Autumn ✧【M.Y】¹

Otoño

Algunos dicen que el otoño es aquella estación que te permite dejar todo atrás y volver a nacer.

Yo no lo creo.

No importa cuántos años pasen, siempre lo voy a asociar con el tiempo en que mi vida dio un giro de 180°. Algunos eventos marcan un día en particular y hacen que su significado varíe, en mi caso podría decirse que este suceso marcó una estación completa.

Supongo que debería comenzar a contar parte de mi historia. No es graciosa, tampoco trágica, o al menos eso creo. Todo comenzó en otoño, o es me gustaría decir. Pero creo que la forma correcta sería todo terminó en otoño. O quizás, el hecho de que haya cosas que terminen significa que algo nuevo va a comenzar.

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Mi rutina diaria se desarrollaba de forma perfecta. Me afeitaba la barbilla en el baño mientras me deleitaba con el aroma a café recién hecho que ingresaba a través de la puerta entreabierta, típico de todas las mañanas. Eso era una de las cosas en mi larga lista mental de "porqué tener un novio que sepa cocinar es bueno". El maldito preparaba los mejores cafés de la región, o eso le gustaba decir a SeokJin. Si vamos a ser sinceros yo también lo creía, pero se lo decía... nunca.

Regresé a nuestra habitación para buscar algo de ropa y me detuve para admirar un momento la vista a través de la ventana. El árbol que se hallaba plantado en la vereda estaba tan cerca que si me estiraba podía acariciar sus hojas. Estas estaban empezando a teñirse de amarillo y naranja, lo cual armonizaba con el cielo que comenzaba a aclararse. Tenía ganas de tomar una fotografía, por lo que me giré para buscar mi cámara, pero al pasear mis ojos por la habitación no la encontré. Con una ligera decepción, me dirigí hacia el armario para buscar alguna remera limpia. Hallé una camisa blanca y la deslicé sobre mi piel con cuidado. Agradecí que los botones estuvieran prendidos, porque no era bueno con esas cosas. Rebusqué hasta encontrar un saco largo, color maíz, y me lo puse sin pensar en si combinaba o no. De todas formas SeokJin me diría. Ajusté mis lentes y miré la hora en mi celular. Eran las 9:05 a.m. Me dirigí hacia el comedor, otorgándole una última mirada al cielo, que ya había cambiado su matiz.

Cuando llegué, el desayuno ya estaba servido. Me encontré ante una taza de latte macchiatto, acompañado por una porción de cheesecake. Alabado sea Jinnie. La luz que ingresaba por la ventana aclaraba aún más el comedor, otorgándole una tonalidad fría. Si no supiera en que día estábamos, habría creído que era invierno. Saludé a mi novio con un beso suave en sus labios gruesos. Ambos nos sentamos ante nuestros respectivos cafés y nos concentramos en degustar los postres. En el momento en el que mis labios rozaron el café y este inundó mi paladar tuve que contener las ganas de dejar escapar un suspiro. Estaba genial. Me concentré en mi novio. SeokJin utilizaba un suéter rosa y pantalones rectos blancos, un estilo muy distinto al de todas las mañanas, lo cual me llamó la atención.

— ¿No trabajas hoy?

— Me cambiaron el turno a la noche, te lo dije ayer.

— ¿Ayer? No me dijiste nada que yo recuerde.

— Lo hice, lo que pasa es que te quedaste dormido a la mitad de la conversación.

— Estaba cansado.

— Lo sé, te he visto dormirte así muchas veces. Deberías trabajar menos y darte más tiempo para tí, o eso diría pero sé que no me harás caso alguno, como siempre.

— No seas pesado.

— Solo me preocupo por tí. — Hizo una pausa para seguir comiendo —. Duermes poco, comes poco y apenas hablas.