Cap 7- Muerto?
Natalie:
¿Muerto? ¿Mi esposo está muerto?
Mi mundo se quebró en mil pedazos, aún más de lo que ya estaba. Aunque no recordaba quién era él, sí recordaba que alguien vendría por mí. Alguien a quien yo quería mucho y ahora me entero que ese alguien era mi esposo y nunca más vendría, porque estaba muerto.
Las fuerzas de mis piernas me fallaron y caí sentada en el escalón. Las pesadillas que me torturaban cada noche llegaron a mi mente como sol después de la neblina, aclarando mis recuerdos.
- ¡La explosión! Fue ahí en donde murió, en la explosión. Ahora recuerdo, él me empujó del auto. Él...¿Por qué? ¿Por qué lo hizo? - no podía soportar el dolor que mi pecho encerraba. El mundo parecía caer sobre mis hombros, aplastandome de golpe -Yo hubiera preferido haber muerto con él en esa explosión a seguir viviendo día a día con este dolor que me atormenta....Yo lo amaba con todas la fuerzas de mi ser y...Y ahora ¡Lo odio!. ¡Lo odio! fue un egoísta que no pensó en el daño que me causaba, al obligarme a seguir sin él.
Sentía las manos de mi abuela tratando de consolarme, pero no quería lástima, ni compasión de nadie. Lo único que quería era que me dejaran en paz. Ahora entendía porque no podía recordar, era mi mente que no podía vivir con ese dolor y se negaba a sacarlo a la luz, escondiéndolo en lo más profundo de mi ser.
-Natalie, por favor no te lastimes... - me tomó William de las manos con gran fuerza y hasta ese momento me percate que me arañaba la cara. No me importaba lastimarme, al menos eso me ayudaba a desviar un poco el dolor de mi corazón. - él te amabas más que a nada en el mundo y si no permitió que murieras en esa explosión con él, fue precisamente por eso.
Cómo se atrevía a decir que me amaba cuando no le importo causarme este dolor. Cuando él hizo exactamente lo mismo al matar a mi padre. Ambos han causaron la pena más dolorosa y horrible de mi vida y todo con la excusa barata de que fue por amor a mí. !¡Todo era pura mierda! Palabras vacías que no valían de nada.
Apretando mis manos en un puño me volteé hacía él y saqué mi furia en su rostro, dando cuanto golpe mis fuerzas permitieron dar. Él no se cubrió ni uno de ellos, dejo que me desahogara de la única manera que sabía.
Una vez que saqué lo que llevaba dentro de mí me abrace a su cuerpo y lloré en su pecho. Lloré por horas, mojando su camisa con el dolor que consumía mis entrañas y él me acompaño sin decir media palabra. Se lo agradecía desde lo más profundo de mi corazón, porque era justo lo que necesitaba, un hombro en el cual llorar.
En estos momentos lo que menos quería oír eran palabras de consuelo. Palabras que no lograrían nada, que no minimizaría ni un poco mi dolor, ni mi odio.
No sabía que era peor, si vivir en tinieblas o sabiendo que a todos lo que amabas te habían dejado o traicionado.
No quería saber más de él y prefería recordar nada más que su traición. Quería que su recuerdo se quedará sin rostro y me esforzaría por enterrarlo en lo más profundo de mis intestinos. No permitiría que su abandono siguiera destruyendo mi existencia.
Me puse de pie y me dirigí a mi recámara. Podía sentir los pasos silenciosos que me seguían muy de cerca y antes de entrar me detuve.
- Necesito estar sola y no se preocupen, voy a estar bien. - ellos se quedaron parados, mudos, no por mí comentario, si no por mí actitud.
Había sido un día muy largo, no solo intentaron matarme y abusar de mi en el hospital, si no también me entero que el hombre que me rescató, mató a mi padre. La mujer más dulce que había conocido en mi vida, es mi abuela y lo peor aún, mi esposo estaba muerto.
Me acosté en mi cama y me puse a llorar una vez más. Sin darme cuenta a qué hora caí profundamente dormida y una sonrisa vino a mí en mis sueños. Era un joven de escasos dieciséis años de edad, que sonreía al verme abrir los ojos.
Me encontraba en el cuarto de un hospital, conectada a cables que monitoreaban los signos vitales.
-Natalie -dijo nervioso y poniéndose de pie corrió a la puerta a hablarle al doctor.
-Leo ¿Qué haces aquí? ¿En dónde está papá? - pregunte con dificultad. Él caminó hacía mí y me tomó de la mano.
- No tarda en venir. Me pidió que me quedara a cuidar de ti por un momento y yo le prometí que no te dejaría sola ni un minuto. Deja que los doctores te revisen - dijo viéndolos entrar y volvió a hablarme -y les llamo para avisarles que ya despertaste - las lágrimas salieron de mis ojos, acababa de vivir una experiencia horrible y él estaba ahí cuidando de mi, como siempre lo hacía -no tengas miedo, no te voy a dejar sola. Siempre voy a estar a tu lado lo prometo.
Desperté llorando, aun podía sentir el calor de su mano en la mía.
- ¿Por qué me dejaste Leo? Tú prometiste que siempre estarías a mi lado y mentiste.
Por más que quería olvidarme de su traición, no podía. Él no permitía que lo hiciera, se hacía presente cada noche en mis pesadillas. Al despertar cada mañana era como si pudiera sentir sus caricias en mi piel. Sus palabras hacían mella en mi corazón y ese odio que creía sentir por él, se fue desvaneciendo.
Él me amaba tanto o más que yo, por eso siempre puso mi bienestar ante el propio. Esta noche el recuerdo que vino a mi mente, fue cuando William mató a mi padre y Leo trataba de hacerme entender que lo había hecho por amor. Me aseguró que él hubiera hecho lo mismo habiendo estado en las mismas circunstancias. También recordé que en los últimos meses alguien nos perseguía muy de cerca y él me hizo prometer que si algo le llegaba a pasar buscaría a William. Yo no podía creer lo que me pedía en ese momento. Leo sabía perfectamente lo que mi corazón sentía por él y ¿Aún así me mandaba a sus brazos?
Él es el único hombre en el que puedo confiar. El único que cuidará de ti y te amará como te mereces- dijo.
Ya han pasado varios meses desde que William me sacó de ese hospital y no hay día en el que no me haga enloquecer con su mirada. Sus detalles y atenciones me dejan sin aliento.
Me he creado una barrera protectora, una que me mantendría segura de los misiles del amor, pero fracasó en su cometido, porque el sentimiento ya estaba incrustado muy dentro de mi corazón.
Amo a William con todas las fuerzas mi ser y ya no puedo negarlo más. Sé que es un poco menos del año que enviudé y me he esforzado por no amarlo, pero contra el corazón no se puede luchar.
Leo siempre estará en mi mente y corazón, pero fue decisión suya el dejarme vivir. Fue él, el que decidió por mí y fue él, el que me pidió que buscará a William.
Ahora se tiene que aguantar por sus decisiones, tiene que ver como obedecí a sus ordenes. Si de verdad me amaba como decía se alegrará al verme feliz o se retorcera de rabia al saberme en sus brazos.
Me daré una nueva oportunidad, trataré de ser feliz una vez más. Will me ama, yo lo sé, pero también sé que es hombre y no puedo evitar pensar en la cantidad de mujeres que se le pasean por enfrente.
Unos meses atrás trajo una joven muy hermosa, disque para hacerme compañía y ella no ha perdido oportunidad para restregarsele. No sé si se lo ha llevado a la cama, pero eso terminará hoy. Le dejaré claro que ese hombre es mío y si quiere pelea la tendrá.
Estos meses han sido muy difíciles para mi, pero ya es hora de volver a proclamar lo que es mío y William es mío.
Me di un baño y me puse hermosa, sé le gustaría verme así. Bajé las escaleras y me dirigí a su despacho. Me paré en seco al verlos. Él estaba muy concentrado leyendo algo que tenía en sus manos y ella muy amablemente le sobaba los hombros.
Él pudo sentir mi presencia inmediatamente, porque llevo su mirada a mí. Los observé unos segundos y no sé cuál sería mi expresión, porque en sus labios se formó una sonrisa.
Caminé con decisión hacía ellos y al llegar junto a él me paré y dije a la chica, a la vez que acariciaba el pelo de mi amor.
-Gracias por tu servicio, pero de mi hombre me encargo yo - la sonrisa de William se amplió de gran manera y jalandome del brazo me sentó en sus piernas.
-Bienvenida a casa mi amor - dijo, antes de apoderarse de mi boca con urgencia.
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Enseñame a Olvidar II: volver a nacer
RomanceCuando todos creían que Natalie había muerto en aquel horrible accidente de auto, dios le da una nueva oportunidad. Fue como volver a nacer. Pero ¿Qué sucederá cuando los enemigos se enteren que aún vive? ¿Volverá a ser el blanco de los ataques de...