–Let me die.
''Hoy te bese, un hechizo fue, amor no lo puedo negar''
Terminamos de almorzar y mi mamá tuvo que salir rápido a la casa de mis abuelos, uno de ellos se había lastimado en la calle y debía de acompañarlo al médico. _____ pensó en irse a su casa así yo podía acompañar a mi madre aunque no tenía muchas ganas de que se fuera… Por lo tanto, a mamá no le importó, se fue y me quedé a solas con _____ . Antes de que saliera por la puerta, pidió que tuviéramos mucho cuidado y sabía perfectamente a qué se refería y por otra parte, tenía en claro que nada de lo que ella tenía en mente iba a pasar.
Subimos a mi habitación y vimos una película mientras comíamos palomitas de maíz tal como lo había planeado. Era una película de comedia y por lo cual, estaba riéndonos hasta llorábamos de la risa y era genial pasarla de esa manera con ella.
La película terminó y nos encargamos de tener una sesión de besos. Entonces, la cosa estaba subiéndose de tono cuando ella se sentó a ahorcados sobre mi y sus manos acariciaban mi pelo y mi cuello. Realmente me gustaba esto peor no quería que pasara a otra cosa, no sentía que ella estuviera preparada para esa gran cosa, la sentía débil y vulnerable. No quería lastimarla.
Se separó de mi por un segundo y me vio a los ojos antes de volver a besarme pero más tranquilo, más despacio y saboreando el contacto de ambos labios.
Salió de arriba mío y se acomodó sobre mi lado apoyando la cabeza en mi pecho. Le acaricié el brazo y sonreí, gracias a Dios ella paró todo porque sabía que no iba a ser capaz de detenerme y tampoco sería capaz de rechazarla. La situación no se volvió incomoda por lo menos para mí, no la sentía tensa y eso fue algo bueno.
—Me dejé llevar por tus besos. —Dijo en un susurro.
Sonreí y le miré, solo pude observar su cabellera oscura.
—No te preocupes por ello. —Le susurré—No me molestó.
—Está bien papá. —Dijo _____ por el teléfono con voz cansada— Su madre está por llegar, en serio, ¿Quieres hablar con ella? —Preguntó y esperó la respuesta de su padre— Vale, gracias por confiar en mí. —Sonrió— Vale, yo también, adiós.
Finalizó la llamada, bloqueó el teléfono y lo tiró a la cama de Zayn . Su padre la había tenido quince minutos hablando sobre qué debía de cuidarse estando sola en una casa con un chico, hace unas horas atrás un beso casi pasó a ser algo más y ella supo detenerse además de que Zayn supo como no obligarla a hacer algo que no quería.
En parte, se sentía preparada pero en otra no. O sea, no quería ser de esas chicas que se acostaban con su primer novio, tal vez se acostaría con Zayn pero en unos meses más. Ahora no era el momento.
_____ se sacó el sweater y este hizo que se le levantara la remera, tenía unas marcas. Eran las mismas marcas que tenían sus brazos, y muñecas, contando las piernas. No le gustaba verlas cuando se miraba en el espejo de la puerta antes de entrar a la ducha, era como ver su pasado reflejado porque sabía que siempre estaría ahí. Siempre permanecería pegado a su piel y se lamentó por aquello. Hacia unas semanas o un mes, que había dejado la navaja de lado y había empezado a sonreír… Podía llorar, podía lastimarse pero no de la misma manera que antes. Ahora, algunas veces, se enterraba las uñas en las piernas y en las muñecas pero nunca salía sangre y eso era agradable.
—Bueno, ¿dejó que te quedaras o te llevo a tu casa? —Preguntó Zayn con la llave del auto en su dedo.
—Tenías todo preparado para que me fuera de este lugar… Sabía que querías liberarte de mí. —Dijo y tomó su sweater amagando a colocárselo de nuevo cuando Zayn la detuvo, una sonrisa estaba en la cara de ella y tiró del mismo dejándolo en la cama donde antes.