Brothers Conflict One-shots (Yaoi)

Te regalo un peluche (parte 2)

Masaomi había llegado a su casa.

-¡Ya llegue!- dijo Masaomi.

Dejo su portafolio a lado de la puerta y comenzó a dirigirse a la habitación de Wataru, pero en el camino se encontró a Ukyo.

-Masaomi- lo llamo Ukyo.

-¿Qué sucede?- preguntó Masaomi.

-Algo pasó.

-¿Y qué es?

-No encuentro a Wataru en ninguna parte.

-¿A Wataru?

Comenzó a avanzar hacia la habitación del menor, la abrió y él no se encontraba, Ukyo lo siguió.

-Es inútil, ya busque en toda la casa, le pregunte a todos los que están en la casa y no lo vieron.

-¿Pero porque se escapó?

-Fue mi culpa.

-¿Tú culpa?

-Si, yo le dije que no aceptaba la relación de ustedes dos.

Masaomi suspiro. -No creí que lo diría en mi vida pero eres un idiota.

Ukyo se sorprendió. -Lo voy aceptar porque si lo fui. Bueno, todos lo están buscando ahora, algunos salieron a la calle y otros siguen buscando en la casa.

-Esta bien, yo iré a afuera, tú quédate en la entrada para que lo veas si vuelve o si sale en el caso de que sigue aquí.

-Ok, yo vigilaré la entrada.

Masaomi salió de su casa y volvió a su auto. Comenzó a conducir y tratar de verlo y el primer lugar al que se le ocurrió, fue en un parque lleno de árboles.

Masaomi llego y comenzó a buscar por todos lados, el parque era muy grande, imposible de hallar a alguien, un buen lugar en donde jugar las escondidas, por eso esa zona del parque estaba prohibida para niños pequeños, porque era muy fácil perderse y entonces Masaomi recordó.

Era un día soleado con un fresco aire. Masaomi se encontraba en la zona en donde se encontraban muchos árboles y llevaba de la mano a Wataru.

-Oni-san ¿porque me trajiste aquí?, está prohibido que los niños de mi edad entren solos- dijo Wataru.

-"Solos", yo estoy contigo, además necesito mostrarte algo- dijo Masaomi dandole una sonrisa cálida a su hermanito, a lo cual el menor se sonrojó.

Después de unos minutos, Masaomi y Wataru llegaron en donde se encontraba el árbol más grande del bosque.

-Guau es maravilloso- dijo Wataru asombrado.

-Wataru- dijo Masaomi.

De repente Masoami recargo a su hermano menor en el árbol.

-¿Oni-san?- dijo Wataru.

-Necesito confesarte algo- dijo Masaomi.

-Esta bien, dímelo.

Masaomi sacó de uno de sus bolsillos de su bata de doctor un peluche, el cual era un conejo de color rosa y se lo dio a Wataru.

-Te regalo este peluche- dijo Masaomi.

Wataru lo tomó y se veía sorprendido.

-Te tengo que decir algo Wataru...yo me he enamorado de ti.

-¿Enserio?

-Si, por eso será mejor que me separe de ti, porque no quiero lastimarte y no quiero que me odies al final.

-No digas eso.

Wataru abrazo muy fuerte a Masaomi.

-No te vayas, no te alejes de mí...yo también te amo, quiero que tú y yo seamos novios, así nunca te separarás de mi- dijo Wataru sin dejar de soltar a Masaomi.

-Pero tú eres un niño y yo un adulto, además aún no estás seguro de lo que es el amor- dijo Masaomi.

-Eso no es cierto- dijo Wataru.

Wataru se puso de puntas, agarro el cuello de la bata de Masaomi y le dio un beso que era muy tierno. Masaomi estaba sorprendido y sabia muy bien que estaba mal, pero no podía resistir, cargo a Wataru para que alcanzara mejor sus labios y luego se separaron.

-Esta bien, seremos novios- dijo Masaomi.

-¡Si!- gritó Wataru emocionado.

Masaomi recordó ese día y se puso triste, él no soportaría alejarse de Wataru, lo amaba tanto que no podía imaginarse una vida sin su Wataru, tenía que buscarlo a toda costa. Pero luego supo en donde estaría, corrió y corrió hasta que lo encontró. Estaba sentado recargado en el árbol más enorme del parque, mientras abrazaba sus piernas al igual que el peluche y no dejaba de llorar.

-Wataru- susurro adolorido Masaomi. Le dolía mucho ver a su amado hermanito llorar, destrozado.

Masaomi se acercó al pequeño y le acarició el cabello.

-Volvamos a casa Wataru- dijo Masaomi.

-¿A qué casa?, en ningún lugar me van a aceptar- dijo Wataru mientras seguía llorando.

-Eso no es cierto.

-Claro que si, nadie nos va aceptar, nadie va aceptar este amor que siento por ti.

-Es cierto.

Wataru volteó hacia su hermano y estaba sorprendido.

-Es probable que hayan personas que juzguen nuestro amor, habrán personas que les de asco este amor que tú y yo sentimos, habrán personas que tratarán de separarnos, lo sé Wataru, yo lo sé todo, yo sé todos los enemigos con los que debemos de enfrentar...- Wataru estaba sorprendió y luego Masaomi sonrió -...pero eso no me importa.

-¿Qué?- dijo Wataru.

-No me importa que nadie nos acepte, lo único que necesito para ser feliz eres tú Wataru, tú eres mi luz y sin ella estoy ciego, ¿sin ti quien me va guiar?, ¿quién me abrazara?, ¿quién me dará tiernos besos?, ¿quién me sacara todo el día una sonrisa?, sin ti estoy perdido, no necesitas amigos, solo me necesitas a mí y si encuentras a algún amigo el cual te acepte, estaré feliz, tú decides la forma de vida en la que quieres vivir, ya que solo podemos vivir la vida solo una vez- dijo Masaomi. -Dime Wataru, ¿tú cómo quieres vivir?

Wataru sonrió.

-Tienes razón, yo quiero estar contigo, no necesito a nadie más, solo te necesito a ti, quiero vivir mi vida contigo- dijo Wataru.

Masaomi se alegró por el comentario, Masaomi recostó a Wataru en el pasto y él se puso encima de su hermano menor,

-¿Masaomi?- dijo Wataru confundido.

Masaomi comenzó a acariciarle la mejilla a su hermanito.

-Te voy a dar el beso que nunca has saboreado- dijo Masaomi.

Se acercó a Wataru y comenzaron a besarse, pero no era un beso tierno como los de siempre, era un beso apasionado, uno muy avanzado para la edad de Wataru.

-Masaomi- suspiraba Wataru.

Masaomi comenzó a besar y a lamer el cuello de su hermano menor provocandole gemidos tiernos.

-Masaomi, espera- dijo Wataru deteniéndolo.

Masaomi sonrió. -¿Que estoy haciendo?, esto es demasiado pronto, soy un loco.

Masaomi se levantó y luego ayudo a Wataru a que se levantara.

-Perdón- dijo Masaomi.

-No tienes que disculparte- dijo Wataru.

-Cuando seas más grande, te haré mío.

-¿Qué significa eso?

-No importa. Será mejor que nos vayamos de aquí.

Masaomi y Wataru se tomaron de la mano y se fueron. Aunque se lleven por muchos años, no hay distancia alguna, siempre estarán juntos.