le puede estallar. Me alejo sin mirar atrás, me alejo por fin de este lugar.
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Inefable
RomanceAquellos amores que se convierten en imposibles porque jamás te atreverías a arruinar su vida, con un mensaje o una declaración de amor.