Me dirijo a un entierro. Era un hombre aún joven, 55 años. Miro a la viuda, apenas la conozco. Conserva una figura excelente. Tiene unos ojos claros, casi transparentes.
Él era compañero de trabajo,un hombre callado, eficiente. Me acerco a la mujer para darle el pésame; hay un cierto tumulto de gente. Le voy a dar un beso en la mejilla cuando ella se aprieta contra mí, un tiempo que podría parecer excesivo. Noto que mi miembro se agita. Le paso la mano por el pelo. Está triste.Necesita cariño y amor.
LAfrontera: Durmiendo entre tus piernas.-Bubok.net
