Devorador de Almas

Capítulo 7: Removiendo el pasado

Seguí las indicaciones del búho-guardián y no tardé en llegar tal como había previsto. La casa estaba vacía, Mia y mamá no habían regresado. Qué alivio.

Subí a mi habitación y me senté en la cama. Ahora era el momento de decidir si explicarles lo sucedido o si por lo contrario, era mejor no hacerlo para que no se preocuparan mas de la cuenta y sobretodo, que no me tomaran por loca. No sabía que hacer.

Involuntariamente vi una pequeña ardilla posada en la repisa exterior de la ventana. Justo en el momento en que me estaba acercando para abrirle sonó la puerta. 

- ¡Ya han llegado! - exclamé, y bajé corriendo a recibirlas.

No me había dado tiempo de decidir nada pero daba igual, sobre la marcha ya vería que hacer, solo eran unos extraños sucesos aislados sin mucha importancia.

La puerta se abrió.

Allí estaban mamá y Mia, tenían una expresión de preocupación en la cara, ¿algo había ido mal con la abuela? Me preparaba para dedicarles mi mejor sonrisa para calmarlas cuando me percaté de que no estaban solas. Justo detrás de ella se alzaban dos hombres encapuchados con una larga capa de color negro. No podía distinguir muy bien su figura pero eran altos y escuálidos, y transmitían miedo al ambiente.

Los cuatro pasaron al interior de la casa y yo retrocedí poco a poco para dejarles espacio. Todo aquello era muy extraño.

Nos quedamos en silencio, uno incómodo y lleno de temor. Uno de los encapuchados lo rompió al decir:

- Así que eres tú, la hija del traidor.

Mi padre desapareció cuando era pequeña, con lo que no tengo muchos recuerdos de él. No sé porqué se marchó pero siempre me dolió ese vacío. Esa sensación recorrió la casa durante mucho tiempo. Yo me esforzaba en alegrar el ambiente, intentaba mantener a mi hermana pequeña fuera de todo eso mientras mi madre parecía sumirse en la amargura. Llevé las riendas de la familia y conseguí llevarla a flote. Casi había conseguido superar su ausencia cuando estos hombres aparecieron para remover el pasado.