Capítulo XII

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Capítulo 12 ~ Dare I do it?

Hay cosas para las que uno no está preparado. Como las mentiras; hay personas que no están preparadas para recibir una y simplemente aparece, llevándose consigo la confianza y el respeto que tenían por esa otra persona dueña de la mentira; O la desamistad; cuando pierdes a alguien que apreciabas mucho y que no tenías pensado dejar jamás, esa persona que creíste sería tu mejor amigo el resto de tu vida y en un abrir y cerrar de ojos está fuera de tu vida; También el desamor; cuando repentinamente odias a alguien que hace tan sólo unos momentos pensabas amar con corazón y alma.

Casualmente, todas esas cosas me ocurrieron alguna vez, todo en un mismo momento, en menos de una hora, todo eso calló sobre mí como un balde de agua fría; Y obviamente no estaba preparada para nada de eso.

Pero hay cosas que uno ni siquiera pensó alguna vez. Algunas cosas que te preguntas: ¿qué carajo? Bueno, mi vida está llena de esas sorpresas por las cuales no sólo no estás preparado, sino que no sabes qué mierda hacer en momentos como ese.

En esas ocasiones, muchas personas se desmayan por presión alta o quizá baja, otras gritan y otras —tal como yo en este mismo momento— se quedan simplemente mudas. Sí, es decir, una chica que está acostumbrada a hablar mucho quedándose muda debe ser una especie de milagro o actividad divina.

—¿Tu padre no te dijo eso tampoco? —una serie de preguntas de parte de Lara fueron lanzadas a mí, pero sólo fue eso lo que escuche.

¿Qué habré hecho mal para que mi padre decidiera mandarme al psicólogo? Y esa era la única pregunta que mi mente era capaz de formular.

Muda. Completamente muda. Supongo que mis ojos deben estar abiertos y del tamaño de dos lunas, pero en este momento no puedo concentrarme en nada más que esa pregunta. Mi padre no me lo dijo. ¿Y por qué no me lo dijo? Millones de razones cruzan mi mente y para ser una chica que escucha a su subconsciente hasta para tomar decisiones importantes de la vida, no lo estoy escuchando en absoluto ahora. Y eso es por una simple razón: mi parlanchín, molesto, irritante, (etc.), subconsciente está más mudo que yo misma.

—Lottie, nena, ¿estás bien? —noto la preocupación instantánea en su voz.

Puedo ver que se ha arrodillando frente a mí y también puedo ver que está nerviosa. Encierra mi rostro entre sus manos y me obliga a mirarla.

—¿Padeces de algún ataque de nervios, Charlotte? Necesito que me contestes, por favor, dime algo, lo que sea…

—¿Por qué mi padre me trajo aquí? —inquiero. Es lo único que cruza mi mente ahora.

Su suspiro de alivio es molesto. Se sienta nuevamente en su lugar frente a mí y da un nuevo sorbo a su taza de té. Por lo que puedo notar, es alguna clase de terapia para calmar los nervios. Mamá hace lo mismo a veces, cuando está muy nerviosa es capaz de tomarse dos teteras enteras de té. Lo hace muy seguido, quiero añadir.

—Bueno, primero que nada, quiero pedirte perdón por mi arrebato, pensé que lo sabías…

—¿Saber qué? —pregunto, ya algo molesta.

—Bueno, tu padre vino aquí ayer diciéndome que tú tenías algunos problemas de bipolaridad y si eso se podía tratar con un psicólogo. Yo le dije que estos problemas…

—¿Problemas de bipo-qué? —interrumpo, confundida y furiosa.

—Bipolaridad.

—¿Y qué es eso?

—Es cuando una persona cambia de humor con facilidad. Pueden estar completamente furiosos en un segundo y al otro totalmente felices.  Como en todos los casos psicológicos, hay distintos grados que definen a esta clase de locura…

Painful Memories (Saga Deep #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora