38. De regreso

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Resonó con estruendo por toda la estación. Lo volvía a presenciar. Frente a el expreso Hogwarts nervioso, con mi nuevo uniforme y mi familia despidiéndome mientras movía mi mano por la ventana del tren. Por fin comenzaría mi quinto año en Hogwarts y lo mejor de todo es que estaría junto a Scorpius. El tren rezongo y se coloco en marcha, me senté rápidamente y observe a todos mis amigos mirándome con una sonrisa gatuna.

- Entonces… Albus ¿Piensas salir con Raven?

Le mire con burla, pero todos parecían bastante serios para la situación. Mire a Scorpius que veía distraído sus manos como si la situación no le importara.

- No. No saldré con ninguna
- Cada vez siento que te odio más Albus Potter – susurro Chris – tienes a cualquier chica a tu disposición y…
- Exacto. Pero yo no quiero a un ‘cualquiera’ quiero a una persona especial. Y esa persona no es Raven.
- Ya chicos. No vengas con tus celos incoherentes Chris, tu eres popular. Cuando las chicas vean que Albus no les coloca atención regresaran a ti.

Chris chasqueo incómodo su lengua y volvió a sentarse. Sonreímos cómplices con Nathan.

- Entonces tengo luz verde ¿verdad? – pregunto Gion.
- Claro. Ve y conquista a Raven.

Scorpius levanto su cabeza rápidamente, por un momento pensé que se había quebrado el cuello y miró con recelo a Gion.

- Te gusta…  ¿Raven?
- ¿A quien no? – contestó Chris – Es el maldito sueño húmedo de todos en Hogwarts. Bueno el masculino…  ya saben Albus de lleva el premio mayor.

Solté una carcajada divertida.

- Vamos Scorpius ¿no lo sabias?
- No…

Todos comenzamos a reírnos. Hacíamos bromas, algunas llenas de ponzoña amigable, pareció como si el tiempo no hubiera pasado. Como si no nos hubiéramos separados dos años y ya estuviéramos inmersos en una agradable rutina. Scorpius y yo nos mirábamos fugazmente. Hubo un instante donde nos acomodamos juntos y chocamos nuestros hombros. Era el único toque que podíamos tener sin levantar alguna sospecha. Rose entro con una amplia sonrisa y me envolvió en un suave abrazo. No nos habíamos visto desde que me fui de casa a pasar las vacaciones con Scorpius.

- Eres un terrible primo – me reclamo soltandome – No volver a casa.
- A la única persona que quería ver es a ti Rose. Podía esperar hasta que entraremos a Hogwarts para  verte.

Ella sonrió  cálidamente y se sentó a mi lado. Los muchachos la saludaron para luego hacer preguntas incómodas. Rose decidió ignorarlos y centrar su atención en mi.

- ¿Cuando fuiste al callejón Diagón? – pregunto al detallar mi uniforme.
- Una semana antes de entrar – respondí recargándome más en Scorpius – Mamá me dio dinero y mis cosas.
- La tía Ginny esta muy triste Al – dijo Rose mirándome a los ojos – Siempre está peleando con tío Harry.

Voltee mi rostro. No quería tener este tipo de conversación. No si podía escaparme con Scorpius y darnos algunos besos escondidos en alguna parte del tren. Mire por la  ventana y escuche un  retazo de la conversación que llevaban Nathan y Rose.

- ¿Por qué la madre de Albus está triste? – pregunto con falso desinterés.

Rose me busco con la mirada. Se la respondí y luego la conecte con Nathan. Me miraba con ansias retenidas y se hizo un pesado silencio. Era la pregunta que quería evitar, pero ahora no me era posible. Busque apoyo en Scorpius y me recargue libremente en él. Nathan se percato pero decidio ignorarlo.

- Es una historia larga – dije incómodo – Pero antes de todo… 

Mire a Albus y este me devolvió la mirada curioso. Sonreí travieso. Para cuando Scorpius se dio cuenta de lo que iba a pasar ya tenia mis labios sobre los de él.

Solo cambiemos de rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora