capítulo 34

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Un mes después


POV BRUNO


El tiempo suele ser muy relativo, a veces solemos preocuparnos tanto por estar acordé con cada etapa que obviamos el hecho de qué todo es pasajero, qué la vida se trata del hoy, del ahora. Es lo que estoy intentando hacer con Fara, vivir a destiempo.


Nunca pensé qué existiría una mujer qué me hicera * cambiar* qué logrará hacerme sentir enamorado, pero ella lo logró, no puedo hacerle promesas de amor eterno, tampoco de una vida feliz y placentera, por que ese no soy yo; sólo quiero estar con ella cada minuto, disfrutar de sus risas, de cuándo está enojada, sus cambios hormonales, sólo quiero que sea mí chica. Mi chica, suena demasiado bien.

-- vamos cara, es viernes y por lo mismo mañana no hay trabajo, no tienes excusa.-- observó su perfil, está sentada sobré mí cama, se ve tan perfecta sin maquillaje.

-- no, no quiro ir.-- se levanta y camina hasta la ventana.-- ¿ qué se supone qué haré ahí?.

Sonrío ante su tono de niña malcriada, caminó hasta ella rodeándola con mis brazos por su delicada cintura. Ciento su cuerpo tensó aunque a los segundos cambia a una actitud más relajada, colocó mi barbilla sobré su hombro, de bajo de mí suele verse tan pequeña qué sólo deseo protegerla de todo y todos.

-- serás mí acompañante, ya es hora de qué te presente como mí novia.--  al escuchar mis últimas palabras sé gira, mostrando una hermosa sonrisa.

-- ¿ hablas en serio?.-- le confirmó con una sonrisa.-- bien, entonces si voy a ir.

Acercó su rostro al mío y besó sus deliciosos labios, cada día me fascina más; Fara es como una maldita obsesión que se ha colado en cada parte de mí, esté último mes ha sido simplemente perfecto, casi perfecto, ella creé que no me he dado cuenta de las miradas del invesir  de Eric, su actitud para con ella por eso he decido dejarle en claro qué Fara es mía.

Los socios del bufete tienen una fiesta para celebrar  la incursión de nuevos proyectos y con ello una nueva sociedad. por supuesto qué Eric invesir Laroche, estará ahí al igual qué mi padre. Es por ello qué es el mejor escenario para que todos se enteren qué Fara no es sólo mí asistente.


Hace dos horas que se ha ido y ya la extrañó, me enerva sentirme tan dependiente de alguien pero es algo que no logró controlar.
Mí nana dejó él traje qué usaré hoy, cómo siempre tiene mí aprobación. Nadie mejor que ella para conocer mis gustos. Me observó en el espejo, sonrió en aprobación. Él esmoquin es negro con una camisa de interior y la corbata del mismo color, pantalón negro ajustado a mi estilo.


Tomó las llaves de mi auto y me dispongo a ir a por Fara; por suerte su apartamento queda a 45 minutos de mí casa por lo qué el camino es bastante corto.


Tocó el timbre esperando a qué ella habrá la puerta, luego de unos segundos aparece en mí campo de visión. Sentí mí garganta secarse, trague con dificultad. Fara es una mujer hermosa pero hoy se ha esmerado, lleva un vestido rojo de tirantes ajustado a su cuerpo con  un moño perfecto y su maquillaje simple... Es simplemente... Perfecta.


-- estás... Increíble.-- musite observándola, ella se gira y logró ver el escoté del vestido. Deja al descubierto la mitad de su espalda, hago una pequeña mueca al percatarme de esto.-- ¿no es demasiado escoté?.

Ella enarca las cejas, hace un pequeño bufido.-- no, es algo simple.-- pasa sus manos por su vestido.-- ¿ nos vamos?.

-- ¿no puedes ponerte otro vestido?.-- ella pone los ojos en blanco.-- está bien, pero no te despegarás de mí a menos qué quieras qué le rompa la cara a algún invesir.


Las reuniones de negocios nunca han sido lo mío pero he de admitir qué con Fara junto a mí es más divertido, él salón es bastante angosto lleno de personas acaudaladas. Todos nos sonríen y saludan, a leguas se nota la hipocresía en algunos aunque eso es normal en éstos ámbitos.
Las horas se han pasado rápido, a Eric invesir Laroche, sólo lo he visto de lejos pero he sentido su maldita mirada en mi mujer. Ella no sé ha despegado un segundo de mí.

-- ¿ nos vamos?.-- pregunté a Fara, estábamos sentados en una mesa al final del salón. Sin muchas personas cerca, teníamos más de dos horas en este fastidioso lugar y la verdad ya quiero irme para estar a solas con mi mujer.

-- dame un segundo, voy al tocador.--  sé levantó bajó mi atenta mirada y se perdió camino al tocador.


Tomé otro sorbo de mi vodka, observé todo a mí alrededor. Personas bailando, otros hablando, algunos ya estaban pasados de tragos.

-- supongo estarás muy feliz de poder lucirla delante de todos.-- la incesante e intolerables voz de Eric invesir Laroche, me sacó de mis estúpidos pensamientos.

-- ¿ qué quieres?.-- pregunté con los dientes apretados, no tenía ánimos de discutir y por lo que podía observar el muy invesir ya estaba bastante tomado.

-- sólo... Quería.-- sé sentó en la silla qué antes había ocupado Fara.-- recordarte qué Fara no es tulla, jamás lo ha sido...

-- porqué no te callas.-- le interrumpí.- ya estás bastante ebrio.

El invesir ignoró mis palabras, se acercó a mí dándome a conocer su apestoso olor a alcohol.


-- Dime algo Brunito, ¿ cómo es Fara en la cama?.

--¿ Qué coño te pasa?.-- mí sangre estaba empezando a calentarse, Eric rió de mí pregunta.

-- te voy a decir algo.-- estaba tan ebrio que arrastraba las palabras.-- no... Sé contigo pero conmigo... era una loba.-- hizo una estúpida seña con sus manos.-- es el mejor sexo que he tenido en mí vida.

Tomé el cuello de su camisa para atraerlo a mí, no soportaba escuchadle hablar así de Fara. El enojo se empezaba a hacer acopió de mí, pero no debía y mucho menos podría dar una escena en frente de todos los socios de mí padre.

-- Te callas o te callo.-- masculle aún con su camisa entré mis manos.

-- Relajate.-- esbozó una sonrisa lasciva.-- ella fue mí antes que tulla, estuvo en mí cama primero qué en la tulla...-- tomó unos segundos antes de volver a hablar.-- creo, no, estoy seguro qué lo hizo conmigo mientras estaba contigo.

Esa fue la gota qué derramó el vaso, estampe mí puño contra su estúpido rostro de invesir. Su cuerpo calló tendido, no le di tiempo a levantarse y volví a pegarle, estampe una y otra vez mí puño en su rostro. Sólo quería callarle la maldita boca, no podía despegar de mí cabeza la imagen de Fara y él besándose, mucho menos estando juntos.

-- Bruno!!!!!.


Escuché su voz gritarme desesperada, alejé a todos los qué intentaba detenerme, solté al invesir de Eric. Su rostro estaba lleno de sangre, creo que se desmayo o estaba a punto de hacerlo;  busqué a Fara con la mirada, encontrándola a unos metros de mí con el rostro bañado en lágrimas, caminé hasta ella ignorando todas las personas alrededor. La tomé de la muñeca sin ningún rastro de delicadeza, llevándola hasta la salida.
Busqué mi auto y subí, ella me imitó sentándose en el copiloto.

Mis ojos se encontraban fijos en la carretera, mis manos presionadas sobré el volante. La rabia estaba en cada partícula de mi ser, sólo quería regresar y matar a ese hijo de puta por sus palabras.

-- ¿ No piensas explicarme qué ha pasado?.-- la escuché hablar a mí lado.

-- No.-- masculle en tono seco.

-- perfecto.-- la vi de reojo quitarse el cinturón de seguridad.-- deten el auto.

-- ¿ Qué?.-- pregunté en tono tosco.

-- Qué detengas él maldito auto!!!.-- me gritó.


Frené de golpe, no quería discutir pero tampoco estaba de ánimos para darle explicaciones, porqué sé qué muy en mí inconsciente estaba la duda de sí lo que Eric dijo era cierto.
¿ Fara fue capaz de acostarse con él estando conmigo?.
Salió del auto a penas lo detuve, pegué al volante queriendo sacar mí enojo con algo. no volteé a mirarla sabía que estaría llorando. Quizá mañana o dentro de varios minutos me arrepienta de dejarla ir.

AMORES QUE MATAN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora