Capitulo 4

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Sin poder hablar con nadie

–Piper se te hará tarde levántate– mi madre ordenó pero me hice la dormida.–Solo tienes 15 minutos para alistarte–volvió a hablar.

–No tengo gana de ir, extraño a zucki– Le había dicho a mi madre que el gato escapó de la casa y lo chocaron. Desde que le dije esa mentira que obviamente se creyó, estuvo en depresión pues amaba a ese gato tanto como yo.

–ok– Salió de mi habitación pero en poco segundos volvió a entrar.

–¿Cuándo hablaras conmigo?– pregunto. Levante mi cabeza de entre las sabanas quitándomelas del rostro para verla confundida.

–¿hablar de que?.

–hace semanas que te veo deprimida. Sé que trabajó mucho pero se cada cosa que haces, te conozco y tú no eres así.

Se sentó en mi cama y empezó a acariciar mis rizos.

Yo era una copia exacta de ella. Su pelo rojizo con muchos rizos sus ojos café claro y mucha pecas al rededor de la nariz.

Examiné su cara y parecía preocupada me partía en corazón verla de esa forma.

–No pasa nada mamá– mentí.

–Hace unos días me encontré a tu amiga Arianny y me dijo que tú no le hablas desde hace un mes, que ella se ha acercado a ti y tu solo la esquivas.

Ella espero una explicación pero solo me encogí de hombros y me acomode en mi cama.

–yo sé que ser adolescente es difícil y...–ya yo me sé ese discurso mamá–interrumpí.

–Te contaré algo–Dijo acomodándose más en mi cama–Cuando tenía tu edad hacía muchas cosas malas, me juntaba con gente que creí que eran mis amigos pero en realidad eran falsos, no tome las mejores decisiones respecto a los chicos y peleaba mucho en la escuela. Todo eso era porque no tenía comunicación con mi madre, sentía que nunca me entendería, un día no aguante y le conté todo lo que hacía y eso me ayudó mucho porque me escucho y entendió mi situación me dio consejos y gracias a ella mi adolescencia mejoro además que me ayudó a criarte cuando solo tenía tu edad. Lo que quiero decir es que me cuentes lo que te está pasado no te juzgaré ni te castigaré solo quiero hablar.

Me quede un momento dudando si decirle o no mi situación, pero caí en cuenta de que mi situación es muy diferente a la de ella cuando era joven, ella hacía cosas malas porque quería, yo hago cosas malas porque me obligan, además que no puedo contarle a nadie sobre el juego ni siquiera a mi madre.

–No quiero hablar ahora, tú no entenderías

-Si tan solo me explicara...

–No, no lo haré–Dije rápidamente– Vete.

Mi madre se quedo mirando mi rostro por un segundo y una lagrima callo por el suyo. Se paro de mi cama y salió de mi habitación.

Toda mi vida cambio desde que entre al juego, ya no era la pelirroja feliz que canta canciones de 5sos en los pasillos de la escuela y que se escapaba de clases con otros alumnos para jugar carta y perder el tiempo apostando, riendo, bailando, viviendo.

Pero ahora estaba en una pesadilla horrible que acabaría con la muerte. Sin excepción, claro, si juego no me mataba antes.

Tanto tiempo en mi cuarto me mareaba ya me sentía parte de la decoración, la oscuridad de esta me abrumaba tanto que sentía un miedo inexplicable, me sentía ansiosa, mire el reloj 12:37am el tiempo pasó tan rápido que no me di cuenta que era de noche.

Me lave la cara y fue a la sala, mi madre ya se había dormido así que no dude en coger las llaves de la casa y salir de allí.

Necesitaba salir, aclarar mi mente, respirar un poco el aire nocturno.

El cielo estaba despejado ni usa sola estrella se asomaba ni siquiera la luna. Todo se veía tan vacío tan falta de belleza, tal vez ya estaba viendo el mundo de otra forma diferente.

Todos cerraban sus locales, muchos caminaban para sus casas y yo aquí tratando de escapar por un momento de mi realidad, la triste realidad de ser esclava de un juego absurdo.

Me senté en una parada de autobuses mirando a todos caminar.

Vi un grupo de adolescentes reír y haciendo chistes, se veían tan felices y por un momento me dio envidia.

Apoye mis codos en mi rodillas y tape my rostro con mis manos para relajarme un poco, oí unos pasos acercarse a mi pero no les hice caso tal vez pasaría de largo. Pero sin esperarlo una mano sostuvo la mía apretándola fuertemente alce la mirada y noté que un objeto punzante se acercaba a mi brazo.

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Ya.no tengo hambre :)

¡Que ingenuos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora