¿Cuántas veces te has topado con alguien que tenga mucho trasero? Supondría que existe un montón, sin embargo, a mí alrededor, no habían muchos. Desde que era un pequeñuelo, la gente no sólo miraba mi rostro de ángel, sino que me giraba como una ruleta y echaba un vistazo a mi "esponjoso trasero". Actuaban como si nunca hubiesen visto uno en su vida.
Quizá no así de regordete.
«¿Este niño es normal?» «¿Cuánto costó la operación? » «¿Eso que llevas allá atrás, es real? »
Inclusive para mí, no era real tener un trasero tan grande a tan corta edad. Las personas solían mirarme demasiado, mis compañeros de clases sólo podían pedir que pasara al frente para dedicar su atención en mí desde el pizarrón. Tuve una vida muy dura y todo gracias al exceso de "algo" atrás de mí. Una gran lista de acosadores y acosadoras. Aún temo por mi vida a estas alturas del partido.
Apenas podía saber la razón de tener mi retaguardia tan fungosa. ¿Debería existir alguna?
Y es que tener un trasero grande, no tenía ventajas por ninguno de los aspectos en los que fuese estudiado. Sentir las miradas sobre esa específica parte, manoseos desagradables realizados por morbosos necesitados, críticas, rumores, objeto de bromas, golpes. Era sin duda por mi falta de carácter que muchos tomaban ventaja de mí.
Estaba en pleno metro, viajando con destino a mi hogar. La gente solía usar demasiado ese medio para volver a casa y era esta la hora exacta en la que el lugar abordaba grandes masas. Fue ese detonante encuentro entre ellos y yo que me envolvió en un extremo del metro. No pasó mucho para que me quejara por ser empujado.
Con cuantiosa suerte pude llegar cerca de la puerta, escabulléndome entre los asientos que estaban ocupados en su totalidad. Me quedé quieto mirando hacia la ventana, observando que en cada parada, la gente parecía nacer en demasía. Me estaba ahogando, me sentía atorado.
Apoyé mi mano en uno de los tubos plateados. Quería llegar a mi casa, tomar una ducha fría por el calor de la tarde y luego dormir hasta el siguiente día. Suspiré entre mi anhelo de estar cómodo en mi hogar. Metido en mi burbuja, presentí luego una mano corriendo por mi espalda y terminando en la curva de mi parte baja. Tragué saliva, perdido.
—No te muevas, lindura —susurraron a mi oído. Era una voz agria, cruda, que pretendía ser atractiva—. Oh, pero mira qué trasero tienes...
—Suélteme o grito —amenacé entre dientes, fijando ser silencioso en mi acto.
De nada servía que yo gritara a la primera, ya había pasado antes. Una vez, me sentía perseguido y grité con el fin de que el aprovechador tuviera su merecido, pero, aquí la gente era tan egoísta que sólo se preocupó por seguir su camino y dejarme a mí en la sombra. Y, entre mis sollozos y mi llanto, dicho hombre me dejó aquel día.
Desde entonces, pensé en que pedir el apoyo de alguien, siempre sería inútil.
—Si gritas, nadie te creerá —su respuesta me dejó helado.
Se aprovechó de mi tan poca confianza, sin apenas conocerse. Claramente sentí cómo se restregaba tras de mí, él era un asqueroso. Cerré mis ojos, tratando de empujarlo con mi codo o detenerlo al menos, pero no logré nada.
Alguien ayúdeme por favor.
Faltaba poco para llegar y sólo esperaba no ser perseguido por aquel repugnante hombre en mi pequeño camino a casa. ¿Acaso estaba destinado a esto? ¿A que la gente me persiga por cosas tan insignificantes como tener un trasero relleno? No sabía qué crimen había cometido en mi otra vida.
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De grandes traseros & ropa interior [VERKWAN OS]
FanfictionSeungKwan busca a alguien que lo mire a los ojos y no a su gran trasero. No importa si llega a ser alguien que usa ropa interior de cohete. ☑ Parejas: VerKwan (Vernon y SeungKwan) ☑ Genero: Cómica-romántica. ☑ Capítulos: 1 (único) ...