8. Regreso a clase, viva.

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-¡Sueltame!- grité fuertemente, para que le quedaran claras mis intenciones.

-¿Qué hice ahora, quieres explicarme?- replicó el molestamente.

-Técnicamente, es una forma de abuso, imbécil.

-Y una mierda, tú accediste a venir.

-¡SI, CLARO, PORQUE YO TENGO HABILIDADES PSÍQUICAS QUE ME PERMITIERON SABER LO QUE IBAS A INTENTAR!- le dije atropelladamente, al tiempo que le propinaba un golpe en la mano, que tenía aferrada a mi cintura.

-¡AUCH!

-Llévame al instituto.

-¿Estás de broma?- me dijo bruscamente, al tiempo que se frotaba el lugar donde había atestado el golpe.- Ya empezó la clase; si nos descubren, puedes estar segura que este no va a ser tu mejor año.

-Quiero volver.

-¿Prestaste atención a lo que te dije?

-Si, y me da igual.

-Pues a mi no.

-Entonces llévame y tu te vuelves.

-Pero... Yo... Pensaba que...- hablo, claramente desconcertado ante la posibilidad.- De acuerdo.

Viajamos en silencio, pero estaba claro que Sean estaba nervioso. Su personalidad daba a entender que era el problemático del instituto, pero si lo estudiaban con atención, se darían cuenta de que en realidad prefería evitarse los problemas de ese tipo.

-Llegamos.- detuvo el auto en una calle normal.

-No veo la escuela.

-Eso es porque tienes que caminar una cuadra a la derecha. ¿Qué pensabas? ¿Qué iba a someterme al riesgo de que me vean? Ni loco.

Me reí y el esbozó una sonrisa a medias.

-Gracias por eehh... Lo que sea que hayamos hecho.- en realidad, no había sido un día al que podríamos denominar "memorable" que digamos, pero no quería hacerlo sentir peor. Además de que al final había accedido a acercame al colegio, cuando tranquilamente podría haberse ido.

-Denada, creo.- se encogió de hombros.

-¿Qué vas a hacer ahora?

-Escuchar 5 Seconds of Summer hasta que sea momento de la pausa, entonces voy a volver.

-¿Entonces nos veremos de nuevo?

-Claro.

-Sólo por las dudas, llámame si te descubren. ¿Entendido?

-¿Para qué?

-Para echarte una mano, genio. -repuse al tiempo que ponía los ojos en blanco. -Después de todo, yo también participé de esto.

-Ok. Suerte.- me guiñó el ojo, y yo bajé del auto.

Sean encendió la música a todo volumen, pero no miré atrás. Tenía que volver lo más rápido posible e inventar una excusa a tiempo récord.

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-Llega tarde, señorita... hum, ¿eres nueva, cierto?

-Pride, Rose Pride, señora, no volverá a pasar. Lo prometo. Es que... No me acostumbro a los cambios de horario y las instalaciones y, bueno...

-Está bien, mientras cumpla su promesa. -la profesora, una cincuentona de cabello negro, me lanzó una sonrisa suspicaz, pero que no aparentaba demasiada confianza.

Busqué a Simon entre la multitud de cabecitas, y lo encontré, sentado junto al asiento en el que yo debería estar.

-¿A dónde estabas? Casi me muero cuando...

-Shhhh- siseé. -Luego te lo cuento.

No ganas nada con un capricho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora