I
La habitación era demasiado oscura, pero los ojos del conejo destruído ya estaban más que acostumbrados a las penumbras. Esto no quería decir que pudiera ver perfectamente lo que le rodeaba, como dos farolas iluminando el entorno. Claro que no, sólo un poco.
Aunque, ¿qué más daba en realidad? No había nada que ver.
¿Esperanzas de salir? Las había perdido hace tiempo. Se había cansado de esperar por algo que jamás iba a ocurrir. Desde el principio lo asumió.
Pero eso ya no le importaba. Estaba mejor solo.
Tanto tiempo inmerso en la soledad sólo le hacía pensar que era mejor de esa forma. Por supuesto.
Era él solo y la paz que jamás existió. Springtrap quería creer que sí.
Ah, y las viejas máquinas de arcade. Todo lo que podía ver.
Sí, a Springtrap le gustaba pensar que al menos tenía de amiga la tranquilidad y oscuridad de la habitación. ¿Pero cuándo fue que esto cambió? Pues retrocedamos unos minutos.
Sí, sólo eso.
Quince fantásticos minutos.
El conejo se encontraba sentado en una esquina, mirando a la nada. Era su rutina.
No hay mucho para hacer cuando estás encerrado en una habitación olvidada. Mínimo contar ovejas al dormir.
Siquiera las máquinas de arcade funcionaban como para ocupar al menos un poco de su tiempo.
Suspiró y se cruzó de brazos. Había vivido momentos así innumerables veces, pero ese día realmente estaba aburrido.
Le gustaría al menos tener algo para leer. Aunque aquello de todos modos no podría ser posible debido a la muy limitada iluminación.
Suspiró contrariado.
-Pss, nunca creí que me encontraría a alguien aquí, vaya descubrimiento. Impresionante.
Springtrap dio un respingo al oír la voz. Miró frenéticamente a su alrededor pero no fue capaz de localizar nada.
-¡Qué carajos! ¡¿Quién es?! -exclamó exaltado.
-Eh, estoy aquí -contestó la voz-. Un poco más adelante, a tu derecha.
Springtrap forzó su vista todo lo que pudo, pero no vio nada.
-No, más a la derecha -dijo mientras el peliocre fruncía el ceño irritado y frustrado-. Ah, no, espera. ¡Hacia el otro lado!
-¡¿Me estás tomando el pelo?! ¡Muéstrate, no estoy para bromas!
-Uff, qué caracter -se quejó el desconocido-. Ya veo, ya veo.
Se oyeron unos pasos, casi impercetibles. Springtrap miró atentamente hasta que vislumbró una silueta que pronto se detuvo a un par de metros de él. La verdad era que aún no podía verlo bien.
-Oh, eres un conejo, qué bien~
-Tch, ¿quién eres? ¿Cómo entraste, eh? -gruñó Springtrap, ignorando sus palabras-. No puedo verte.
-Tranquilo, eh... una pregunta a la vez -la figura se acercó un poco, y todo lo que Springtrap pudo notar fue su cabello negro y sus brillantes pupilas blancas-. Sí, está muy oscuro aquí...
El conejo comenzaba a impacientarse.
-¿Y bien? -insistió irritado, ya que éste no le había respondido.
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You're Not Alone (Shadow FreddyxSpringtrap)
RomanceMaldito oso, ¿qué se creía esa sombra? Siempre venía a mi "calabozo" con la mera intención de molestar y perturbar mi paz. Era irritante, idiota, pervertido y un maldito impertinente. ¡Agh, vamos! ¡La lista sería interminable! Pero, muy a mi pesar h...