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-Los recuerdos acumulados de nuestros corazones acurrucados unen nuestros lazos y heridas para darnos fuerza-

Neji

Abrí lentamente mis ojos, hasta que sentí como una luz me cegaba levemente mi cabeza -debe ser la ventana- pensé.

Me levanté pesadamente mientras me tallaba los ojos, decidí ir al comedor lo mas seguro es que ahí estuviera Hinata con el desayuno preparado como cada mañana. Recuerdo que antes de la cuarta guerra (Ya de eso como dos años). Me levantaba cada mañana solo, no vivía con mi tío ni con Hinata por lo que quien hacia el desayuno y todos los quehaceres era yo.

Pero después de lo que paso el clan Hyuga decidió que era mejor vivir aquí, estar en el entrenamiento que según mi tío "Los de mi nivel" merecían. Dure dos años entrenando con el potencial que se me a entregado.

Al ser mayor de edad decidí dejarlo aunque seguí entrenando pero no solo y menos con tanta intensidad. Aveces salia temprano con mi prima a entrenar y durábamos toda la mañana en ello y otras entrenaba con Tenten y Lee por las tardes.

Y seguíamos los tres saliendo a misiones. Todo siguio normal solo que con unas pequeñas diferencias, por ejemplo:

Todas las chicas, sean Chunin, Jounin hasta Genin caían a los pies de Naruto ¿Sorprendente no?

O que aveces sentía algo extraño cuando hablaba con Tenten, no logro identificar bien que es este sentimiento.

Llegue al comedor y como me esperaba estaba Hinata sentada desayunando, me le uní.

—Buenos días Hinata-sama —Saludé cuando me senté, al parecer estaba tan metida en sus pensamientos que se sobresalto.

—¡Neji-niisan!, me asustaste —contestó con sorpresa en su voz, me limite a reír. —¿Como amaneciste hoy?

—Bien —estaba masticando y tenia hambre por lo que me limité a decir solo eso.

—¿Sin pesadillas verdad? —me miro preocupada. Algunos días despertaba de un susto empapado de sudor hasta gritaba, de solo recordarlo me recorre un escalofrió por la espina dorsal.

—Para nada, ¿Y tu como dormiste? —pregunté.

—Bien, supongo— me dedico una gran sonrisa y se paro de la silla —iré a alistar todo para el entrenamiento Neji-nisan, tu quédate aquí y termina el desayuno —La vi desaparecer por el pasillo.

Me quede ahí terminando de comer, para luego ir a cepillarme los dientes, teníamos mucho que hacer. Entrenar, ir por unos Dangos y regresar a entrenar, pero lo peor sera ver como los morbosos hombres de Konoha ven perversamente a Hinata-sama, me enferma.

Lo acepto soy un primo celoso ¿Eso que tiene de malo? Lo único de lo que estoy seguro es que alguien llega a hacerle daño a mi prima y digamos que no tendrá un final feliz.

—Ya todo esta listo Neji-niisan —me sonrió, aunque logre ver un poco de temor en su mirada.

—¿Que pasa?

—N-no es nada —la mire enarcando una ceja, sabia que estaba mintiendo y lo peor es que ella sabia que yo sospechaba que lo era.— Solo tengo un mal presentimiento, eso es todo.

—Hmm —decía la verdad sin embargo aun me seguía escondiendo algo. No evitaba preocuparme por ella, después de todo es de ella de quien estamos hablando.

—Por cierto, Padre me dijo que quería hablar con nosotros esta noche en su despacho —vi como bajo la mirada, era eso por lo que se preocupaba.

No me rendiré contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora