Capítulo 26

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'' Te asusto. Bien. Quizás ahora te mantendrás lejos de mí. ''

 

El sol se vertió a través de los gigantes ventanales. Me senté, frotando mis ojos y estirándome. El olor del café flotó en el aire. Salí de la cama, dándome cuenta que mi trasero estaba todavía increíblemente dolorido mientras me deslizaba fuera del colchón. Me puse la camiseta mientras caminaba fuera del dormitorio. El Sr. Bieber estaba al lado de la mesada usando sólo sus bóxers. Recorrió su mano por su cabello cuando me vio. Miré hacía el piso mientras escondía mi cabello detrás de mi oreja.

—El café huele bien —dije, tratando de sonar alegre. Agarró la cafetera, sirvió una taza para mí, y se tomó la suya. Lo observé sobre el borde de mi taza mientras se frotaba sus ojos—. ¿No dormiste? —pregunté y me miró por un largo tiempo.

—Tenía mucho en qué pensar —respondió y luché por evitar que mis ojos vagaran sobre su pecho musculoso. Tomé otro sorbo de mi bebida y me apoyé en la mesada.

—Lamento... todo lo de anoche.

—Yo te lastimé y tú me pides disculpas. —Se rió sardónicamente—. ________, no soy bueno para ti. Supe lo que estaba haciendo desde el primer momento en que te vi. Debería haberlo parado. No debería haberlo dejado ir tan lejos. —Sus ojos quemaban en los míos.

—Te deseaba tanto como tú me deseabas a mí —respondí tranquilamente. Golpeó sus manos en la mesada entre nosotros y se acercó hacía mí. Salté por el ruido fuerte.

—Te asusto. Bien. Quizás ahora te mantendrás lejos de mí. —Sus palabras cortaron a través de mí como un cuchillo. Podía sentir mis ojos empezar a humedecerse y tragué tratando de evitar que cayeran las lágrimas.

—No quieres decir eso —respondí, caminando alrededor de la mesada.

—Es por tu propio bien, _______ —respondió tristemente. Mi estómago se retorció en nudos. Lo odiaba con cada fibra de mi cuerpo. Quería huir de él y nunca mirar atrás, pero habría dado todo para que él me tomara en sus brazos y me sostuviera. Me giré e hice mi camino hacía el baño, llorando silenciosamente. Agarré mi ropa y me la puse, sin preocuparme en fijarme en el espejo si me veía decente.

Cuando volví a la habitación principal, el Sr. Bieber había terminado de vestirse y estaba esperando en la puerta por mí. Estaba agradecida de que no iba a tener que caminar pero sabía que el viaje en el auto iba a ser incómodo en el mejor de los casos.

Fue doloroso sentarse en el asiento por lo que tuve que inclinar mi cuerpo hacía el costado para soportar el dolor.

—_______ —dijo Justin tranquilamente, notando mi malestar.

—No. —Lo despedí, tratando desesperadamente de no desarmarme en frente de él. El resto del viaje lo pasamos en silencio. Estaba enojada conmigo misma mientras pensaba en todas las cosas que había hecho la noche anterior sólo para sacarle una reacción. Lo presioné aunque sabía cuán alterado lo iba a poner.

Nos detuvimos al lado del supermercado cerca de mi casa. Abrí mi puerta, no esperando a que él estacionara.

—_________ —gritó Justin tras de mí pero no me giré. Excavé en mi bolso, tratando de encontrar mis llaves. Solté la correa y cayó al piso, desparramando los contenidos por todos lados.

—Mie’rda, ________ —dijo Justin en voz baja mientras se acercaba y comenzaba a juntar mis cosas. Lágrimas calientes picaban mi cara, y contuve mi aliento tratando de no sollozar en voz alta—. Sólo estoy tratando de protegerte —dijo tranquilamente mientras recorría la parte trasera de sus dedos sobre mi mejilla húmeda. Recorrió su pulgar sobre mi labio inferior, dejándolo por un momento antes de dejar caer su mano.

—Al hacerme daño —dejé salir.

—No quise lastimarte. No usaste la palabra de seguridad. —Su voz se fue apagando mientras hacía una cara de disgusto.

—No estoy hablando de eso. Estoy hablando de ahora.

Sus ojos se suavizaron y supe que era sólo cuestión de segundos antes de que desconectara sus emociones otra vez. Era una cosa con la que me estaba familiarizando.

—Te mereces algo mejor. —Con eso, su mirada se volvió dura e ilegible. Sabía que no había razón para continuar.

—Qué hay acerca de la nota. ¿Qué pasa si alguien viene buscándome? —Tratar de asustarlo para que se quede conmigo no fue mi mejor jugada, pero esperaba que al menos lo hiciera darse cuenta de que se preocupaba por mí.

—Hoy me voy a hacer cargo de eso. —No sabía qué más decir. Me había rendido oficialmente. Me giré y me metí en mi auto, subiendo el volumen de la radio. Arranqué y salí del estacionamiento. El auto de Justin permaneció inmóvil en su lugar. Quizás sí se preocupaba por mí. Quizás él estaba tan herido como yo. Puse los ojos en blanco ante el pensamiento y me dirigí a mi casa. 

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Señor Bieber [Justin Bieber y tu] HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora