TerrorBug: Terrorismo en París

Capitulo 1: Stade de France

9:20 pm -Cuarto de Marinette; París, Francia.

Marinette acababa de salir de la ducha, todavía envuelta en su bata, contemplaba por la ventana de su habitación el humo que fluía desde el del Stade de France.

-Marinette: ¡Tikki MOTAS!

Tikki se acercó a ella desde la cama, dirigiéndose directamente a los pendientes de Marinette. Convertida en Ladybug subía al techo, cuando escucho la televisión que sus padres sintonizaban para hacer un anuncio sobre noticias de última hora.

Ladybug no le gustaba esto. Algo estaba muy mal. Los ataques de Akuma nunca habían sido tan macabros ni violentos. Claro, mucha gente había estado en peligro antes, la Torre Eiffel había sido cortada por la mitad, pero ningún akuma había querido destruir la ciudad. Un gran humo negro se alzaba en espiral hacia el cielo.

Ladybug Aterrizaba en un techo cercano para responder al llamado de Chat Noir.

-Ladybug: "¿Chat? ¿Dónde estás? una bomba explotó en el Stade de France. Este akuma- "

-Chat noir: Mi lady, hay un tiroteo en Bichat. Estoy ahí."

¿Dos akumas?

-Chat Noir: no se lo que acaba de ocurrir.... Pasó justo delante de mí. Pero no se parecían a un akuma, sólo humanos comunes...

"comunes..." sus ojos captaron movimiento en el suelo cerca del estadio. Había un sospechoso. Su rostro estaba cubierto de telas y tenia algo escondido en su chaqueta. La persona levantó la vista y Ladybug tomó una respiración fuerte. No era el colorete mal aplicado, era un signo de alguien poseído.

-Chat Noir: "Bicho-"

-Ladybug: "CHAT, es un akuma." Ella comenzó a correr a través de los techos para llegar al tipo rápidamente. "Él no ha cambiado, es sólo su cara y no está llamando la atención sobre sí mismo."

Estaba justo encima de él ahora. Ladybug procedía a acercarse al tipo con cuidado

-Chat Noir: Eso no es normal. Ladyb, ten cuidado.

Pero antes de acercarse lo suficiente.... La bomba estalla.

Entre ruido blanco y desenfoco, Ladybug trata de recobrarse entre el sonido de las sirenas y los gritos. Sus brazos resultaron dañados por la explosión. Había cemento en su mejilla e intentó entender lo que había sucedido. Ella se había acercado antes de ver un destello poderoso. La mariquita recordaba vagamente golpear el costado del auto del que acababa de esconderse antes de que todo se volviera negro. Suponía que se había caído al suelo.