Estaba durmiendo muy tranquilo en el garaje de la casa de Scarleth. Cuando comencé a abrir los ojos para poder despertarme, levanto la mirada y logro observar a alguien, al ver esa silueta, no logré distinguir quien era. Así que decidí inmediatamente levantarme y poner mis manos en el cuello y la cara de la persona, para así poder infligir un periodo de inconsciencia y poder huir. Aunque cuando lo iba a hacer me di cuenta que era Scarleth, creo que ella casi muere del miedo que accidentalmente le cause.
–¡Caleb, casi me matas!
–Lo siento, creí que era otra persona y ya sabes que no puedo permitir que alguien me descubra. Realmente lo siento Scarleth.
Al terminar mi predicamento, la abrace, ya que parecía que iba a morir. Al parecer Scarleth disfruto mucho mi abrazo, realmente yo la tuve que soltar a ella. Creo que Scarleth se negaba a soltarme, pero eso cada vez me gustaba más.
– ¿Lo siento, te incomode Caleb?
–Claro que no, disfruto de tu compañía Scarleth.
–... Gracias. Vamos a mi habitación rápido, logre que Ian fuera por algo de fruta. Y de paso comemos algo, te puedo preparar algunas cosas. No soy tan buena en la cocina, debo admitirlo, pero mejor que mi mamá si lo soy.
–Perfecto, será el primer plato que probaré de la Tierra.
Estaba ansioso por probar lo que ese ángel me iba a dar. Scarleth, era algo como la chica de mis sueños. Como una estrella perdida que logré encontrar. Simplemente un regalo del universo.
Terminada la charla nos dirigimos hacia la cocina, para que Scarleth me pudiese preparar algo para comer. Ella lucia muy desesperada por dos cosas. La primera era fácil de entender, Ian podría llegar en cualquier momento, y por ende esta hermosa mentira se derrumbaría y no sería fácil de afrontar. Sin embargo le decía que él no iba a llegar tan rápido. Y la segunda parte de esa frustración era que sus "perfectos panqueques", así lo designo ella, estaban algo rostizados. No quería envenenarme y morir por la comida que Scarleth estaba preparando, para ambos.
–Tranquilo Caleb, deja de mirar mis panqueques de esa manera... no quedaron tan mal.
– ¡Seguro, prueba tu primero y yo te sigo!
Creo que estábamos formando un juego o mejor dicho un reto. –Lo haré. No me vas a ganar.Fue tan divertido ver el rostro de Scarleth, era como no quiero comer eso, voy a morir. Trato de esconder su asco a sus panqueques y los comenzó a cortar, y tomar algo de jugo de naranja. No obstante ella sabía que no podía engañarme tan fácil.
–¿Porque no comes Scarleth. Tienen algo tus panqueques?
Al decir eso Scarleth, puso en su boca tres trozos de sus panqueques, vi su pobre cara y lucia, como si quisiera escupir eso. Cuando por fin vi como fue al lavabo y escupió sus "perfectos panqueques".
–¡Sabían horrible! ¡que asco! Afortunadamente ya no están en mi boca.
–Gané, casi siempre lo hago Scarleth.
–Mejor esperemos la próxima. No creo que te puede ir bien siempre. Caleb.
–Esperémoslo. Miras tenía razón, Ian no ha llegado aún.
–Mejor que no ha llegado, tenemos tiempo para ir por algo de comida. Sabes vamos por algo de café y comemos algo en un restaurante. ¿Te gustaría?
–Claro, ¿Por qué no, de hecho que es café?
–Solo vamos.
Scarleth decidió llevarme a solo un par de cuadras de casa, a tomar "café", y algo de comida. Al llegar, Scarleth ordeno y nos sentamos para comer, ella pidió café y un croissant, yo quería probar los panqueques y también el café, cuando nos trajeron la comida, yo estaba realmente emocionado y a la vez hambriento. Los panqueques estaban deliciosos, mientras que el café realmente no me gusto, sabia raro y amargo. No fue un placer como yo lo esperaba.
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Akross
Science FictionCaleb Thurzó, un joven que pertenece a la familia más poderosa y antigua de Akross, se niega a someterse al sistema de su mundo. Su vida sufrirá cambios que él amará y odiará. Nuestro mundo, La Tierra, será su único consuelo. Si "Akross" fue de su a...