Aquí y Ahora

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Nick no volvió en todo el festejo, todos se sorprendieron menos Luke, Bruce y yo. Comimos pastel y Barry leyó por medio de un micrófono textuales palabras del gerente de Dolce & Gabbana escritas en el e-mail que le mandó anoche. El mail nos adulaba a todos, al parecer la idea que tuvimos, bien empleada por Bruce y Luke llegó a convencer a la productora y dejando atrás nuestros retrasos y problemas, fuimos los ideales seleccionados. Nuestros compañeros seguían felicitándonos y en un momento Barry nos hizo una seña a los tres -porque Nick se esfumó- de que fuéramos a su oficina. De camino tome mi móvil y escribí un solo WhatsApp rápido.

"Soy la nueva cara de Dolce & Gabbana, querido. Ahora sí tendrás que cuidarme más. Seré famosa y tú estarás conmigo." Envío el texto sonriendo.

Cuando entro a la oficina veo de reojo mi móvil vibrar, Aust me está llamado, lo dejo sonar centrándome en mi jefe.

–Estoy tan emocionado por ustedes. Ahora hablaremos de números y demás, me han mandado el prontuario y cuándo empezarán. – Sus ojos caen en mí y sonríe. –No te preocupes que tendrán libre dos semanas y luego de esas vacaciones trabajarán duro. Le mandaré a Nick el mismo mail que a ustedes, quiero que lo estudien minuciosamente. ¡Y no me queda más que decirles felicitaciones! Aun no tienen idea lo que les espera, niños.

Los tres nos quedamos mudos mientras escuchamos lo que reservan para nosotros, si Bruce tenía miedo de no volver a ver a Luke estaba muy equivocado, y si yo tenía esperanzas de perder de vista a Nick también estaba totalmente equivocada. Tuve que sentarme cuando escuche las cifras del trabajo, esto es más de lo que un día imagine de mi vida. Si sumo el salario acumulado del Local de Liz, más la cafetería, más cualquier trabajo independiente que haya hecho cuando quería costearme las entradas para los recitales que frecuentaba con Austin, ni sumando todo eso y el doble, llego a la cantidad que mi jefe me ha largado justo ahora. Nueva Zelanda, sí.

Independencia, solvencia, darme mis gustos y más, ÉXITO. Siempre lo quise y ahora está al alcance de mis manos, podré tener lo que quiera y disfrutarlo a mi gusto y lo mejor, es que estoy con la persona que quiero y me completa en todos los sentidos del mundo. Ahora deberemos trasladarnos directamente a la central de la productora, trabajaremos con sus herramientas y eso no llega a gustarle a Luke, pero no es como si su berrienche afectara a la emoción que aún conserva por saber la retribución que ganará. Nos hablan de fotos y más fotos, de uno o más videos en los que deberé actuar. ¿Qué demonios? ¡Un maldito pantano, real! Eso significa que deberé viajar, con Nick y sin Austin... Maldición, eso promete pura mierda. No nos detallan donde será y eso, pero lo que nos han dicho ya es demasiado bueno.

–Su tren ha llegado mis niños, solo deben subirse y agarrarse fuerte...– Sonreímos y después de darnos unos consejos, especialmente a Luke y a mí, porque Bruce ya es profesional, me observa pícaro. –Solo debo decirte que no te broncees, necesito tu piel blanca como el algodón.

– ¿Es en serio? – Le digo quejándome.

–Así es, no es que lo especifique aquí, pero supongo que todo sigue igual, podrás volver a tu tono de cabello cuando la filmación termine.

– ¡Que lastima! ¡Creo que disfrutaré estas mini vacaciones tomando color! – Dice Luke acariciando su brazo y no puedo evitar reírme.

– ¿En las playas de Miami? ¿Con un morenazo del infierno? – Le respondo sobradora y él bufa.

Barry se ríe mientras rasca su barriga y mordisquea una rosquilla. –Fue Kera...– Dice mi jefe y yo frunzo el ceño, señala mi vestido. –Kera te tiro la copa encima.

Me rio a carcajadas. – ¿En serio? ¿Y si la próxima vez me ciega con el spray de brillo? – Respondo con sorna, pero con un tonillo de susto.