Regresar A Casa.

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Después de ese día, al siguiente ambos se levantaron temprano y bajaron a desayunar.

—¿Qué quieres de desayunar, Soo?

—Dios, ¿sabes cocinar? —preguntó burlón—.

—Me sentí demasiado ofendido, ¿sabes? Claro que sé, soy muy buen cocinero. —dice con pose de súper héroe y se ríe— Ya, en serio, ¿qué quieres?

En lo que decidía Soo, Tao y Kris entraron por la puerta principal.

—Buenos días, a los dos. —dijo Tao alegremente—.

—Buenos días, pensé que no vendrían.

—Los dejamos un rato solos, nunca dijimos que te regalaríamos la casa, ChanYeol. —le dice Kris rodando los ojos—.

—Mira, ricitos de oro mal obrado, cállate porque sino....

—Calmense y mejor vamos a desayunar, por favor. —dijo Tao haciendo aegyo—.

—Odio cuando haces eso. —se ríe Soo y se levanta—.

—Yo también lo amo, hyung... —hace puchero y se sienta—.

—¿Quieren panqueques?

—Sí. —Dijeron al unisono Tao y Soo—

—Bien, ahora vengo. —Va a la cocina—.

—Yo me voy a dar una ducha para ir a la oficina. —dijo Kris mientras miraba a Soo y sin más subió a su habitación—.

— Y bien, hyung, ¿qué pasó?

—¿Qué quieres que pase? —se sonroja un poco—.

—Oh, vamos... Ahora te ves feliz, ya no estas triste, ¿hizo algo Chan?

—Sí, me contó chistes, hizo cosas graciosas y lindas, es realmente un lindo hombre.

—Oh, por dios... ¡Te gusta! —dijo gritando—.

—¿Qué? ¡No! No puede gustarme, estoy casado Tao.

—Sí, con un hombre que te engaña desde quién sabe cuando y tú como tonto sufriendo por él... Wow, que buen marido tienes, hyung. —dice en tono burlón y enojado—.

—Bueno... Tienes razón...

—Ya están los panqueques. —Chan sale de la cocina y pone los panqueques en la mesa con una radiante sonrisa— Que lo disfruten.

—Gracias. —Dicen ambos y comienzan a comer—.

—¡Están deliciosos! —dijo Soo muy feliz— Eres increíble, realmente te contrataría para trabajar en la cafetería.

—Sería un placer, pequeño.

—Hablando de cafetería, se nos hará tarde para abrir, hyung, es hora de irnos. 

—Tienes razón, se me olvido. Bueno, vámonos.

—¿Puedo acompañarlos? Odio estar solo en casa.

—Claro, vamos, Channie... Deja le digo a Kris que ya nos vamos. —sube corriendo a decirle que se iban—.

—Te noto de mejor humor, Soo, eso me alegra. —le revuelve el cabello y espera a Tao—.

—Gracias a ti, me levantaste el ánimo ayer. En serio te lo agradezco.

—No es nada, no me gusta ver triste a nadie.

—Vámonos, Kris dijo que conducieras ChanYeol. —dice con puchero—.

—¿Es en serio? Aish, ese hombre, bueno dame las llaves.

Cuando estuvieron los tres listos, se subieron al auto y ChanYeol condució hasta la cafetería sin prisa. Al llegar, los tres bajan y abren la cafetería.

—Bien, ¿en qué les ayudo?

—Puedes hacer los panqueques que nos hiciste, saben realmente buenos.

—Sí, ¿dónde está la cocina?

—Allá. —le señala la puerta— Vamos a acomodar todo, Tao.

—Sí, hyung.

Ambos chicos ponían los manteles, un florero en cada mesa y un servilletero, esa mañana pintaba muy bien, Soo se sentía realmente bien y deseaba seguir sintiéndose así, gracias a ChanYeol. Tal vez Tao tenía razón y se estaba enamorando del alto, ¿y quién no lo haría? Si es tan lindo y amable, es realmente el ser maravilloso.

Entonces lo entendió.

Se estaba enamorando de ChanYeol.

KyungSoo se sorprendió por ello, ¿enamorado de él? ¿Tan rápido? Puede que sí.

—KyungSoo-ah, ya están listos los panqueques.

—¿Eh? ¡Ah! Sí, gracias. —pone el letrero de "abierto" y se alistan para recibir a los clientes—.

....

Después de un día donde hubieron muchos clientes y pedidos, por fin era la hora de cerrar e ir a casa para poder descansar.

—Bien, los veo mañana, chicos. —dice no muy convencido KyungSoo—.

—Hyung, se nota a kilómetros que no quieres ir a casa...

—Lo sé, pero tengo que ir... No puedo quedarme siempre en su casa.

—Bien, te llevaremos a tu casa.

—Pero, ChanYeol... No es...

—No te pregunte. —va por el auto— Suban. —dice algo enojado—.

Los chicos subieron al auto en silencio y durante el camino a casa de KyungSoo siguieron así.

—G-gracias, los veo mañana. —Soo se despide de ellos y entra a su casa con una sonrisa—.

—Hola, mi amor, bienvenido a casa.

KyungSoo se tensó al escuchar la voz de su marido y lo miro sorprendido. Realmente regresar a casa no fue una buena idea.

✳El Dulce Dolor De Amarte [KaiSoo]✳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora