Capítulo 13

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Decir que no estuve con la vista pegada a mi celular el resto de la semana sería mentir, porque eso fue lo que exactamente hice, tanto, que mi madre y Wendy me preguntaron que si esperaba algo importante y mi respuesta siempre era la misma "algo así", porque ni yo misma tenía claro qué esperaba, una llamada de él para confirmar que saldríamos o asegurarme que no se había olvidado de mi.

Quizás solo quería escuchar su voz.

Y era estúpido, por la simple y sencilla razón de que me estaba dejando consumir por alguien y eso en ninguno de los casos es bueno, en ningún contexto es aceptable.

¿Por qué?
Tengo una muy buena respuesta a eso.
Cuando tu mundo está limitado a lo que a ti te sucede y lo que sucede con tus familiares y amistades, el día que ese mundo se ve ampliado hacia otra persona que no se presenta como un amigo, ni como familia, ni como una persona más, sino que te muestra cuán grande puede ser la realidad de los sentimientos humanos es cuando entiendes que si creías conocerte, todo cae al momento de ver a esa persona. Sonará dramático, sonará mártir, pero sentirse así es la cuestión más asfixiante que nunca jamás había experimentado en mi vida y que solo las personas que lo ha vivido pueden entenderlo. Es como una expectativa constante, a la espera de un mensaje, una muestra de afecto, una "aprobación", algo que te haga valer la espera y quizás los posibles esfuerzos, porque seamos realistas, nadie intenta lucir bien ante otra persona solo por tener la simple satisfacción de gastar sus energías en ello.
Cuando lo hacemos es porque tenemos un fin, queremos lograr algo.
¿Por qué hablo de esto?
Sé que estoy escalando por las ramas antes de llegar al punto, pero solo quiero describir lo dramáticamente jodida que estoy por una llamada, y mi forma más clara de demostrarlo es está, explicando lo mucho que me complacería ver un número "desconocido" en la pantalla, para luego contestar y escuchar su voz y finalmente volviendome a torturar para saber qué ponerme en la cita y eso está terriblemente mal en mi sistema, lo detecto como un virus, caer de esa forma por alguien no puede ser más que una dulce y hermosa forma de perdición.
Quizás, solo quizás, esa es la razón por la que a veces pienso que todos tenemos un poco de masoquistas en nuestro interior. ¿Pero qué hacer? Somos seres humanos y estamos "diseñados" para esto. En mi caso es algo que no puedo evitar, al igual que no pude evitar que mis ojos se iluminaran al ver una llamada en mi celular y al contestar encontrarme con la grave voz del chico que me tenía cayendo en picada.

- Hola, Charlotte, soy yo... Ash.
Asentí repetidas veces aunque sabía que él no podía verme, obviamente sabía que era él, no había razón para que lo dijera.
- Lo sé. ¿Cómo estás?
- Bien... ¿Qué tal tu semana?
- Bastante... Normal.
Concluí sin querer admitir lo mucho que moría por su llamada, lo idiotizada que estaba ahora escuchando su voz y lo mucho que deseaba que cumpliera su promesa de organizar alguna salida.
- ¿Eso es bueno o malo?
- En mi mundo es bueno... ¿Y en el tuyo?
Escuché su risa al otro lado de la línea y mi instinto fue sonreír.
- Si es bueno para ti, es bueno para mi.
- ¿Caballeroso o qué?
- Quizás.
- No te creo, tu eres un completo dolor de cabeza, tu nombre lo dice.
Solté en forma de broma y él rió sutilmente.
- ¿Entonces no querrías verte con este dolor de cabeza mañana en la tarde?
Claro que quiero ¡claro que sí! ¡he estado esperando toda la semana por esto!
- Tal vez... Deberías convencerme.
Yo realmente, realmente deseo que hacerme la dificil sirva de algo.
- No te invitaré a un típico helado.
Dijo él como si en verdad me fuese a invitar a otra cosa maravillosa.
- ¿Sino?
Pregunté con curiosidad.
- A unos waffles.
- Pfff.
Solté una carcajada aunque admitía que la idea de los waffles era muy tentadora.
- ¿Qué te hace pensar que los waffles son mejores que los helados?
Pregunté cuando me recuperé de mi ataque de risa.
- Son más originales.
- Claro y tú eres amable.
- Sí lo soy, soy todo un caballero según tus términos.
- ¡Aeh! que yo no dije eso...
- Yo lo escuché.
Dios.
¿Hasta cuando este hombre dejará de intentar sacarme de mis casillas?
- La vejez te tiene sordo, pero no te culpo.
- Al revés, los niños hablan sin pensar, dicen la verdad.
- ¿Y aquí donde hay un niño?
- No lo sé, pero tiene el cabello rojo y su nombre empieza con C.
- No le conozco.
- Claro, eso dices ahora.
Todo el tono sarcástico que mantenía la conversación me hacía reír, me sentía bien, me gustaba escucharlo, me gustaba bromearnos, se sentía... Como si tuviésemos confianza el uno con el otro, como si nos conociéramos lo suficiente.
- Sí.
- ¿Sí qué?
- Si quiero ir por esos waffles.
Se escuchó un silencio de unos segundos, yo esperaba que él no se hubiese arrepentido, pero para nada era eso.
- Eso es... Perfecto. ¿A qué hora paso por ti?
- Ni sabes donde vivo.
- No importa.
- Iré a la pizzería... ¿Te parece?
- Claro.
- ¿A qué hora?
Esta vez fue mi turno de preguntar.
- A las 3.
- Vale, mañana a las tres...
- Sí... Debo dejarte, tengo que ayudar a mi madre con algunas cosas, cuídate.
- Ten un buen día, Ash.
- Igualmente, rojita.
Y la llama finalizó, dejándome con el corazón latiendo a millón.
- Charlotte.
La puerta de mi habitación se abrió dejándome ver a mi madre bien arreglada.
- Qué sorpresa, no estás dormida.
Negué con la cabeza reafirmando lo que decía y dejé el celular de lado.
- ¿Qué sucede, madre?
- Voy a salir, no te hice desayuno porque creí que seguías durmiendo... Pero hay cereal.
- Está bien, quizás no me levante en un rato.
- Te dejé todo para que te prepararas hotdog como almuerzo. ¿Vale?
- Bueno.
- Ten un lindo día, cariño.
- Igualmente má'.

La vi cerrar la puerta y me acomodé nuevamente mirando mi celular. Mañana tendría una cita, no sabía qué ponerme y necesitaba contarle a alguien, quizás podría decirle a Wendy, pero conociéndola diría algo como "ponte lo que quieras" y así no me funciona, necesito de alguien que tenga una actitud crítica y pueda ayudarme.
Revisé una vez más mi lista de contactos con algo de pereza y pude ver el nombre de Len y también el de Andrew. Definitivamente ellos eran mis salvadores. Podía llamarlos y tener un almuerzo con ellos mientras les planteo la situación...Si es que no le tienen algo de rencor a Ash.
Y fue así que confiándome de mi "buena suerte" marqué al número de Andrew, esperando que todo saliera bien.
 - ¡Hola, Lottie!
- Hola, An ¿Cómo estás?
- Bien ¿Y tú? Me sorprende que llames, creí que nos habías olvidado.
- Claro que no, solo que ando ocupada con la escuela...
- Entiendo, igual yo con la uni.
- Lo imagino. De hecho llamaba para saber si podemos vernos hoy.
- ¿Hoy? Claro. ¿A qué hora?
- Ahora mismo... ?
- ¿Uh?
- Es que... ¿No quieren venir a almorzar a mi casa?
- Sería divertido. ¿Me envías un mensaje con tu dirección?
- Claro, los espero aquí.
- Bueno, hablamos.
Colgué y me levanté de un brinco de mi cama, tenía arreglarme un poco, no podía recibirlos recién levantada, así que procedí a bañarme después de dejarle un mensaje a Andrew con mi dirección.



***


Había pasado exactamente una hora, supongo que Andrew y Len también se estaban arreglando, lo bueno es que me dio tiempo de organizar un poco la casa y mi cuarto, porque si todo sabía bien los llevaría a mi cuarto... Para que me ayudaran a elegir ropa. Espero que ellos sean... Buenos en eso... No es que quiera estigmatizarlos de ninguna forma, solo necesito ayuda.


Escuché el timbre y me apresure a abrir, cuando lo hice pude encontrarme con un chico de baja estatura utilizando una camisa de cuadros rojos y negros un jean negro con zapatos converse blancos y negros y además de que llevaba su cabello bien organizado, me dio un ataque de ternura para ser sin sincera. Andrew producía ternura.
- Me alegra verte.
Dijo él acercándose a mi y abrazándome.
Dios, dios, si no estuviese loquita por Ash seguramente estaría loca por esta ternura.
- A mi también. Correspondí al abrazo y cuando nos separamos me extrañé al no ver a Len.
- ¿Dónde está Len?
- En el trabajo...
Le indiqué que se sentara en un sofá y eso hizo. Me senté en frente de él después de cerrar la puerta.
- ¿Algo va mal?- No realmente.
- An, dilo.
- Es que me molesta porque se supone que pasaríamos el fin de semana juntos, y preciso lo llaman del hospital y en vez de negarse se va muy tranquilo.
Fruncí el ceño confundida, no entendía nada.
¿Hablaba de Len?
- ¿Len trabaja en un hospital?
- Sí, es pediatra.
- Eso es genial, pero realmente no te entiendo mucho.
- Te explicaré todo. Él trabaja en un hospital del gobierno, por lo que a veces cuando a los doctores les sale trabajo en un hospital privado, ellos no renuevan el contrato con el hospital y dicho hospital se queda sin personal. Ahora tiene solo dos pediatras, Len y Nadia, pero ella estaba embarazada y como recién tuvo el bebé no puede trabajar, y el hospital está corto de personal y no pueden traer otro pediatra.
Asentí indicándole que entendía y que prosiguiera, él tomó aire y eso hizo.
- Entonces.. Él ha tenido que hacer turnos dobles y más largos y ya casi va para un mes y es horrible porque llega muy tarde y muy cansado, casi no conversamos y ni sé si está comiendo bien porque en casa no come. Le he dicho lo mucho que me está preocupando todo esto.. Además de que a él le ofrecieron trabajo en un buen hospital que es pago y preferiría que se pase para allá, trabajará las horas que debe y le pagarán más pero él no ha querido ni leer la carta que le enviaron...
- ¿Por qué?
- Es lo que le he estado diciendo, sé que le tiene aprecio a ese hospital pero lo están enfermando, lo están saturando de trabajo y me parece injusto y por más que le digo él no quiere ceder... La última vez que hablamos de eso terminamos de pelea... Le grité un montón de cosas mientras lloraba, le dije que me hacía sentir solo, que estaba preocupado por él, que necesitaba verlo bien....
- ¿Y qué dijo?
- Me dijo que las cosas no siempre eran fáciles. Pero antes no era así, antes él trabaja lo que debía, no estaba tan cansado, pasaba más tiempo en casa y salíamos, era mejor nuestra comunicación pero ahora solo llego de la universidad, cansado, esperando poder verlo y pasar tiempo juntos pero cuando llega él simplemente se da una ducha y se larga a dormir...
- ¿Le dijiste eso?
- Sí, se lo dije, y es cuando llegamos a esto, él me dijo que todo volvería a la normalidad dentro de pronto y que como prueba, el fin de semana la pasaríamos juntos... Pero mintió, lo han llamado del trabajo y se fue...
- Oh... Qué mal, An... Me gustaría poder ayudar de alguna forma.
Él negó para luego sonreír.
- Está bien, ya pasará.
- Pero tu te sientes mal.
- Si, pero no tengo otra opción que esperar y confiar en Len.
- ¿Cuándo llegará hoy?
- No tengo ni idea, quizás en la noche.
- Ya veo... ¿No te llama?
- A veces me envía mensajes preguntándome qué hago o si todo va bien pero lo ignoro.
- ¿Por qué haces eso?
- Porque sé que él lo hace para mantenerme contento, no porque tenga tiempo de leer sobre mi día.
- Andrew... Él lo está intentando...
- Lo sé pero...
- ¿Pero?
 - Solo necesito despejarme un poco.
Dijo poniéndose de pie.
- ¿Qué vamos a cocinar?
- ¿Cocinar? Yo te invité, tu no harás nada.
 - Vamos, quiero ayudar.
- Igual es solo algo sencillo, son hotdogs.
- Genial, pongamos música y preparemos esos hotdogs.
Sonreír ante la propuesta animada de mi amigo y eso hicimos.

Estuvimos preparando nuestros hotdogs mientras escuchábamos canciones como "Walking in a Straight Line", "Toxic" entre otras y bailábamos como pendejos, Andrew es una persona muy divertida y alegre y a veces eso es lo que uno necesita para relajarse un rato.
De repente el ruido de un celular nos hizo salir de nuestra pequeña burbuja de diversión y An sacó de su bolsillo trasero un celular que casi me hace caer la baba, era hermoso, el mejor celular que había visto hasta ahora, seguramente era último modelo, la verdad no sé mucho de celulares, el mio es sencillo y me sirve para las cosas necesarias. De todas formas él se quedó mirando la pantalla un momento y luego me miró.
- Es Len.
- Contesta... ¿Prefieres que me vaya a otro lado? Para darte algo de privacidad.
Él rió y negó con su mano.
- Para nada, quiero ponerlo en altavoz para que escuches.
- ¿En serio?
- Sí.
- Bueno, adelante.
Él hizo lo planteado y dejó el celular en la encimera.

"Amor... ¿Dónde estás?"

Se pudo escuchar la voz de Len del otro lado de la línea.
-Salí un rato.
"¿Estás enojado?"
- Nosotros habíamos quedado en algo Len.
"Lo sé y lo siento, mi pequeño, pero he llegado temprano a casa..."
- ¿Estás en casa?
"Sí. Dime dónde estás, dulzura."
- En casa de Lottie... Estamos preparando el almuerzo.
"Eso es genial, me alegra que no te hayas quedado aquí solo."
- ¿Quieres... Quieres venir?
"Me encantaría."
- Te mando la dirección.
"Estaré esperando, amor"
Y Andrew cerró la llamada, yo lo miré, la verdad es que me parecía hermosa la relación que ellos mantenían y no quería que se acabara.
- Él te adora.
- Demasiado.
Dijo él con una sonrisa un poco atontado.
- No peleen más...
- Eso... No quiero que pase, créeme.
- No pasará más, ustedes son los mejores. Preparemos algunos hotdogs para Len.
Él asintió y continuamos con nuestra labor, así hasta que Len se hizo presente, lo saludamos y pronto estuvimos todos comiendo en la mesa, quise hablar un poco para ver si llegaba al tema que hace rato quería plantear pero que me distraje mucho como para recordarlo.
- ¿Cómo te fue en el trabajo, Len?
Pregunté.
- Bien ¿Y a ti como te va?
Respondió él.
- Pues... Mañana tengo una cita con Ash.
- ¿Quién es Ash?
Preguntó Andrew.
- El chico de la pizzería.
- Dios ¿Por qué no me dijiste nada?
- Lo olvidé.
- ¿Y cómo te sientes?
- Necesito ayuda de ustedes.
Ellos se miraron por unos segundos para luego preguntar al unísono.
- ¿Ayuda con qué?
- Ni siquiera sé qué ropa ponerme.
Sentí como mis mejillas se enrojecen y me dediqué a observar el hotdog que se encontraba entre mis manos.
- No te preocupes, tienes el mejor para consejos de moda aquí.
Dijo Len posando su mano sobre el hombro de Andrew.
Ahora sí que la vida me sonreía y mi salvación estaba sentado en mi mesa.   




*** 
Hola! 
Intenté hacer un cap un poco largo para compensar mi tardanza. 
Nuevamente a las personas que leen; Gracias. Valoro mucho eso y me animan cuando veo un comentario o voto. 
Quiero interactuar un poco con los valientes que se atrevan a comentar así que tengo algunas preguntas. 

¿Qué tal les caen Len y Andrew?

¿Les gusta el nombre de Ash?

 


De esto último hay una "razón" para que se llame así, pero lo sabrán más adelante. 
En fin,  espero que tengan un lindo día/tarde/noche y nuevamente gracias por tomarse el tiempo de leer esto. 

All the love. 


Mientras llueve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora