Caminaba por la acera de la calle. Todos los días antes de ir a la escuela pasaba por un centro deportivo, en el había muchos lugares interesantes ya que a lo lejos se podían ver varios estadios de algún deporte. También tenía árboles que lo hacían parecer acogedor, la perfecta combinación entre el aire libre y lo techado. Todo se veía genial desde afuera pero lo que más me emocionaba al verlo era una pista, una pista de atletismo.
De regreso a clases veía correr a algunos chicos y chicas. Veía como daban todo su ser en la pista. Preferían morir en el intento a no terminar el trabajo, o al menos así lo parecían.Yo nunca practiqué un deporte, solo había hecho ejercicio ya sea aeróbico o anaerobio, así como ir al gym o cosas por el estilo pero, cada que pasaba por ahí, sentía como si mi corazón latiera más rápido, como si mis piernas tomarán voluntad propia y quisieran entrar ahí. Así que la curiosidad se apoderó de mi cuerpo y fue en cuestión de horas en las que tomé la decisión de inscribirme ahí. El proceso de inscripción fue aburrido, papeleo por aquí y papeleo por allá, pero solo pasaron unas horas para que tuviera mi credencial del centro deportivo y que por fin pudiera entrenar. La gente de ahí me había mencionado que antes que nada, fuera con el entrenador y le dijera que si me podía hacer una prueba, esto para que viera el nivel que tenía. Y pues dicho y hecho, así fue.
Eran al rededor de las 4 de la tarde, llegué algo nervioso pero a la vez emocionado, sabía que tenía que dar todo de mí si quería entrenar con los experimentados, pero a la vez que estos pensamientos inundaban mi mente, también existía el típico pensamiento pesimista, ese consistía en que nunca había corrido antes con una técnica, solo lo había hecho para escapar de algo o ejercitarme pero nunca para correr "en serio". En lugar de seguir preocupándome, entré al pista y lo primero que vi fue su tamaño. En verdad era grande, el caucho del piso, el aire, las nubes, el ambiente, todo era perfecto. Sentía que todo estaba conectado en una perfecta armonía, a lo lejos podía ver chicos calentando, en otro lado había personas estirando y en los carriles 1 y 2 había dos chicos dándolo todo por ver quién llegaba antes que el otro. Todo era excitante. Me di cuenta que me estaba desconcentrando así que fui a buscar al entrenador. Me había dicho que era algo bajo de estatura y que traía siempre unas gafas para el sol y efectivamente, ahí estaba, alentando a otros muchachos. Llegué con el y me presenté.
-Soy Jul, vine con usted porque me dijeron que me podía hacer una prueba.
El entrenador contesto de manera cordial que si. Después me dijo que antes de que me hiciera la prueba, calentara y me dio la orden de trotar 2 vueltas afuera de la pista. Yo hice lo que me dijo.
Al momento de empezar a trotar, recordé una canción, una canción que escuchaba en las mañanas a la hora de ducharme para darme motivación. La combinación del aire que pasaba por mi cara y el ambiente que se vivía en la pista más la canción sonando en mi mente, era algo perfecto para mí. En ese momento me percaté de que había un grupo de chicas adelante de mi trotando, posiblemente también estaban calentando antes de iniciar con las actividades. Observe su short, era un short de color azul que llegaba abajo de los glúteos, es un short pequeño, dije en mi mente. El short tenía el dibujo del emblema de la unidad deportiva, me dio la impresión de que esas chicas ya llevaban tiempo entrenando ahí.Todos estos pensamientos se esfumaron cuando terminé de trotar las 2 vueltas. El entrenador me vio y me dijo que estirara. Yo lo hice, sabía que el estiramiento era muy importante ya que si no lo hacía, podía llegar a lesionarme o tener algún tipo de dolor en las piernas.
Cuando terminé de estirar, me dijo que lo siguiera. Me posicionó en el carril 3 y me dijo que esta sería la prueba de velocidad. Me puse en posición y cuando me dio la indicación, salí corriendo lo más rápido que pude. Sentía que veía todo en cámara lenta, tenía una mirada recta fijada en el carril. Sentía como mi corazón latía cada vez más y más, el sudor pasando por mi cara era solo causado por el sol ya que en verdad no me sentía tan cansado. Moví mis piernas rápido pero con consciencia, sabía que cualquier error podría arruinar mi ambición de entrenar con los muchachos experimentados. Hice todo muy automáticamente, mis brazos, mi respiración y mis piernas hacían un equipo perfecto a la hora de correr, sentía y escuchaba el aire pasar por mis orejas y de alguna u otra forma sabía que estaba corriendo rápido. Crucé la meta y para ese momento el cansancio se empezaba a hacer presente en mi cuerpo.
El entrenador me dijo que iba a hacer esta misma prueba pero desde distintas distancias y así fue. Solo me relaje y deje a mi cuerpo actuar solo. La canción de la mañana empezó a sonar otra vez en mi mente. Está me daba una motivación y poder inexplicable. Y así fue, terminé la prueba de velocidad y nuevamente me dijo que estirara para relajar un poco a los músculos.
Terminé los estiramientos y me dijo que iba a seguir la prueba de resistencia. Me dijo que era una combinación entre resistencia y velocidad porque me dijo que iba correr 400 metros pero a velocidad. Obviamente al principio me sentí algo emocionado, nunca había corrido 400 metros a velocidad, como dije antes, solo había corrido para ejercitarme o escapar de algo. Me posicionó, pero ahora en el carril 1. No sé porque lo hizo, de todas formas tanto en 1 como el 3 estaban desocupados. Me dio la salida y corrí rápido pero con cadencia, ya que sabía que si daba todo de mí en un pequeño tramo, iba a terminar muy lento los 400 metros, así que traté de administrar mi energía y seguí corriendo. Para los 160 metros, ya me encontraba algo cansado, ya que el cansancio de la prueba de velocidad se había juntado con el cansancio de esta prueba. Yo lo único que hice fue seguir corriendo, de todas formas no tenía otra alternativa. Iba por los 200 metros y lo único que me mantenía corriendo era una voz en mi cabeza diciéndome: "Tu puedes" y así fue. Me repetí esto unas 10 veces y corrí con todas mi fuerzas los últimos 100 metros. Daba zancadas largas y rápidas. Veía al entrenador en la meta con un cronómetro en la mano alentándome a seguir corriendo. Yo hice lo que me pidió, correr. Sabía que los años de ejercicio en el gimnasio habían rendido frutos ya que habían creado condición y potencia en mis piernas. A pesar de no haber nunca entrenado atletismo, mi cuerpo ya estaba mentalizado y acondicionado para correr. Los últimos 10 metros los di con todas mis fuerzas restantes. Al momento de cruzar la meta, sentía un dolor en grande en mis piernas, sentía como si los músculos se hubieran estirado, era una línea de dolor que pronto fue opacada por el orgullo que sentía por mismo. Terminé y algo me decía que había hecho un buen trabajo. Me sentía orgulloso de mí y constantemente le decía a mi ser: "nada mal para un novato".El entrenador me llamó y me dijo el tiempo que había hecho. Fueron 51 segundos. En ese momento dije: ¿y eso estuvo bien o mal?. El me respondió firmemente: Lo hiciste bien, pero aún tienes un camino por delante. Tienes potencial, solo debes pulirlo. Yo en este mismo momento ya te puedo meter al equipo, pero necesito que te comprometas a entrenar y siempre dar todo de ti.
Yo le respondí muy emocionadamente: Si entrenador, yo estaré aquí y me comprometo a entrenar.
El entrenador me dijo que me iba a necesitar ahí todos los días, a excepción de algunos sábados y domingos. Yo le dije que estaba bien y pronto el dolor de mis piernas fue olvidado y fue remplazado por la noticia. En ese instante también me di cuenta que el trabajo duro siempre vencerá al talento nato. Ya que años atrás, yo era obeso y corría como una tortuga. Esa es la explicación por la cual fui varios años a ejercitarme al gimnasio. Sabía que todo mi esfuerzo había valido la pena. Ahora no tenía que defraudar al entrenador y claro, tampoco me tenía que defraudar a mi mismo.El entrenador concluyó diciéndome: Buen trabajo, la prueba terminó, ya puedes irte a casa. Mañana te espero aquí a la misma hora.
Yo le respondí que sí a todo.
Agarré mi mochila donde traía mi botella de agua y una botella extra de suero hidratante para luego salir tranquilamente caminando de ahí. Me sentía feliz pero el dolor en las piernas me empezó a matar de a poco en poco.
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El Primer Día De Mi Vida
Teen FictionEs la historia de un muchacho llamado Jul que se empieza a interesar por el arte del atletismo. Aquí se enfrentará a muchos retos y pasarán muchas cosas que marcarán su vida. Una historia amateur con un fin motivacional.