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  Era sábado, 18:30 pm. El sol poco a poco bajaba cediéndole así su lugar a la luna y las estrellas resplandecientes. 

 En algún lugar del país más largo y angosto de Latinoamerica, en una casa sin nada peculiar, sobre una cómoda cama, reposaba una chica castaña. 

 Estaba sola durante ese fin de semana pues su familia había salido de emergencia, esto significaba que tenia todo el lugar para ella sola y podía hacer lo que le entrase en gana: Dibujar, Cantar, Bailar; Pero no se sentía capaz, no había hecho nada en todo el día. Se la había pasado recostada, mirando atentamente la pantalla de su celular y con algo de música en la computadora para aminorar el silencio tortuoso que se hacia presente en aquel lugar; estaba esperando un mensaje, un mensaje de la persona más especial para ella y no había recibido ninguno desde que le había dado las buenas noches el día anterior, eso lograba ciertamente bajarle el animo, no, más que bajarlo, le había arrebatado todo el animo que pudiera tener, se sentía incompleta y una fuerte presión oprimía su pecho. Esa era una de las razones por las que no había hecho nada de lo que quería en todo el día. 

 No supo en que momento las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos y a resbalar por el costado de su rostro. Se giro quedando recostada hacía la derecha, los sollozos y gimoteos se hicieron lugar intentando opacar el sonido de la música. Por lo menos se podía desahogar de aquella manera y nadie cruzaría su puerta para cuestionarle el porque de su llanto, eso le gustaba, pero no era lo que deseaba. 

 "¡Te necesito!" Esas palabras abandonaron sus labios con gran fuerza, incluso sintió que su garganta se lastimaba, pero eso no era importante. Los gritos aumentaban a cada momento, no sabía si desahogarse de aquella manera era correcto, pero se sentía un poco mejor. Lleno el vació entre sus brazos con una almohada, y a su lado su gato la miraba, intentaba animarla dando pequeñas lamidas a su mano. 

 Escucho a lo lejos el ruido de la puerta, pero no quería atender, no se sentía bien para eso, seguramente si lo ignoraba se iría pronto; pero no fue así, los golpes resonaban más fuerte y el timbre se les unió. 

 Finalmente se resigno, limpio sus lagrimas y se puso de pie para ir hasta el piso de abajo donde los golpes persisitián. Abrió la puerta fingiendo su mejor sonrisa, pero al ver quien estaba detrás de esta no pudo evitar comenzar a llorar de nuevo; se lanzo frente a la figura masculina que sonreía únicamente para ella. "Todo esta bien. . ." A él se le había partido el corazón al ver a su novia en tal estado, correspondió al abrazo dándole suaves palmadas en la espalda y besando su mejilla intentando tranquilizarla para obtener una explicación. 

 Después de unos minutos en aquella posición, que resultaba bastante cómoda y reconfortante para ambos, se separaron y, tomados de las manos, entraron al lugar. Él llevaba una mochila sobre sus hombros, solo había ido por un día así que no se había molestado en empacar muchas cosas. 

 Fueron hasta la habitación y al entrar se recostaron juntos, ella no quería hablar de todo lo que la mantenía tan agobiada, después de meses finalmente estaban juntos e iban a aprovechar al máximo el tiempo, como solo ellos dos podían: Siendo una pareja de Frikis, anime y videojuegos hasta que anochesio y fue hora de que ambos se rindieran en los brazos de Morfeo, abrazados ahí todo se desvaneció y solo quedaron ellos, flotando en la inmensidad rodeados de estrellas. 

 El día siguiente se resumió en lo mismo, estar juntos era suficiente para que ambos fueran felices y no importara nada más. ¿Su clave para la felicidad? El amor. 

 Juntos no había pesar, el mundo podía destruirse y su burbuja no los dejaría notarlo ¿Qué mejor sensación que esa? ¿Algo mejor que estar con la persona que más amabas? 

 Él se fue poco antes de que la familia de ella regresara, ella se mantenía feliz y con un gran animo. Definitivamente aquel fin de semana no fue tan malo como se lo había esperado. Por unas horas su vida se vio rodeada totalmente de Luz. 

 Aquel chico era quien le alegraba toda la existencia, la sacaba de cualquier abismo oscuro en el que se estuviese hundiendo y la ayudaba a volar. 

 Su luz. 

 Su apoyo incondicional. 

Su cómplice. 

 Su soga de seguridad. 

Su confidente.

 Su mejor amigo. 

Su novio.

 Todo eso y más es él para ella. 

 Todo eso y más es Lux para Ran.  

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BUENO ESTO SE IBA A QUEDAR COMO BORRADOR. PERO CIERTO JOVEN LO QUERIA ACÁ.

T E . N E C E S I T O || LUXAN || ONE-SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora