Por fin estoy en preparatoria, es normal que si te vas a estudiar a otra ciudad no conozcas a nadie, pero en esos momentos lo único que necesitaba era un nuevo comienzo, dejando atrás todas las cosas malas que me perseguían.
Me perdí buscando mi grupo, pero logre llegar a tiempo, al entrar a mi salón de clases, me sentí nerviosa, casi incluso paranoica, me senté adelante en la última fila, los chicos me veían y yo les sonreía a todos.
Comenzamos con la tediosa presentación que nos hacen decir los maestros, ya sabes está donde dices tu nombre, edad, pasatiempos etc.
Poco se iban presentando hasta que fue el turno de un chico, el cual, sin mentir cautivo mi atención.
-Mi nombre es Edwin, tengo 16 años, me gusta leer y salir con amigos.
Él era de estatura media, piel clara y un cabello largo y castaño, vestía de negro y parecía un auténtico "chico malo".(Recuerden al chico es importante).
Al llegar mi turno, me levanté de mi asiento, yo era más bien torpe, una torpe chica aparentando ser algo que nunca fue, tenía un par de perforaciones que me hice durante el verano, tenía el cabello muy corto de un marcado tono rosa, recuerdo haber llevado un short de mezclilla y una blusa negra, los demás me miraban, por primera vez alguien me miraba.
-Yo soy Aileen, tengo 15 años y me gusta pintar.
Mi presentación obviamente no fue lo que esperaba, pero al menos sentí la atención de los chicos y las chicas de mi clase.
Paso el tiempo y las clases iban acabando, realmente no conseguí mucho cambiando de estilo. No hable con casi nadie, pero eso no iba a vencerme yo iba a tener amigas, iba a encanjar.
Saliendo de clase fui directamente al departamento que rente, durante mi estadía aquí. A Quel chico Edwin, no salía de mi cabeza, no tenía la menor idea de lo que me pasaría después.
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El peso de las palabras.
Teen Fiction¿Qué harías si tu vida se va al carajo? Sí tuvieras una única oportunidad de cambiar las cosas, de dejar tu pasado y todo lo que te lastimo. ¿Lo harías?