—Gustavo sos un gil. Espero que haya pasado algo importante para que me llames a las...—vi el reloj que estaba en mi mesita de luz.—¡a las 8 de la mañana! Estas loco.
—¿Tanto dormis? Como se nota que no laburas.—suspiro haciéndose el indignado.—bueno, dentro de un rato estoy ahí.
—¿eh? ¿Ahí donde?
—Ahí... tu casa.
—Dios...—dije inaudible y suspiré—¿Venis, entonces?
—Si. Y te doy una sorpresa.
Nunca me sorprende.
No me molesta que venga, de hecho me encanta. Pero es muy temprano y odio la mañana.
Hice todas las cosas que tenía que hacer y en menos de una hora había ordenado todo el lío que habia en mi hogar.
Baje del edificio y lo espere en la entrada principal, prendí un cigarrillo y la luz de la mañana me hacía sentir aturdida.
Ví su auto y me puse nerviosa.
—Hola preciosa —.me gritó del otro lado de la calle, mirando a los costados para poder cruzar. Yo sólo sonreía.Llego a mi y me quedo mirando.
—Ahora si —respiro hondo— ¿Como andas?—me preguntó.
—Bien, ¿vas a entrar?
—Ah, si.—sonrió y me pellizco un cachete. Se veía medio tembleque, como que estaba nervioso o algo así. Tenía muchas ganas de reírme en su cara pero no lo iba hacer.
Subimos y entramos en mi departamento. Él se sentó en la mesa y yo fui a hacer dos cafés.
—¿Y la sorpresa? Todavía no me dijiste nada...—le avise. El río bajito.
—Si, ahora te voy a decir...
•
La pava silvo y serví el agua caliente en las tazas. Le di una a Gustavo y la otra me la quedé.
—Y contame, corazón, ¿que te hizo venir tan temprano?—le dije. El le dió un sorbo a su taza y asintió.
—Es que no dormí casi nada en toda la noche y en todo momento pensé en vos. Tarde hasta una hora considerable y me dije: "¿Porque no me voy a desayunar con ella?" Y aquí estoy.
—¿Preferís desayunar conmigo que con tu novia?—me anime a preguntar. El abrió los ojos sorprendido.
—No empieces...—dijo despacito.
—No, no. Sólo quiero que me aclares algo.
Me miró a los ojos esperando.
—¿Que somos nosotros?—le pregunté, sentandome en la mesa mirándolo fijamente. Él se hacía el distraído.
—Sofí... sabes que tengo novia y...
—¿Y que?—le dije interrumpiendolo— me decís cosas lindas, que te gustó y más. Pero después me decís "sabes que tengo novia" y es algo que me rompe las bolas.—hice una pausa.— que no tengo.—aclaré.
El miraba sus manos arrepentido. Yo le seguía diciendo cosas. Estaba enojada, frustrada, decepcionada. No es que no me la venia venir pero era Gustavo. No pensé que me haría eso. Él es muy especial.
—¡Basta! ¡En serio!—expresó levantándose de la silla. Me quiso abrazar y le pegue .—no nos hagamos castillitos en el aire, Sofía, somos lo que somos. Somos lo que vos quieras, pero hay algo después de eso.
Lo que el acababa de decir no tenía coherencia.
Se quedó unos segundos parado adelante mío esperando respuesta. No iba a responderle, sabía que si hablaba iba a llorar.—Nos... nos vamos a casar dentro de poco.—me dijo con total naturalidad. Yo me quedé dura.
Para no llorar busque el comentario más hiriente que se puede llegar a ocurrir.
—¿Y a mi que me importa?
Por dios, Sofía, sos una idiota.
A él se le noto un pequeño rubor por aguantar su risa.
Me reí seca. Sorbí mi nariz y sentía como mis ojos ardian; no quería pestañar porque se me derramaria una lágrima e iba a quedar como una pelotuda, seguro debe pensar que soy una loca o algo así.
—Que linda sorpresa.—le dije irónica. Tenía ganas de llorar.
—Perdón...
Lo mire incrédula. No me podía decir algo como aquello después de hacerme mierda. No me hacía sentir bien su perdón.
—Seguro me vas a invitar a tu casamiento y todo, ¿no?
—Y si... va a ir Rosario, también me gustaría que estés vos. Pero si no querés no vayas, te entiendo.—me contestó.
En mi mente lo estaba puteando tanto que me taladrada mis pensamientos.
—Estaba re rico el café.—me dijo y me acarició el pelo. Por un momento lo confundí con ternura pero era algo más amistoso que romántico.
Se despidió con un beso en la frente, me dijo que me quería y se fue.
Yo solo me quedé llorando, tomando mi café sola y observando su taza pensando que vendría de nuevo.
“Es que Gustavo se va a casar, reacciona” parecía que alguien me decía.
Me quiero morir. Y no es una expresión; estoy hablando más literalmente que nunca.
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Corazón Delator
Фанфик-Sofía es así, intensa. -Gustavo es así, sin ganas de responsabilidad. ¿Hasta cuando she podrá aguantar?