Capítulo XX

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- Levántate, me estás haciendo daño, ¿cuánto pesas? ¿200 kilos? - preguntó Sofía.

- Estás roja, ¿acalorada? ¿emocionada? - preguntó Kyle en el mismo tono que le había preguntado Sofía.

- No me gusta que me interrumpan la danza nupcial de la grulla - respondió Sofía - ¿por qué has venido?

- Ya te lo he dicho, venía a saludarte y a preguntarte si querías salir  a dar un paseo.

- No puedo salir, ya te lo dije, si viene Marion y no estoy, se me puede caer el pelo - dijo Sofía recogiendo los libros de encima de su cama. 

- Venga, sólo será un rato, te invito a comer, ya sé que te gusta mucho la comida de aquí, pero un poco de aire fresco no te vendrá mal, ni unos rayitos de Sol tampoco - dijo mirándola de arriba abajo, lo que hizo sentir a Sofía muy incómoda - estás muy pálida. 

- No estoy pálida, soy así de pálida - le corrigió Sofía. 

- Está bien, está bien, pero de todas maneras te obligo a que salgas, ¿sí? - preguntó Kyle con cara de cachorrito.

Sofía no tenía ganas de meterse en líos, si Marion venía y ella no estaba, no sabría qué podría pasar. Por otro lado le encantaba estar con Kyle, hacía que se le olvidasen todos los problemas, cuando estaba con él, no se acordaba de lo que echaba de menos a sus padres, ni a Adam. Pero cuando Kyle se iba, todo volvía a como estaba antes, como un típico día de Bridget Jones, deprimida, comiendo tarrinas de helado.

- Está bien, saldré, pero tengo que volver rápido, por favor - dijo Sofía a Kyle.

- Tardaremos lo que tú quieras estar conmigo - dijo Kyle abriendo la ventana - que supongo que será poco porque no te caigo nada bien. 

- Espera, espera, espera... ¿dónde vas por la ventana? ¡que hay puerta! - chilló Sofía.

- Es más emocionante salir por aquí, deberías probarlo y saber a lo que me arriesgo cada vez que vengo a verte, ¿eh? 

- ¿Pero qué tienen estos dos con las ventanas? 

- ¿Estos dos? ¿Quiénes? - preguntó Kyle.

- Nada, nada, venga sí, te acompaño, a ver si me rompo una pierna y ya no me haces que salga más - dijo Sofía cogiendo la mano que le tendió Kyle para ayudarla a bajar. 

- Ten cuidado, esto resbala bastante - le dijo Kyle. 

- Para, para, ¡PARA! - dijo Sofía. 

Adam salía por la puerta. Venía todos los días y no se le ocurría nunca ir a verla... estúpido.

- ¿Qué pasa? No me agarres tan fuerte, Sofía, haces daño - dijo Kyle.

- Perdona, pero era Adam y no quería que... - ¿no quería que le viese? ¿o sí? se preguntó Sofía. 

- ¿Que nos viese? - continuó Kyle.

- Que me viese, quizás, no sé... 

- Venga, vamos, con cuidado - dijo Kyle a Sofía para que bajara. 

El tejado resbalaba bastante, sí que tenía razón. Sofía cayó hasta el borde del tejado y no cayó al suelo porque se agarró de algo. La pierna de Kyle. 

Sofía alzó la vista y vio al pobre Kyle sentado en el tejado, ella casi colgando agarrada a su pierna. De la fuerza con la que le había agarrado, se le habían bajado los pantalones, dejando una preciosa escena digna de una comedia. 

- Lo siento, lo siento, yo no quería... - dijo Sofía intentando subir de nuevo al tejado. 

Kyle le ayudó y se subió los pantalones. 

Con la salida del Sol - NO CONTINUARÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora