Love, love, love

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Bañado por la luz de la luna, Yuta corría con rapidez a través del bosque, esquivando con gracia los árboles y saltando ágilmente los troncos caídos y las rocas.

Detrás de él, escuchaba el fuerte sonido de unas patas impactando contra la tierra haciendo crujir las pequeñas ramas y hojas que se encontraban esparcidas. Yuta aumentó la velocidad, intentando alejarse lo máximo posible de quien lo estaba persiguiendo.

Sin embargo, su pata delantera izquierda pisó una piedra afilada y Yuta perdió el equilibro, tropezando y rodando por una pendiente. Cuando llegó al pie de ésta cayó sobre su espalda, y antes de que tuviese la oportunidad de incorporarse, un enorme lobo de color marrón con manchas negras se abalanzó hacia él aterrizando sobre su cuerpo.

Yuta dejó escapar un gemido de dolor y el otro lobo lamió su pata herida, calmando un poco el dolor.

Deberías tener más cuidado. —La voz, grave y ronca, resonó en su cabeza como una preciosa melodía de piano.

¿Cómo iba a saber yo que una piedra asesina me estaba esperando para atacarme? —replicó Yuta.

Eres un exagerado. —El lobo marrón y negro frotó su cabeza contra su cuello y seguidamente lamió su hocico cariñosamente—. Será mejor que regresemos. Es tarde.

¡Pero yo quiero seguir jugando! —exclamó empujándolo. Libre del cuerpo contrario, Yuta se incorporó y se tiró sobre él para morderle la oreja—. Por favor, Wang Puppy.

No me llames así. —Jackson gruñó y sacudió la cabeza.

—¿Por qué? En el fondo te encanta, solo que eres demasiado orgulloso para admitirlo. —dijo traviesamente. Yuta se acercó a Jackson y frotó la cabeza contra su cuello mientras su cola se movía felizmente—. Aceptaré regresar ya si me prometes que mañana por la tarde iremos al lago a jugar.

Todo lo que tú quieras, Yu.

Después de estar unos minutos más frotándose el uno contra el otro y lamiéndose, Jackson emprendió el camino de regreso a casa con Yuta a sus espaldas siguiéndolo. No le hacía mucha ilusión volver junto al resto de la manada. Él quería seguir jugando con su pareja. Pero la idea de cenar un delicioso conejo y acurrucarse contra Jackson hasta dormirse, hizo que Yuta acelerara el ritmo de sus pasos.

Cuando no quedaba mucho para llegar, una sensación de angustia y desesperación invadió repentinamente su interior provocando que Yuta se detuviera y se acurrucara en el suelo gimoteando. Jackson se acercó enseguida y con su cabeza intentó destapar su rostro.

¿Qué ocurre, Yu?

Otra vez... —dijo apartando las patas de su rostro y mirándolo con los ojos húmedos—. Algo malo le está pasando. Siento su dolor muy intenso. Deberíamos buscarlo, Jackson.

Sabes que no lo encontraremos. Nos hemos pasado el último año recorriendo el bosque en su busca. Es imposible que viva por aquí.

Es injusto.

Lo sé, cariño. Pero no hay otra opción. —Yuta notó la tristeza en su voz—. Cambia, te llevaré en el lomo.

Obediente, Yuta cambió a su forma humana, dejando atrás a su lobo de pelaje gris. Con su pecho aún doliendo tristemente, se montó en el lomo de Jackson y se abrazó a su cuello con fuerza para no caerse. Su pareja, enseguida, comenzó a correr velozmente emprendiendo nuevamente el camino hacia su manada.

Cada ser, ya fuese humano, animal o cambiaformas, tenía un alma gemela. En el caso de los cambiaformas lobo, cuando uno entraba en la edad adulta aparecía una marca en su pata delantera derecha que era igual a la de su alma gemela. En el momento en que la pareja se conocía, lo sentían, sentían que estaban destinados a estar juntos, por la manera en que sus corazones se aceleraban, en que sus cuerpos se atraían, en que sus interiores pedían a gritos unirse y amarse. La marca, en realidad, tenía la única función de comprobante.

WE FOUND US [JackYuTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora