12.Sorena

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Yo y Arashi nos levantamos temprano, no me gusta madrugar pero tampoco me cuesta levantarme, básicamente me es indiferente , ya que siempre tengo algo que hacer y si no, me invento ese algo. El aburrimiento es un mal que hay que erradicar a base de imaginación y puesto que estoy en medio de la nada, voy a necesitar de ella si quiero sobrevivir.
Dije que no me costaba levantarme temprano, lo que me costaba era ¡abrir los ojos! Tardo más de quince minutos en despegar del todo mi párpado móvil de la parte inferior del ojo, es como si las pestañas hicieran un pacto para abrazarse en cada pestañeo impidiéndome abrir los ojos.
Miré como pude a mi alrededor y vi el cielo sin una nube, el horizonte tenía un color entre violeta y naranja y los árboles me parecían borrones de tinta.
Cogí la bolsa de tela y la bolqué con torpeza delante de Arashi, que intuí que ya estaba despierto antes de que yo empezara a luchar por mantener los ojos abiertos.
-Ea bonito, para ti.
Me deje caer sobre mis piernas y me quedé enfrente del caballo. Tenía la cara apoyada en una mano y con la otra me sujeté un párpado para ver algo.
Arashi comía hasta que noté que hacía algo raro con una zanahoría, la tenía sujeta entre los dientes y me miraba .
-¿Qué pasa? Esas son las que comes siempre.
Arashi se metió  media zanahoria en la boca ,la masticó y sin avisar, me la escupió en toda la cara.
-¡Oh, Dios, eres un cochino!
Arashi relinchó, se estaba riendo. El condenado caballo se estaba riendo de mí.
-¿Te parece gracioso escupir a la gente?
Para mi sorpresa, Arashi asintió con la cabeza.
Abrí los ojos y me incliné hacía él.
-¿Cómo es posible que entiendas lo que digo ? Eres un caballo, sólo un caballo y además un caballo marrano.
Arashi se debió ofender por que cogió otra zanahoria , la masticó muy rápido e hizo ademán de escupirla.
-¡No, ni se te ocurra o no te volveré a dar nada ! - lo amenacé.
Nos quedamos inmóviles, yo a la espera de que se tragase lo que tenía en la boca pero para ser un ser vivo que no habla, me dejó muy claro que no le gustan las amenazas ni las advertencias y justo cuando pensaba que iba a ganar , Arashi me escupió zanahoria triturada y babeada de nuevo.
-¡Eres un...!-cogí tantas zanahorias como me cupieron en las manos y se las lancé- ¡eres un mal educado, qué asco !
Me había calado entera, llevaba zanahoria masticada y babeada por la cara por el pelo y la ropa. Me levanté y cogí mi arco y mi carcaj y vi por el rabillo del ojo a Arashi tirarse al suelo y relinchar.
-¡Sí, riéte, riéte , si quieres comer vas a tener que buscar tú mismo la comida!

Me senté en la orilla de un riachuelo cercano y empecé a limpiar lo que quedaba de mi dignidad.
-Humillada por un caballo-bufé-por los menos ahora se por que eres el favorito de Jin, eres condenadamente listo.
Seguí quitándome los restos de zanahoria de la ropa y el pelo hasta quedar decente , me enjugué la cara para quitarme la baba y me quedé absorta en mi imagen reflejada en el agua.
Me sentí rara viéndome así, con el pelo oscuro, me vi como a una extraña, de no haberlo necesitado, nunca habría teñido mi pelo, me gusta tal cual es, por suerte , unos buenos lavados serían suficiente para volver a ver mi cabello blanco.
¿Qué estará haciendo Jin? Tal vez ya se habrá dado cuenta de que no estoy allí, ni yo ni Arashi. Espero que no se enfade mucho, después de todo he sido inteligente o al menos eso he intentado ya que no me he ido sola y he traido conmigo un compañero temible y bueno, ahora tengo justo a mi lado mi arco y mis flechas. Además , antes sólo me preocupaba afinar con la puntería, desde que vivo con Jin presto atención a cosas como los sonidos de mi alrededor, nunca se sabe cuando voy a necesitar disparar estando aquí , semi sola por que no se si puedo confiar plenamente en ese caballo , me siento como si estuviera con Alvar en vez de con un caballo y....¿Por qué me ha venido Alvar a la mente?
Escuché a Arashi relinchar y esta vez no era una risa, era...¿Un aviso?
El corazón empezó a martillearme en el pecho, y se me puso la piel de gallina cuando noté la presencia de alguien a mi espalda pero sólo tardé un segundo en atar cabos. La repentina aparición de mi hermano en mi mente y Arashi relinchando de esa forma...
"Calma"-me dije- "disimula, vamos con naturalidad, disimula"
-Bueno, ya es hora de darle un bañito al acero de éstas flechas- dije con jovialidad. Y funcionó, por que me dio tiempo a empuñar el arco y armarlo.
Di media vuela al tronco de mi cuerpo y apunté al objetivo, que levantó las manos en señal de rendición.
Era un hombre con un uniforme militar noble, joven, las hombreras estaban remachadas con modenas de oro que tenían la cara de Alvar ,el león dorado, mi padre, el chaleco blanco con un león rugiendo grabado sobre él, una camisa blanca,  sobre su espalda caía una capa azul. Su barba rubia oscura y su cabello recogido en una coleta corta . La mandíbula angulosa y la quijada marcada, tenía unas facciones salvajes pero la expresión sus ojos azules desprendían pura bondad. Lo reconocí.
-¡Gösta!
-Shhh-se puso el dedo índice en los labios-silencio Sorena, tu hermano te está buscando y no debes ser capturada por él.
Era Gösta, el noble ,valiente,  gran guerrero y amable Gösta. Destensé el arco. Lo conozco desde que nací, siempre fue amigo de mi hermano y era él quién me saludaba sútilmente cuando mi hermano ni si quiera me miraba al cruzarse conmigo.
-Escucha, debes huir, Alvar, Jerker, Lars y un millar de soldado te están buscando.
Traté de hablar pero las palabras se me amontonaron en la boca y no conseguí decir nada . Entonces Gösta me cogió del brazo y me arrastró aún mas lejos.
-Gösta , ¿ A dónde me llevas?
-Calla y no preguntes, sólo sigue este camino y no te pares, intentaré desviarlos de tu ruta.
Gösta se disponía a irse pero no podía quedarme así . Me agarré con las dos manos a su brazo grande para tratar de retenerlo.
-¿Por qué me busca mi hermano?
-Tenemos problemas en Swean y se precisa de tu presencia allí.
-¿Entonces por qué me escondes?
-¡Cállate y haz lo que te digo!
-¡No! No puedo dejar al caballo, ¡que no le hagan daño!-me lancé a correr, estaba preocupada por Arashi pero Gösta me agarró por la cintura y luego me cogió la cara con las dos manos , con fuerza , acercó su cara a la mía.
-Sorena, Alvar te quiere de vuelta por que necesita un heredero, tuyo y suyo.
Me quedé congelada, con nuestras miradas clavadas la una en la otra. Escuché los latidos de mi corazón.
-Te prometo que el caballo estará bien, pero ahora debes irte.
Nunca habría abandonado ni a Arashi ni a nadie pero el pánico se apoderó de mí. Yo, Alvar y heredero, son palabras que no quisiera tener que volver a escuchar. Asentí con la cabeza y corrí en la dirección que él me había señalado.
Corrí sin mirar atrás. Un hijo mío y de mi hermano es lo más asqueroso y aterrador que oiré jamás. De repente escuché unas hojas secas crujir y luego sentí un cuerpo muy pesado sobre el mío, mi arco salió disparado y mi carcaj se vació en gran medida por el embiste.
Cuando vine a darme cuenta, estaba tirada en el suelo y un hombre me sujetaba las muñecas.
-¡Te tengo!
Giré despacio mi cuello dolorido y vi que se trataba de otro viejo conocido.
-¡Lars, lars suéltame, no dejes que mi hermano me encuentre!
-Lo siento Sorena. No puedo dejarte marchar.
Y le creí. Lars es otro amigo de toda la vida de Alvar, éste sin embargo , no me saludaba pero tampoco desprendía la indiferencia de Alvar cuando se cruzaba conmigo.
Hasta donde yo sé, es otro noble guerrero Sweano de rajados ojos azules y cabello rubio , con una barba tan sútil que era casi imperceptible y con cara de niño bueno. Siempre me pareció que lucía como algo adorable, como una especie de cervatillo . Seguía teniendo una mandíbula angulosa pero no tan marcada por la quijada y por los pómulos como Gösta. Sus facciones eran más suaves y su cabello era corto.
Me levantó en peso y me echó sobre su hombro.
-No, por favor , Lars, mi arco, por favor , déjame.
-Ya no lo vas a necesitar, Sorena, olvida el arco.
-¡No lo hagas, no me lleves con Alvar!
-No es algo que haga sin que los remordimientos me atormenten después, no me lo pongas más difícil.
Durante el camino de vuelta a donde estaba Arashi, pataleé para tratar de escapar, pero fue en vano, sólo conseguir exasperar aún más al pobre Lars, estoy segura de que me entregaba de mala gana.
-¡Lars!-era la voz de Alvar , se me revolvió el estómago.
-Aquí está su reina, mi señor.
Me dejó en el suelo y me coartó los movimientos enterrando sus enormes manos en mis hombro. Yo me quedé de rodillas.
Vi a Arashi, estaba bien pero no me atreví a mirar a Alvar.
Se me acercó y sentí escalofríos en todo el cuerpo.
-¿ Qué demonios le has hecho a tu pelo ?
Me agarró la cara y me miró ambos lados de la cara.
-Ahora pareces una de esas mujeres de la Indias ,estás más atractiva.
Se me revolvió en estómago y creí que iba a vomitar si no es por que escuché la voz del viejo Jerker, lo busqué con la mirada y seguía tan elegante y bravo como siempre.
-Alvar , no es el momento, primero cuéntale la verdad, así es demasiado cruel.
-¿Crueldad , Jerker? crueldad es matar al hombre que te dio de comer durante toda tu vida.
Estaba hablando de padre, claramente.
Me sentí profundamente avergonzada y herida y no pude contener las lágrimas.
Noté la mirada de Jerker sobre mí y me estremecí.
¿Él también está de acuerdo con que tenga descendientes con mi propio hermano? No lo soporté y  pregunté.
-Alvar, no pensarás de verdad en mí como la madre de tus hijos...-se me hizo un nudo en la garganta.
Alvar acercó sus labios a mi oído y me susurró .
-En realidad, no somos hermanos.
Mis ojos parecían vidrieras transparentes.
-¿Qu...qué?-conseguí susurrar.
-Ya me has oído, no eres mi hermana, tu sangre y la mía no tienen nada que ver, por suerte para mi reino y para mis impulsos masculinos.
-Basta Alvar-replicó Jerker-seré yo quien le cuente esa parte de la historia.
-Sí, me parece adecuado, tu te encargarás de contarle la verdad sobre su origen y yo me encargaré de poner a mis hijos en su vientre, no sin disfrutar de su cuerpo - esa última frase casi la susurró.
Al oír eso me crujieron los huesos , la sangre me golpeó el cerebro y mi musculatura perdió la poca fuerza que le quedaba. Sentí mi ser lejos, donde quiera que estuviera, estaba mucho mejor que yo , atrapada entre más de veinte hombre dispuestos a entregarme a mi propio hermano. Sentí mi miraba perdida pero estaba demasiado impresionada como para luchar por mantener la cabeza fría , sólo me dejé llevar por aquella sensación de irrealidad y me quedé a merced de todos ellos. Me ataron las muñecas a la espalsa y los tobillos, Gösta me levantó del suelo y me subió con él en Arashi.
¿Un extraño subido en él? Imposible, sólo se me ocurre que trata de protegerme. Me obligué a pensar eso, hoy má que nunca necesito toda la protección del mundo. Alvar acaba de confesarme que no es mi hermano y que disfrutará tomando mi cuerpo.
¿Dónde estará mi arco?

Desterrada © En ReescripciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora