✔ Day 12 ✔

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Libre:

—¡Bestia, vuelve aquí!

El acogedor hogar de Springtrap se encontraba literalmente patas arriba, aún más desordenado que de costumbre. Los pocos muebles que poseía tirados de un lugar a otros o de cabeza, con objetos esparcidos en todo el suelo de aquí para allá. El dueño de casa no hacía otra cosa más correr desesperadamente tras su pequeña mascota llamándolo de manera insistente, sin detenerse a meditar en todo el caos que había provocado y habría de limpiar luego

Pero parecía que al perrito le gustaba hacerlo perder la paciencia y tenerlo agitado, obligándolo a perseguirlo para conseguir algo de él. Oh, sí, a Bestia le fascinaba fastidiar a Springtrap, mucho. Era como el hobby en el que se había especializado durante todos los años de vida que compartió con él

Tras un largo rato más de escenas de repentina persecución muy similar a una policial; finalmente, la mascota se había escondido debajo de la para nada extravagante, desacomodada y tumbada mesa de trabajo de su dueño, sin permitirse alcanzar por este por ningún medio. Ni aún cuando este tenía medio cuerpo debajo del mueble, estirando su mano para cogerlo del collar y poder sacarlo pero sin hacerle demasiado daño

—Bestia, por favor, ¡colabora conmigo, amigo! —suplicó en un ataque de desesperación. Towntrap estaba por llegar y todo estaba desarreglado por la travesura de la criatura. Que pena, no podía siquiera sacar a Bestia de su escondite, quedaría pésimo frente al pelinaranja—. Sabes que Town está por llegar y le dije que saldríamos a caminar contigo hoy, ¿es que no me vas a ayudar con esto, no te gustaría ir con él?

El pequeño animal ladró, moviendo su cola de un lado a otro, rápido. Tal vez, y sólo tal vez, lo comenzaba a considerar al imaginarse las suaves caricias y cariños que el “amigo” de Springtrap estaba acostumbrado a darle. Eran increíbles

Pronto se oyó el clásico y conocido sonido de «Toc, Toc» proveniente de la parte exterior de la puerta. El rubio se alarmó, se estiró un poco más, al máximo de lo que se permitía a sí mismo, debajo del mueble para alcanzarlo, pero no daba resultado alguno. Figuraba ser imposible y todo era en vano

—¡Springtrap, ¿estás en casa?!

Trató de levantar su cabeza al oír el llamado para contestar(olvidando que seguía bajo la mesa y obteniendo un fuerte golpe en ella). Una vez salió de ahí a toda velocidad, se acarició con la mano la zona afectada

—Agh... —no pudo si no soltar un quejido adolorido cuando hizo contacto con la zona del golpe— ¡Sí, estoy en casa ahora voy! —gritó, para que permitiese al chico fuera escucharlo con claridad. Bestia ni se inmutó y seguía en lo suyo en su lugar “secreto”, contento de la vida

Sprigntrap se levantó con facilidad del frío piso de su mini-vivienda, acercándose a la puerta de la misma. La abrió, dejando ver al de singulares orbes naranjas brillantes y lindos, sonriéndole animosamente. Trató de esbozar una sonrisa para corresponderle de igual forma el gesto, no obstante, el dolor en su nuca seguía presente no tanto pero sí, por lo que sólo logró a hacer una mueca que si pudo pasar desapercibida por el menor

Y tal cómo Towntrap le había dicho que haría para ese día en específico, iba vestido con un simple conjunto deportivo. Era de esperarse, se veía muy energético como para no emocionarse con la idea de pasar un día de trote o caminata en el parque con Bestia y él, los tres juntos

—Hey, Spring, ¿ya podemos ir al parque?, ¡llevo esperando por esto toda la mañana!. Hubieras observado como estuvieron mis tíos viéndome ir de un lado a otro por toda la casa gracias a la emoción que me cargaba —comentó en broma, y sin embargo, Springtrap sonrió enternecido y enamorado al imaginárselo haciéndolo en realidad, porque ahora confirmaba que había tanta ilusión como él por la “cita” de ese día. Era probable con Towntrap nunca había que descartar posibilidad

✔ 30 DAYS OF SPRIWNTRAP ✔ #FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora