Capítulo 22. -Despedidas.

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Tenía que avisarle de una vez a su amigo. Luego de abrazar a Sara corrió a su cuarto, donde su celular estaba sobre la cama. Al tomarlo, encenderlo y que todo el brillo le pegara en el rostro recordó todo eso que bebió por la noche.

El dolor de cabeza estalló y casi suelta el aparato de no haber sido por la emoción.

Buscó en su lista de contactos y con la vista casi nublada supo reconocer a medias cual decía "M.R". Le dio a la tecla de llamar y se llevó el celular a la oreja.

-Hola. -Se escuchó del otro lado y la cabeza de Ryan dolía aún más.

-Hola. -Respondió él con una sonrisa o casi una mueca, aguantando el dolor. -Tengo algo que necesito contarte.

-Se oye importante ¿Es bueno o malo? -En ese momento M.R se encontraba tratando de cocinar algo que fuera al menos comestible, dado que su amigo Abraham, no estaba.

-Es bueno, tranquilo, no te alteres. -El chico no podía contener su emoción, intentaba ordenar como podía las palabras que salían de su boca. -Es que no sé como decírtelo.

-Calma, respira y dime. Tu voz suena algo pesada. Es porque tomaste ayer ¿Verdad? -Intuyó el español.

-La verdad es que si, me está cayendo una resaca que ni te imaginas. -Rió. -¿Pero cómo sabes tú que he tomado? -Preguntó extrañado, no recordaba mucho de lo que había pasado esa noche.

-La llamadita graciosa ¿No te acuerdas? -Se oía la risa a través de la línea, del pelinegro sirviendo jugo.

-Pues no... No me acuerdo de mucho ¿Te causé problemas? -Preguntó apenado sentándose en su cama.

-Descuida, no fue nada grave. -Le restó importancia mientras buscaba huevos en la heladera. -¿Qué me querías contar? -Encontró uno y se dirigió a la estufa de nuevo.

-Bueno, que... Que voy a poder conocerte al fin. -Dijo.

Al otro lado se escuchó un quejido. Con la noticia el andaluz perdió la concentración y una gota de aceite saltó a su mano.

-¡Joder!

-¿Te molesta? -Preguntó Ryan a punto de decepcionarse.

-¿Eh? No, claro que no cielo, si que me alegra. Es que me he quemado como el mismo gilipollas que soy. -Aclaró.

Los Gemelos DoblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora