-Bueno Lucas, entonces, eres libre de coger un sitio.-concluyó el profesor.
Este, fue mi momento. Sus ojos oscuros conectaron con los míos, haciendo de los próximos segundos un siglo. Deseé con toda mi alma que este momento se hiciera eterno.
-Esto...-irrumpió Míster Javier.
Apartamos la mirada a la vez. ¿Qué demonios acaba de pasar, Cloe?
Se sentó en una silla al azar en la primera fila. Su cabello negro dándome la espalda. No pude si no maravillarme de los reflejos castaños de su pelo, la anchura de sus hombros. Suspiré. Dios mío. Si tan solo supiera, supiera lo especial que es para mí.
Apoyé los brazos en la mesa y cerré los ojos. Imaginé un mundo paralelo a este, uno en el que éramos felices, sin que nadie nos lo impidiese. Él y yo.
-+-+-+-+-+-+
Los rayos de Sol acariciaban mis pómulos, haciéndolo imposible seguir durmiendo. Gruñí. Colegio, ¿otra vez? Sin ganas, me levanté de la cama. Siguiendo la rutina, me peiné el cabello negro y observé mi reflejo. Primero mis ojos castaños, luego las oscuras pestañas, pasando por la pequeña nariz y concluyendo con mis labios rojizos.
-¡Hija, baja ya!-me llamó mi madre.
Me puse el uniforme escolar y bajé las escaleras. De dos en dos, como siempre. Me zampé el desayuno y salí rápidamente. Al estar cerca del colegio iba caminando sin problema alguno.
Ya era primavera, se notaba en el aire. El olor dulzón de las flores, el zumbido de los bichos. Si tan solo estuviera...
-¡Fea!
Me giré hacia la conocida voz.
-¡Marta!-la saludé.
Marta era una chica alta, le sobraba un poco de carne en las caderas pero aun así era guapa. Era un poco creída, de estas que se creen mucho, pero aun así, se había ganado mi simpatía.
-Tía,-me dijo,- ¿sabes que ayer estuve hablando con Iván? Es más mono.
Le sonreí. Estaba ultra enamorada de Iván Alonso, un chico un año mayor que nosotras. Por muy mono que fuese el chico, le faltaba algo. Aunque bueno, yo tenía a Lucas. Lucas. Me perdí en el recuerdo de ayer, sus ojos mirándome. Fijamente.
-Tierra a Cloe.- me llamó Marta.
-Perdona, perdona.-me disculpé.
-¿Hay algo que me tienes que decir?
-Bueno...
-Lo sabía. Cuenta.-suplicó.
Suspiré, no había remedio. Le conté con todo detalle la manera en la que me había mirado, las sensaciones que Lucas había despertado en mí.
-¿Qué te parece?-Le pregunté nerviosa mordiéndome el labio.
No contestó. Por muchas veces que le hiciera la misma pregunta, no contestaba. Dios, si yo hubiese sabido que el simple hecho de contarle mi anécdota cambiaría el rumbo de nuestra amistad, no lo hubiera mencionado.
-Querida Cloe, baja a la Tierra.- gruñó Mario.
Esta vez, no le grité. Le miré sin más. Estaba más que frustrada. ¿Qué le habría molestado a Marta?
-Vale, ¿qué demonios te ha pasado?-me volvió a preguntar.
-Nada pesado.-le contesté.
El resto del día pasó volando. A la salida, saqué el Ipod y lo puse en modo aleatorio, dispuesta a disfrutar del trayecto a pie.
If I lay here
If I just lay here
Would you lie with me and just forget the world?
Entonces, les vi. Marta y Lucas. Incluso sus nombres suenan bien juntos. Mejor que Cloe y Lucas.
-Venga.-dijo ella riéndose exageradamente.
Él le sonrió. Ella, apoyó el brazo en su hombro.
Vale, eso ha dolido.
Se inclinó y le dio un beso en la mejilla a Lucas.
Bien, estoy muerta.
-+-+-+-+-+-+
“Tía, tengo que hablar contigo”
Leí y releí el mensaje privado que me había enviado Marta por Tuenti. ¿Y ahora quieres hablar?
Puse los ojos en blanco, aunque mi corazón sufrió un rasguño. Había pasado la tarde encerrada en mi cuarto, en parte dolida, en parte celosa. Dolida porque ella sabía que Lucas me gustaba y mucho. Celosa porque aunque me costase admitirlo, se había atrevido a hacer algo que yo nunca hubiera hecho.
“Está bien, mañana en el recreo” contesté.
-+-+-+-+-+-
Esperé sentada en la hierba bajo la sombra de mi árbol favorito. Apoyé la espalda el el tronco. Lo que daría yo por tener entre mis manos un libro...
-Sí que has venido.-dijo una voz a mis espaldas.
Me giré para enfrentarme cara a cara con Marta. A la luz del Sol, me fijé en la cantidad de maquillaje que llevaba, lo corta que era su falda, lo grande que eran sus dientes. Despaché las ideas. Cloe, ¡estamos hablando de una amiga tuya!
-Claro.-contesté.
Se sentó incómodamente en frete mía. Echando hacia atrás su cabello castaño con mechas rubias.
-Mira, no tengo mucho tiempo, así que voy a ser rápida. Me gusta Lucas y antes de que digas nada, también Iván así que ese sigue siendo mío, ¿sí? Te dejo tiempo, ¡adiós!- y salió corriendo.
Bien.
No.
Hija de perra.
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Miente. Di que sientes lo mismo.
Novela JuvenilCloe es una chica sarcástica, filósofa, inteligente, a veces un poco tímida. Una chica que lo tiene todo: una familia, un futuro. Lo único que necesita es amor. Alguien que la estreche en sus brazos. Alguien que le diga todas esas cosas bonitas que...