Mis parpados se encontraban pesados, hice el máximo esfuerzo para abrirlos, sentía mi boca pastosa, y me dolía hasta la mínima partícula de mi cuerpo. Lo primero que vi fue el techo, no descifraba en qué lugar estaba ni menos que había pasado. Estaba envuelta en 4 paredes color blanco crema, que a medida del tiempo sentía que me hundían. Mire alrededor, una mesilla de mármol que obtenía millones de herramientas de hospital. Trate de recordar que fue lo que había pasado, pero necesitaba saber cuánto tiempo llevaba aquí, claramente estaba en un hospital. La noche en que fuimos al sótano de aquel manicomio, es lo último que tengo en mi memoria, por lo que se y puedo llegar a saber, ¿Jade? Y ¿Leigh? Tampoco se de Sam.
-Hola. –Mire hacia el punto en que escuche esa fina voz. Una mujer con bata blanca que me sonreía con unos perfectos dientes. A veces me preguntaba que serían de los doctores, si en verdad se preocupan por sus clientes o todo es solo por trabajo, solo para ganar dinero. Como preguntarte si a tu familia le importa tu autoestima. Le sonreí débilmente a la mujer, con todas mis fuerzas quería hacerlo sentir una sonrisa al fin.
-Despertaste, estuvimos esperamos tiempo para esto. – Caminaba de una punta al otro del cuarto, solamente la observaba pero ella cada tanto me miraba, esperando una respuesta. Fui directa y le dije lo primero que pude pronunciar.
- Mi mamá? Dónde está mi mamá?
-Tus padres están afuera querida, en la sala de espera. Se van a alegrar cuando sepan que despertaste.
-Pueden pasar? –Hice una mueca, que no se diera que cuenta que quiero que pasen. Necesitaba aclarar mis dudas, que me expliquen que hacia aquí.
-Claro. –Me acaricio el hombro. – Espérate que los llamo. –Sonríe.
Ella se retiró de esta pequeña habitación y a los minutos entran mis padres. El primer gesto de mi madre me asusto, se tapó la boca con ambas manos como si hubiera visto un fantasma. Tan mal aparento? Mi papá tenía ojeras, los ojos hinchados y parecía que no se hubiera bañado en años.
Se les aguaron los ojos a los segundos de poner un pie en este suelo blanco de la sala.
-Que..que es lo que ocurre? – Susurre, no tenia fuerzas.
Mamá apoyo su palma helada en mi frente, mientras sus ojos verdes radiantes me miraban con pena.
-No recuerdas nada? –Hablo mi mamá, entrecortando su voz, me sentía apenada.
-Lo último que podría decir a tu pregunta, fue cuando fuimos al.. –Ella no sabia adonde había ido, no me hubiera dejado. Hizo una mueca, estaba tardando con mi respuesta.
-Te dije de no acercarte a ese lugar Perrie! –Me grito, por lo menos, me hubiera salteado la explicación, sería una eternidad explicarles, al parecer ya saben todo..
Ella se sentó en la silla de acompañante que había a un lado de mi cama, se refriego con las manos la cara, parecía más muerta que viva, me empecé a asustar.
-Explícame ahora mismo que hacías allí?! Era un lugar viejo, era peligroso! –Parecía nerviosa, trate de calmarme, me estaba poniendo nerviosa a mi. Mi papá se encontraba parado en una punta de la habitación, como siempre dando sus opiniones al fin de la conversación.
-Yo…cual es el problema? Me explican que es lo que hago aquí? –Intente ser paciente.
-Se derrumbó el lugar hija, tu.. tu estas aquí, por suerte, con nosotros. –Dijo mi papá, acariciando mi pierna izquierda, parecía como si lo estuviera diciendo como un milagro, miro al cielo y me quede confusa, entonces donde estaban jade y leigh, o sam? No.
-Ellos es tan bien no mamá? –Mis ojos se empezaron a aguar, imaginándome lo peor que hubiera pasado, las ideas eran como gotas de lluvia en mi cabeza, una idea de lo peor en imaginar por microsegundos. –Ellos están bien, dime, cual son sus habitaciones? –Insistí.
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Pidiendo ayuda [ Zerrie ]
FanfikceSu vida interfiere en un terrible 'accidente' y por aquello, Perrie ha tenido trauma psíquico. No entiende ni la mitad de su vida, por cosas inexplicables, su madre esta preocupada y llama a un psicologo, las cosas se tornan peores, hasta que llega...