La multitud estaba gozando esa noche de viernes, en la que tres amigos se encontraban en medio de la disco "vida nocturna". Aquella noche deslumbrante era animada por música trance, todos gritaban, reían, y bailaban.
Mariana de 19 años de edad era muy atractiva. Con su piel apiñonada y una sonrisa perfecta cualquier chavo andaría con ella; sin embargo Mariana no tenia novio solo dos amigos, Sebastián y Marcos, y juntos disfrutaban de la vida.
-¡Mierda!, odio sudar- Mariana protesto a Sebastián.
-Pues, ¿Qué querías?, es un antro con 300 o 200 personas, ¡Claro que hace calor aquí!. Sebastián le respondió a Mariana con un gesto de indiferencia.
-¡Ok!, ¿Qué les pasa a los dos?- Marcos se había metido en la conversación como acostumbraba hacerlo.
-¡Nada!, salgamos de aquí, ya me duele la cabeza de tanto estúpido ruido.-Mariana le hizo el comentario a Marcos y a Sebastián.
-¡Mierda, por que!....-Marcos no termino la frase, ya que Sebastián le lanzó una mirada iracunda.
-Vámonos- dijo Sebastián. Marcos ya no hizo comentario alguno.
Mariana prosiguió -¡Vamos!, al fin que no podemos irnos tan tarde, ya no tenemos dinero para el taxi, lo hemos gastado en vino. Tendremos que llegar a casa caminando.
-¡Estas loca!, para irnos caminando tendremos que cruzar ese pequeño bosque y es peligroso.-Marcos finalizó.
-¡Cabrón!, no seas miedoso, vamos no pasara nada.-Mariana pensó haberlo callado.
-¡Por una mierda!, casi me olvido, ¿Sebastián, que tu no tenias más dinero?.
-¡Idiota!, lo he gastado en unas putas-.
Crash, crash, se quebraban las hojas secas de esparcidas por el suelo, al ser pisadas por aquel grupo de amigos. Solo eran acompañados por la luz de la luna y la linterna de Marcos que no era de mucha ayuda.
-¿Escuchan eso?- Mariana pregunto aterrada -No sienten como si alguien nos estuviera siguiendo?-.
-¡No seas cobarde!- replico marcos en tono sarcástico.
Sebastiano no abrió la boca, ni para aportar uno de los comentarios que clamaban a Mariana.
-¡Puta madre!, grito Sebastián, al ser golpeado por una hoja de libreta vieja, la hoja se le pegó en la cara sudorosa. Se la quito de la frente y leyó en voz alta:
"No des un paso mas"
Marcos le arrebató la hoja y éste se percató de que estaba escrita con sangre fresca.
-¡Alto!- grito Marcos pero fue demasiado tarde. Sebastián piso una cuerda y quedo colgado de un árbol, en ese mismo instante algo salió disparado de la obscuridad, era una daga que degolló a Sebastián.
-¡Mierda! ¿Qué estupidez pasa aquí?- Mariana lanzó un grito sofocante.
Una sombra los perseguía demasiado rápido para detenerse a ver quien o que era, cuando por fin perdieron rastro de aquel espectro espeluznante se detuvieron escondiéndose detrás de un árbol. La niebla de aquella madrugada era densa y se podía oler el miedo de los dos.
-¿Qué fue eso?- Mariana estaba horrorizada por lo sucedido.
-¡No lo se!- Marcos protestó- pero sea lo que sea nos quiere lejos de este lugar.
Marcos, jadeando de cansancio miro el tronco de aquel árbol que los protegía y noto algo extraño. Escurría sangre, se voltio hacia arriba y entre las hojas del árbol había algo, de ahí provenía la sangre.
-No lo toques-, mariana estaba temblando de frío y miedo.
A Marcos no le importo la observación de Mariana. Se levanto y tomo el papel empapado de sangre.
"Tu eres el siguiente"
Estaba escrito en el papel que había tomado Marcos. Sintió que la sangre le bajaba a los talones. Marcos corrió, se tropezó con una piedra y cayó de espaldas, lo único que alcanzo a ver fue a Mariana que lo perseguía con cara de estupefacción y horror, una mezcla extraña imposible de clasificar. Marcos cayó en un profundo hoyo que lo hizo desaparecer de la vista de Mariana. Mariana continuó corriendo tratando de llegar a su casa.
La casa de Mariana era pequeña, y estaba localizada en un pequeño fraccionamiento algo alejado de la ciudad. Había algo extraño, los padres de Mariana no estaban. La casa estaba sola, pero aun así Mariana se sintió aliviada. Sacó un cuaderno donde su madre anotaba números telefónicos, hoja tras hoja, tratando de encontrar el numero de la policía, Mariana encontró un papel extraño, lo tomo y una gota de sangre cayó de el. Mariana contuvo las ganas de gritar y leyó:
"Tu eres la siguiente"
Mariana se desvaneció consigo las luces de su casa.