1: Problemas

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—Parrish— dijo la profesora de español. Pero fue completamente ignorada por mí ya que estaba haciendo un dibujo muy creativo.— Parrish— seguí con mi dibujo— ¡Emiliana Parrish O'brien!

En ese momento supe que la cosa era seria, además de recibir ese gritó recibí un buen codazo por parte de Valeria.

—¡Yo no lo hice!— grité por reflejo.

La profesora rodó los ojos y se puso una mano en la frente. Yo estaba segura de una cosa: Está profesora extrañaba los tiempos en los que le podías partir una regla en la cabeza de los estudiantes.

—Todos aquí sabemos que no fuiste tú, ya que esperamos la respuesta como desde hace treinta minutos— dijo la profesora provocando a risa de muchos.

Esto no era justo, esta profesora me odiaba por culpa de mi mamá. Si, es exactamente lo que están pensado, Judy Ozera es mi profesora de español.

—¿Cuál era la pregunta?— pregunté.

—Ni siquiera prestas atención a lo que se te pregunta. ¡A la oficina del director!

—Pero yo no he hecho nada.

—Exactemente, yo quiero alumnas activas no mocosas que se pasan toda la clasen pensando en unicornios.

—Oiga se paso— dije enfadada. Yo no estaba pensado en unicornios, no, estaba pensando en maneras en las que puede morir Zack y hasta hice un dibujo.

Me levanté de mí asiento y me subí en la silla. Yo no era una persona alta, es más, me podrían confundir con un enano, pero en este momento me sentía grande.

—No es mi culpa que mi papá se haya quedado con mi mamá y no con usted. Y soy feliz diciendo que ellos son felices juntos. Yo no tengo la maldita culpa de que su maldito amor no haya sido correspondido— dije sumamente rápido.

—¡Él no es tú padre!— gritó la profesora.

Normalmente cuando usamos la palabra "profesora" creemos que es una mujer gorda, amargada y fea. Pero con Judy no era así, era dos años mayor que mí mamá, o sea, de la misma edad que Liam.

—¡Chupa el perro!— grité.

—¡A la oficina del director!— gritó de vuelta.

—Será un puto placer.

Recogí mis cosas rápidamente y salí del aula. Pero en vez de ir a la oficina del director me fui a la oficina de la consejera.

Entre sin tocar y me encontré a mi mamá hablando con un chico.

—Emily,—dijo sobresaltándose— toca la puerta antes de entrar.

—Lo siento— dije sentándome al lado del chico.

—¿Te importa?— me dijo él.

_No, tranquilo, puedes seguir— dije y el chico rodó los ojos.

—Vendré después— dijo el chico. Se levantó y salió.

—Que genio— dije subiendo los pies sobre el escritorio.

—Que seas mi hija no te da el derecho de subir los pies en mi escritorio y mucho menos entrar sin llamar— me regañó mi mamá mientras empujaba mis pies.

—Quería hablar contigo de algo...

—¿Qué hiciste ahora, Parrish?— preguntó mi mamá cruzando los brazos.

Cuando iba a contestar mi celular sonó.

Mierda♥

—¿Quién es?— preguntó mamá.

—Es papá.

Conteste de mala gana.

—Ho...— fui interrumpida.

¿Qué mierda hiciste ahora, Emiliana?— preguntó Liam.

—Se mueve rápido— susurre.

_Tu profesora de español me convoca a mí y a tu madre a una reunión hoy a las cuatro— dijo Liam.

Como la llamada estaba en alta voz mi mamá escucho.

—¿Y yo por qué?— preguntó mamá.— Desde hace tiempo deje de recibir regaños, no quiero escucharlos de nuevo.

Lo siento, amor. La profesora fue clara: Padre y madre de Emiliana Parrishdijo Liam.

—¿No quieres ir solo, amor?— preguntó mamá.

—Si papá va solo sale violado— dije.

Emiliana— dijeron al unísono.

—¡Es la verdad!

(...)

—Lindo dibujo, hermosa— dijo una molesta voz en mi espalda.

Cerré la puerta de casillero con fuerza.

Intente caminar hacia la izquierda, pero adivinen que: La manga de mi sweater se quedó atraba en el casillero.

—Mierda— susurre mientras jalaba la manga. Iba a abrir el candado con la llave, pero resulta que están adentro del maldito casillero— Tragame tierra.

—Te ayudó, belleza— dijo Zack asercandose.

—Aléjate, mierda— dije pero ya era demasiado tarde.

Zack había pasado sus asquerosos brazos por mi cintura y estaba jalando de mí.

Después de varios intentos el sweater se desgarró y como Zack estaba haciendo mucha fuerza nos fuimos los dos directo al suelo.

Yo caí encima de él.

—Si me querías tener debajo de mí sólo tenías que pedirlo, bebé— dijo Zack.

—A mí no me vengas con tus cortejos baratos, intentos de Jace, mundano ignorante— dije levándome y llendome de ahí como las Queen de las Queens.





Emiliana en multimedia.

Espero que les haya gustado.

Mi estúpido compañeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora