Corazón Caliente » R

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Perry esta furioso y sus gritos se oyen desde la planta alta de la casa, todo sin motivo aparente.

— ¡Bells! — Grita mientras bajo las escaleras a toda velocidad. — ¿Iras conmigo a la misión para buscar medicina?

Niego con la cabeza y el bufa disgustado. Es obvio cual de los dos tenia madera de militar, mi único talento siempre fue hacer primeros auxilios.

— Te necesitamos, por si hay alguien herido.

— No quier...

— El coronel Grillio lo ordena. — Me interrumpe y gruño por lo bajo. Asiento con la cabeza sin emitir sonido, estaba obligada a acompañar a su grupo.

— ¿Por eso estas tan molesto?

— No quiero que vuelvas a  desautorizarme frente a mi suegro.

Sonrío de manera y el me fulmina con la mirada. Era cierto, hace unos días se me había olvidado completamente quien era el padre de Jullie e insulte a Per diciendo que se parecía al señor Grillio, específicamente, frente al señor Grillio.

Bajo la vista y vuelvo a mi habitación para recoger mis cosas. Otra misión suicida antes de mi cumpleaños.

Bajamos hasta llegar a la entrada del estadio y una transmisión del padre de Jullie se hace presente. Ella toma la mano de Per, pero este rápidamente le hace un gesto para que ponga atención a las palabras del coronel.

— Genial.

Oigo decir a Nora Greene, la mejor amiga de Jullie mientras nos acercamos al exterior. Todos tenemos nuestras armas en mano y la tensión podría ser cortada con un cuchillo, a tal modo que casi oigo latir mi corazón.

El transcurso del tiempo es silencioso. Acabamos con un par de zombies y entramos por la puerta trasera del almacén, cuidando de hacer el menor ruido posible. Una vez en farmacia, Per y Jullie discuten sobre algo mientras Nora los regaña. Observó al castaño cuyo nombre nunca aprendí y le muevo un poco con mi zapato. Esta jugando con una PSP.

— Oye, ¿Nos ayudarás?

— Ni loco, casi llego al nivel cinco.

Ruedo los ojos y me acerco al costado de mi hermano. Este parece estar disgustado.

— Chicos, les dije que oí algo.

Miramos a Nora y Perry me empuja hacia atrás de el, para luego comenzar a caminar hacia la puerta, casi hipnotizado.

— Per.— Le llamo pero no responde, esta absorto en mirar hacia la puerta.

Un grito de Jullie me hace brincar y alzo mi arma hacia una horda de zombies que se acerca hambrienta; estamos jodidos.