Prólogo

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Era lunes por la mañana, estaba durmiendo tranquilamente hasta que empezó a sonar mi molesta alarma del celular, hay veces en los que desearía tirarlo por la ventana pero recuerdo que soy pobre y se me pasa. Apagué la alarma y con pereza me senté en mi muy cómoda cama, sin soltar la almohada con la que duermo abrazada... Sí, duermo abrazada a una almohada por que estoy más sola que agua en el desierto. 

Ignorando mi triste soledad y siguiendo con lo que estaba. Me revolví el pelo con frustración ya que se me termino el fin de semana y no termine de hacer nada de lo que me había propuesto. Ya resignada, me levanté de mi cama y me dirigí al baño, volví a mi habitación a buscar mi mochila, mi celular, ponerme los auriculares y salir de mi casa, no sin antes pedirle plata a mi madre, ya que si no me muero de hambre.

 Ahora que lo pienso, no dije quien soy... Soy muy distraída, perdón. Mi nombre es Peyton y tengo 21 años, pelo rojo rizado, tez blanca y ojos verdes. Ahora mismo estoy caminando hacia la universidad, la cual queda un poco lejos de mi casa así que me toca usar el bus. Mientras lo esperaba se acerca un hombre muy extraño, lo ignoro y me pongo los auriculares. Llega el bus y me subo, el hombre se subió también, en el transcurso del viaje, el hombre se mantuvo mirándome "disimuladamente". Me baje en la universidad y el hombre me siguió. Sin pensarlo dos veces, corrí hasta dentro de la universidad. Al estar dentro, miré a los alrededores buscando a mi amiga Emma, de la misma edad. Al no encontrarla, me resigne y me encamine a mi clase, todo iba bien hasta que alguien me tapa la boca y me lleva dentro de un armario. Grito y pataleo todo lo que puedo, pero nada logra hacer que me libere. Al estar dentro, me suelta y se va.

Emma:- ¿Te asusté?- Está ves si que la iba a matar.

Me giré furiosa para ver a mi estúpida amiga, la cual por cierto, estaba muriendose de risa.

Peyton:-¡EMMA! ¡Esta ves si que valiste!- Ella sólo siguió riendo, pero paro al ver mi cara salió corriendo sin que pueda detenerla antes.

Empece a perseguirla como si no hubieses un mañana, sale del edificio y cruza la calle. Estaba tan enfadada que no miré al cruzar... Gran error, puede ver en cámara lenta como la cara de Emma se transforma de una burlona a una aterrada y confirmé lo que pasaba al escuchar la bocina de un auto.

¿?:- ¡Cuidado!- No pude distinguir de quién provenía esa voz.

Sentí un gran golpe en mi cuerpo y el sonido de las llantas de un auto derrapando contra el asfalto, luego todo se volvió negro.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2017 ⏰

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